Domingo, 22 de diciembre de 2024

Religión en Libertad

Día Mundial de la Salud: los intereses económicos priman sobre el Derecho a la Salud

Manos Unidas denuncia: más del 40% de la población mundial no tiene la Cobertura Sanitaria Universal

Hospital Kapiri en Mtengo, sostenido por Manos Unidas
Hospital Kapiri en Mtengo, sostenido por Manos Unidas

ReL

Hay una cosa que es clara para todos los interlocutores, aunque a veces pueda no ser tan evidente de ver: en los países menos desarrollados la mala salud no es sólo consecuencia de la pobreza, sino también su causa, ya que la mayoría de actividades económicas y productivas dependen del estado físico de las personas. La ONG católica española Manos Unidas es consciente de ello, y por eso en el último año ha promovido 110 proyectos sanitarios de cooperación a los que ha dedicado el 19% del total de sus recursos y que han beneficiado a casi 800 mil personas. La idea fundamental es que todo el mundo pueda tener al menos una cobertura básica sanitaria, de la que ahora más del 40% de la población mundial no la tiene, y en 44 países ni siquiera el 80%.
 
Es como un círculo vicioso: la situación es más grave en los países más empobrecidos, que es donde justamente los únicos trabajos a los que acceder son los que mayor fuerza física requieren. Manos Unidas señala además señala que las personas más pobres y quienes viven en zonas más dispersas son las que tienen mayores dificultades para acceder a servicios sanitarios y a estas dificultades se le suma la mercantilización de las medicinas lo que más impide que se respete el Derecho a la Salud.
 
Hermanas Carmelitas en el hospital de Mteng, Malawi

No hay inversión en fármacos para las enfermedades de los países pobres
“El derecho a la salud es una cuestión de justicia social y de responsabilidad personal”, asegura Fidele Pogda, coordinador del Departamento de Estudios y Documentación de Manos Unidas. “Millones de personas viven torturadas por la enfermedad y la pobreza y esta situación exige cambios decisivos. El derecho a la salud y a bienes tan básicos como los fármacos y las vacunas, está gravemente amenazado por los desequilibrios económicos del mundo”. Pogda recuerda que el 97% de la mortalidad por enfermedades infecciosas tiene lugar en países en desarrollo y, sin embargo, la mayor parte de los nuevos fármacos van destinados a curar enfermedades del mundo desarrollado y cada vez se invierte menos en vacunas y en investigación para las enfermedades mortales que se dan en el mundo en desarrollo.
 
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que el 40% de la población mundial no tiene cobertura sanitaria; porcentaje que aumenta hasta el 80% en 44 países de América, Asia, y África, y más aún en zonas rurales. En los países más pobres hay más de 400 millones de personas que no tienen acceso a los servicios básicos de salud. Así, este año la Organización Mundial de la Salud (OMS) pide la Cobertura Sanitaria Universal (CSU) y que los líderes mundiales se comprometan con medidas concretas para promover la salud de todas las personas y para que en cualquier lugar cualquier persona pueda tener acceso a servicios manos unidasde salud esenciales y de calidad sin que dependa de su economía.
 
Manos Unidas apoya la atención sanitaria de cerca de 800.000 personas

El coste de las medicinas
Pese a estas demandas de la comunidad internacional, un tercio de la población mundial no tiene acceso a las medicinas, y ello tiene que ver, sobre todo, con el alto coste de los medicamentos. Y aunque las declaraciones internacionales establecen que la protección de la propiedad intelectual no debe impedir la protección de la salud pública de los más pobres y reconoce su derecho a producir e importar genéricos, estos acuerdos no se cumplen. De hecho, la enfermedad es hoy un negocio multimillonario en el que los resultados se miden en términos de beneficios. “Asistimos impasibles al hecho de que las grandes corporaciones farmacéuticas, dueñas de las patentes de los medicamentos, presionen a gobiernos y empresas de países del Sur que han fabricado sus propias medicinas a precios muy inferiores”, asegura Pogda. “Se argumenta que esa fabricación viola los derechos de propiedad intelectual, sin tener en cuenta el Derecho a la Salud ni la más mínima responsabilidad social y solidaria para con las personas”.
 
La labor de Manos Unidas
Con el objetivo de preservar la salud y prevenir las enfermedades en los países más pobres, en el último año, Manos Unidas ha realizado 110 proyectos sanitarios de cooperación en algunos de los países más empobrecidos de África, América y Asia y a ellos ha dedicado el 19% del total de sus recursos (6.237.922 €) para beneficiar a cerca de 800 mil personas (764.640 beneficiarios).
 
En este sentido, la ONG ha centrado su esfuerzo en este sector en la creación, el equipamiento y la mejora de infraestructuras sanitarias, la promoción de campañas de vacunación y de medicina preventiva, la formación de promotores de salud, el refuerzo de la atención materno-infantil, la formación en alimentación y nutrición adecuadas, la sensibilización sobre prevención y control de enfermedades endémicas, la dotación de agua potable y saneamiento. Y para ello señala dos ejemplos en Malawi y Odisha (India).
 
Ambulacia en Malawi

De choza de adobe a hospital de referencia en Mtengo, Malawi
Un ejemplo del modo en el que trabaja Manos Unidas en el sector sanitario es el proceso de desarrollo que se ha generado en el Hospital Kapiri (Mtengo) en Malawi, uno de los países más pobres del mundo en el que la asistencia sanitaria es precaria. Este hospital forma parte de la CHAM (Asociación de Hospitales Cristianos de Malawi) que está integrada en el sistema sanitario de Malawi.
 
Está situado en una zona rural de la región Central del país. La mayoría de su población se dedica a la agricultura de subsistencia o al pequeño comercio y como la subsistencia de las personas está ligada a la única cosecha que hay al año, la sequía o las lluvias torrenciales abocan a la población muchas veces al hambre. Allí, la situación sanitaria es muy deficiente, siendo uno de los países con menos médicos por habitantes. Las medicinas escasean y muchos hospitales rurales no tienen agua ni luz.
 
Este hospital está atendido por las Hermanas Carmelitas que llegaron a la misión en 1980, cuando sólo existía una pequeña construcción de adobe y los medios de atención eran mínimos. Gracias a la ayuda de ONG internacionales y especialmente de Manos Unidas se fue construyendo el hospital, convirtiéndose en uno de los mejores hospitales rurales que atiende a más personas del país, asistiendo a sus instalaciones unas 70.000 personas al año. Y es que, aunque el hospital forma parte de la red nacional, la población prefiere acudir a los hospitales de Misión que a los públicos ya que los hospitales del gobierno están desprovistos de medicinas. Durante décadas Manos Unidas ha financiado a este hospital, siendo una de las últimas intervenciones en él, la creación de un módulo de administración y la unidad de emergencias.
 
Gestión de medicinas en el Jyothi Hospital en Odisha, India

De la superstición tribal y el alejamiento a la salud en el norte de Odisha
Al Norte del estado de Odisha (India), en los distritos de Midnapur, Balasore y Mayurbhanj, Manos Unidas apoya la mejora de la salud de las poblaciones rurales y tribales más pobres, que además se encuentran muy dispersas geográficamente hablando.
 
Esta zona del país está poblada por personas pertenecientes a las tribus Santhals, Kolhas, Hos, Gands, Bhumijas y Khadias que, en su mayoría, sobreviven cultivando en pequeñas parcelas de tierra arroz y productos del bosque. En general esta población conserva muchas supersticiones y relacionan la enfermedad al castigo de sus dioses, lo que intentan mitigar con ofrendas. Por su parte, aquellos que quieren asistir a servicios sanitarios, lo tienen muy difícil, pues el acceso a las aldeas es complicado y la población a veces tiene que recorrer kilómetros para llegar al dispensario más cercano que muchas veces no cuenta con personal cualificado. Así, la mayoría de la población vive sus embarazos y sufre enfermedades sin ningún tipo de control. Esto, unido a la falta de hábitos higiénicos-sanitarios, hace que empeore la situación y la salud de la población.
 
Pero esta situación ha cambiado ya que, desde hace unos años y gracias a la creación del Jyothi Hospital, fundado en 1999 por la Diócesis de Balasore, se está favoreciendo la asistencia sanitaria a los más desfavorecidos. Y es que el hospital dispone de una red de 16 ambulatorios en el medio rural, desde los que realizan campañas de educación sanitaria y campamentos de salud para los habitantes de las aldeas más remotas. Con este proyecto se está consiguiendo favorecer la salud de estas aldeas, reducir la mortalidad infantil, mejorar la nutrición, disminuir las enfermedades como la Malaria y la Tuberculosis, frenar el avance del SIDA y conseguir la vacunación de toda la población infantil.
 
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