Santa Cirila, de Roma y del Carmelo.
Una leyenda por respuesta, un culto por asimilación.
Santa Cirila, princesa, virgen carmelita y mártir. 28 de octubre.
sobre esta santa antigua y confusa en el tiempo hay varias fuentes, aunque algunas se contradicen entre sí, intentando cotejar las leyendas con la mártir. No es muy conocida, pero aparece en algunas series iconográficas carmelitanas. "Flores del Carmelo", en el capítulo dedicado a San Dionisio papa (19 de enero), dice:
Pero en realidad, no pudo dejar "en la tierra gozoso al Pontífice, por ver otra hija de su profesión en el cielo", pues Dionisio murió el 26 de diciembre de 268, un año antes de la fecha del martirio de Cirila. O fue antes, o después y Dionisio no lo vio, o no fue nunca.
Esta obra anterior, así como Lezana en sus Anales, o el jesuita José Andrés en su "Glorias del Carmelo" recogen diversas noticias de martirologios y menologios para conformar lo anterior. Menciones de una mártir con ese nombre, otras de una hija mártir de Decio, sin nombre; pero lo que sí no se halla la relación entre Cirila y la orden "eliana", salvo querer relacionarla con Dionisio y Eugenia, santos más famosos. Sabido y repetido es, que de cuanta religiosa o monje antiguo se narra, se decía que pertenecía al orden de San Elías, puesto que "ninguna orden monástica había antes de los benedictinos". En fin, que noticias sueltas son las que han configurado esa leyenda, que el Carmen hizo suya.
El Martirologio de San Beda (25 de mayo), pone a 18 de octubre: "Romæ S. Triphoniæ vxoris Decii Cæsaris, quæ, viro suo post interfectionem Beatorum Sixti & Laurentij diuinitus punito, petijt baptizari cum Cyrilla a Iustino Presbytero, & alia die est defuncta, ac iuxta S. Hippolytum in crypta sepulta". O sea: "En Roma, Santa Trifenia, mujer de Decio, Cesar, la cual despues de que su esposo castigara a los bienaventurados Sixto y Lorenzo, pidió ser bautizada con Cirila, a Justino Presbitero, y otro día murio y fue sepultada en la cripta junto a s. Hipólito". Lo mismo, con semejantes palabras, repiten los martirologios de Notker y Adón. Así que al menos desde Beda (siglo VIII) ya está establecido que Cirila y Trifonia son hija y esposa, respectivamente, del emperador Decio y que la última fue bautizada por Justino. Pero no dice nada de que padecieron bajo Claudio, ni que Cirila fuera religiosa. (Acta Sanctorum. Volumen VII. Apéndice.). Pero sabemos que la mujer de Decio se llamaba Herenia, y sus hijos Herenio y Valente. Todos, Decio incluido, murieron en el año 251, con poco tiempo de diferencia entre ellos, casi 20 años antes que la datación del martirio de Cirila. Así que no hay por donde poner a Trifonia y Cirila en esta familia.
Baronio y siguiéndolo, el Martirologio Romano de 1791 nos señalan, a 28 de octubre: "En Roma Santa Cirila Virgen, hija de Santa Trifonia, la qual fué degollada por la fe de Jesucristo en tiempo del Emperador Claudio". Es el primero en poner bajo quien padeció, lo cual casa perfectamente con el año 269, fecha de nuestra Cirila carmelita, pero no dice que sea la hija de Decio, bien pudiera ser otra Cirila, y otra Trifonia su madre. Pero resulta que Baronio pone también ese mismo día a las Santas Neófita, Cirila, Memmia, Juliana y Sofía, vírgenes mártires. Usuardo pone a estas últimas a 4 de enero, día de su traslación a un monasterio cartujo de Colonia. Aquí no se habla de Trifonia, su madre, ni de Decio, pero el hecho de que fueran martirizadas todas juntas, llevó a algunos a considerar que eran vírgenes consagradas que vivían juntas. Pero esto es solo una especulación, ha de ser otra Cirila. (Acta Sanctorum. Volumen I).
Las actas, dudosas, de San Aureliano Mártir (22 de mayo), dicen este que liberó del demonio y convirtió a una hija de Decio (no la nombran), pero en realidad, según los Bolandistas, esto se añadió posteriormente porque ambos, según los martirologios antiguos (ver arriba el de Beda) Cirila, Trifonia y Aureliano (esto según las actas) fueron sepultados en la misma cripta de San Hipólito. Simplemente añadieron lo de la "hija de Decio" para darle más importancia. (Acta Sanctorum. Volumen V).
En la "Vitae" de Santa Franca de Visalta (25 de abril), se lee que esta se apareció al Abad Columba, con dos monjas, a las que Franca identificó como "Efigenia, la hija del rey Agripa (?), que fue velada por las manos del apóstol Mateo" y "Cirila, hija del emperador romano, cuyo nombre es Decio, que causó la muerte de muchos de los santos de Cristo". El motivo de la visión fue para que se diera el debido culto a las reliquias de Franca. Llama la atención que sean estas dos santas, tenidas ambas como carmelitas o elianas, las acompañantes. (Acta Sanctorum. Volumen XVII). Y finalmente, el Metrafastre menciona a una Cirila de Roma, de noble estirpe, que padeció martirio con su madre Santa Trifonia y en cuyo martirio se narra algo parecido, pues se dice que sus parientes para apartarla de la fe, le quisieron dar esposo, a lo que respondió que ya lo tenía, noble y rico, refiriéndose a Jesucristo. Así que podría ser la "nuestra carmelita".
Nunca tuvo Cirila culto ni oficio propio en la orden, sino solo aparece mencionada en diversas listas de santos carmelitas o, en algunas pinturas, como las "Vinea Carmeli" o las "Apoteosis del Carmelo", temas pictóricos ambos muy frecuentes en conventos de la Orden.
sobre esta santa antigua y confusa en el tiempo hay varias fuentes, aunque algunas se contradicen entre sí, intentando cotejar las leyendas con la mártir. No es muy conocida, pero aparece en algunas series iconográficas carmelitanas. "Flores del Carmelo", en el capítulo dedicado a San Dionisio papa (19 de enero), dice:
"Estaba en su tiempo [mediados del siglo III] muy extendida en Roma, y otras partes la profesión monástica según consta de los cánones, que acerca de los monjes y vírgenes consagradas habían hecho sus predecesores. Especialmente después que la esclarecida Virgen Santa Eugenia la trajo de Egipto,adonde la profesó en el monasterio de San Heleno, sucesor de los antiguos esenios, que San Marcos bautizó y perfeccionó en la vida religiosa. Por su ejemplo se agregaron a la santa, muchos coros de doncellas nobilísimas, y cuidábalas el santo Pontífice como la más ilustre porción (según dice San Cipriano) de los rediles de Cristo (...). Quiso el Señor que muchas de ellas gozasen duplicadas aureolas, añadiendo a la de su virginidad, la del martirio. El año de 262, lo padeció Santa Eugenia con sus santos compañeros Proto y Jacinto. El de 269, SANTA CIRILA, hija del Emperador Decio, que bautizada por Justino, presbítero, se había entregado al magisterio de Santa Eugenia, y San Dionisio, dándole el velo virginal, y en Cristo, al mejor Esposo; acusada ente el emperador Claudio le afeó mucho que siendo hija de tales padres, manchase su nobleza con seguir una ley que todo el mundo abominaba y perseguía. Mas como a estos desprecios, como también a sus amenazas y promesas de que le daría esposo igual a sus prendas y a su sangre, respondiese la valerosa virgen: ´que ya estaba desposada con Cristo, un esposo suficientemente noble y rico´, la mandó degollar, sentencia que la santa abrazó por escalón para subir a los brazos de su Esposo, dejando en la tierra gozoso al Pontífice, por ver otra hija de su profesión en el cielo". [1]
Pero en realidad, no pudo dejar "en la tierra gozoso al Pontífice, por ver otra hija de su profesión en el cielo", pues Dionisio murió el 26 de diciembre de 268, un año antes de la fecha del martirio de Cirila. O fue antes, o después y Dionisio no lo vio, o no fue nunca.
Esta obra anterior, así como Lezana en sus Anales, o el jesuita José Andrés en su "Glorias del Carmelo" recogen diversas noticias de martirologios y menologios para conformar lo anterior. Menciones de una mártir con ese nombre, otras de una hija mártir de Decio, sin nombre; pero lo que sí no se halla la relación entre Cirila y la orden "eliana", salvo querer relacionarla con Dionisio y Eugenia, santos más famosos. Sabido y repetido es, que de cuanta religiosa o monje antiguo se narra, se decía que pertenecía al orden de San Elías, puesto que "ninguna orden monástica había antes de los benedictinos". En fin, que noticias sueltas son las que han configurado esa leyenda, que el Carmen hizo suya.
El Martirologio de San Beda (25 de mayo), pone a 18 de octubre: "Romæ S. Triphoniæ vxoris Decii Cæsaris, quæ, viro suo post interfectionem Beatorum Sixti & Laurentij diuinitus punito, petijt baptizari cum Cyrilla a Iustino Presbytero, & alia die est defuncta, ac iuxta S. Hippolytum in crypta sepulta". O sea: "En Roma, Santa Trifenia, mujer de Decio, Cesar, la cual despues de que su esposo castigara a los bienaventurados Sixto y Lorenzo, pidió ser bautizada con Cirila, a Justino Presbitero, y otro día murio y fue sepultada en la cripta junto a s. Hipólito". Lo mismo, con semejantes palabras, repiten los martirologios de Notker y Adón. Así que al menos desde Beda (siglo VIII) ya está establecido que Cirila y Trifonia son hija y esposa, respectivamente, del emperador Decio y que la última fue bautizada por Justino. Pero no dice nada de que padecieron bajo Claudio, ni que Cirila fuera religiosa. (Acta Sanctorum. Volumen VII. Apéndice.). Pero sabemos que la mujer de Decio se llamaba Herenia, y sus hijos Herenio y Valente. Todos, Decio incluido, murieron en el año 251, con poco tiempo de diferencia entre ellos, casi 20 años antes que la datación del martirio de Cirila. Así que no hay por donde poner a Trifonia y Cirila en esta familia.
Baronio y siguiéndolo, el Martirologio Romano de 1791 nos señalan, a 28 de octubre: "En Roma Santa Cirila Virgen, hija de Santa Trifonia, la qual fué degollada por la fe de Jesucristo en tiempo del Emperador Claudio". Es el primero en poner bajo quien padeció, lo cual casa perfectamente con el año 269, fecha de nuestra Cirila carmelita, pero no dice que sea la hija de Decio, bien pudiera ser otra Cirila, y otra Trifonia su madre. Pero resulta que Baronio pone también ese mismo día a las Santas Neófita, Cirila, Memmia, Juliana y Sofía, vírgenes mártires. Usuardo pone a estas últimas a 4 de enero, día de su traslación a un monasterio cartujo de Colonia. Aquí no se habla de Trifonia, su madre, ni de Decio, pero el hecho de que fueran martirizadas todas juntas, llevó a algunos a considerar que eran vírgenes consagradas que vivían juntas. Pero esto es solo una especulación, ha de ser otra Cirila. (Acta Sanctorum. Volumen I).
Las actas, dudosas, de San Aureliano Mártir (22 de mayo), dicen este que liberó del demonio y convirtió a una hija de Decio (no la nombran), pero en realidad, según los Bolandistas, esto se añadió posteriormente porque ambos, según los martirologios antiguos (ver arriba el de Beda) Cirila, Trifonia y Aureliano (esto según las actas) fueron sepultados en la misma cripta de San Hipólito. Simplemente añadieron lo de la "hija de Decio" para darle más importancia. (Acta Sanctorum. Volumen V).
En la "Vitae" de Santa Franca de Visalta (25 de abril), se lee que esta se apareció al Abad Columba, con dos monjas, a las que Franca identificó como "Efigenia, la hija del rey Agripa (?), que fue velada por las manos del apóstol Mateo" y "Cirila, hija del emperador romano, cuyo nombre es Decio, que causó la muerte de muchos de los santos de Cristo". El motivo de la visión fue para que se diera el debido culto a las reliquias de Franca. Llama la atención que sean estas dos santas, tenidas ambas como carmelitas o elianas, las acompañantes. (Acta Sanctorum. Volumen XVII). Y finalmente, el Metrafastre menciona a una Cirila de Roma, de noble estirpe, que padeció martirio con su madre Santa Trifonia y en cuyo martirio se narra algo parecido, pues se dice que sus parientes para apartarla de la fe, le quisieron dar esposo, a lo que respondió que ya lo tenía, noble y rico, refiriéndose a Jesucristo. Así que podría ser la "nuestra carmelita".
Nunca tuvo Cirila culto ni oficio propio en la orden, sino solo aparece mencionada en diversas listas de santos carmelitas o, en algunas pinturas, como las "Vinea Carmeli" o las "Apoteosis del Carmelo", temas pictóricos ambos muy frecuentes en conventos de la Orden.
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