San Teodosio I, emperador.
Consolidó la obra iniciada por Constantino, protegiendo a la Iglesia.
San Teodosio el Grande, emperador. 17 de enero.
Era español, y nació en el año 347. Hijo de un general del emperador Valentiniano I, junto a su padre participó en varias campañas militares y batallas. Fue gobernador de Moesia, donde derrotó a los sármatas. También reorganizó el ejército y liberó Los Balcanes de algunas tribus bárbaras. Con los godos, a los que no pudo derrotar, llegó a un acuerdo, dándoles autonomía a cambio de alianza militar.
El 16 de enero de 379 fue coronado emperador de Constantinopla (de Oriente en general) y lo fue hasta el 395. Contuvo a los barbaros que amenazaban el imperio El cristianismo ya era libre desde Constantino, y Teodosio, conocedor de la importancia de la fe para un reino estable, adoptó el cristianismo como religión oficial del imperio 1. Así pues, proclamó el Credo de Nicea como Credo oficial del imperio y reunió el Concilio de Constantinopla en el 381, que ratificó los decretos del Concilio de Nicea (325), condenó de nuevo a los arrianos y recompuso el Credo, dejándolo como el rezado hasta hoy en cada misa. En el 392 publicó un edicto que prohibía los sacrificios sangrientos y la adoración de dioses paganos. Con esto, la obra de paz para la Iglesia, iniciada por Galerio e impulsada por Constantino, fue completada por Teodosio. Esto dio origen a una unidad político-religioso no exenta de tensiones, polémicas y consecuencias de diversa índole a lo largo de la historia y hasta hoy día. Para el poder político supuso la estabilidad y apoyo de la religión, que lo consagraba como elegido por Dios para gobernar, casi incuestionablemente; pero significó también que la Iglesia, con una simple excomunión, podía levantar al pueblo contra él. Para la Iglesia supuso libertad y garantías en la propagación de su mensaje, pero también encontronazos con ese mismo por mantener esas garantías fuera del marco político y querido por el gobernante; vamos, que se puso una mordaza para poder predicar.
Esta defensa de la fe cristiana es lo que ha llevado a la canonización de Teodosio, por parte de las iglesias ortodoxas, no así la romana. Estas iglesias han hecho un personaje hagiográfico, con milagros incluidos. Uno de ellos cuenta que, yendo a Jerusalén vestido de plebeyo, se acercó a la Basílica de la Anástasis, cuando las puertas de esta se abrieron solas y las lámparas se encendieron todas, como en los días de fiesta, pues el Señor le recibía con honores imperiales.
Pero en realidad Teodosio era de carácter violento y autoritario, y lo demostró en 390, cuando fue coronado emperador de Occidente. Hubo un levantamiento Salónica, y mandó masacrar a muchas personas en el circo de esta ciudad. Como contrapunto le surgió la figura de San Ambrosio (4 y 5 de abril, muerte y entierro; 7 de diciembre, consagración episcopal), que no le permitió participar en la liturgia hasta haber pedido perdón y hecho penitencia por su crimen. Así fue, Teodosio vistió como un penitente y pidió perdón públicamente, hasta ser reconciliado. Todos pecamos, pero todos somos perdonados si mostramos arrepentimiento, y un emperador no es un caso aparte. Y más aún, promulgó una ley que mandaba que ningún condenado a muerte fuese ajusticiado antes de los treinta días de la condena. El motivo era evitar las muertes "en caliente", sin juicios, ni posibilidad de enmienda y perdón. Anteriormente, en 387, en el levantamiento de Antioquía, había declarado la muerte contra los que habían derribado una estatua suya y de su mujer, Elia Fracilla. pero aquí no llegó la sangre al río, pues gracias a la intercesión de la propia emperatriz y del patriarca de antioquía, perdonó a los revoltosos. Se dice llevaba una copia de los Evangelios en el pecho, y todos los días leía un pasaje. Junto a Valentiniano edificó la basílica de San Pablo en la vía Ostiense, "San Pablo extramuros".
Teodosio fue derrotado en el 394 por los partidarios del sucesor de Valentiniano II. Dividió el imperio en dos, dando Occidente a su hijo Honorio y Oriente a su hijo Arcadio. Murió en Milán, el 17 de enero de 395 y su cuerpo fue trasladado a Constantinopla, donde fue sepultado con gran duelo.
Fuente:
-"Santoral Ortodoxo Español". GEORGIOS EM. PIPERAKIS.