Jueves, 21 de noviembre de 2024

Religión en Libertad

El centro está desbordado, de 97 casos en 2009 a más de 2000 el pasado año

Una clínica deja a los niños en un «limbo sexual» mediante hormonas hasta que decidan su género

Una clínica deja a los niños en un «limbo sexual» mediante hormonas hasta que decidan su género
Avery Jackson es un niño transgénero que ha sido incluso portada de National Geographic

J.L / ReL

La implantación masiva de la ideología de género mediante la propaganda mediática, el adoctrinamiento, la corrección política, leyes favorables y la efectiva presión de los grupos LGTB está teniendo ya consecuencias muy visibles.

En el caso del Reino Unido preocupa sobremanera el boom de niños trans que se está produciendo. Tal es así que en Londres el Gender Identity Development Service, una clínica creada específicamente para niños con disforia de género está completamente desbordada.

En 2009 atendió 97 casos, en 2016, más de 2.000
En estos momentos reciben más de 50 niños a la semana y el pasado año atendieron a más de 2.000 niños que creían tener el “género” equivocado. Para este año, las previsiones es que se superen los 2.600 casos. El aumento se ve fulgurante si se comparan con cifras de 2009, cuando en todo el año tuvieron 97 casos. En la actualidad, en dos semanas ya habrían superado esa cifra.

Y es que el pasado año atendieron, por ejemplo, a dos niños de cuatro años, cuatro de cinco años y seis de seis años.

Desde la clínica reconocen que el ambiente favorable al movimiento LGTB y a la importante presencia de la ideología en los medios ha disparado el número de casos de niños trans. Aunque reconocen que no todos los niños que le llegan son en realidad transgéneros.


La doctora Stoppard apoya los tratamientos que se realizan en la clínica londinense

Reconocen los efectos de la propaganda LGTB
En declaraciones al Mirror, la doctora Stoppard admite sin problemas que está “segura de que la aceptación universal de los principios LGTBTQ ha ayudado a legitimar y publicitar la disforia de género y su tratamiento”.

Y utilizando uno de los principales argumentos de estos grupos, agrega que “ningún padre puede soportar que su hijo se quede atrapado en un género concreto, en tierra de nadie”. En su opinión, “este es un factor clave en el aumento de las cifras”.

"Eso es inhumano"
Sin embargo, un aspecto incluso más llamativo que el boom de niños que recibe esta clínica es el tratamiento “pionero” que ofrecen a los niños. El objetivo es que el niño no tenga que sufrir en la pubertad sobre la cuestión de su género.

La doctora  Stoppard lo justifica asegurando que es clave “entender la importancia de no dejar a alguien en un género que no es cuando pasen por la pubertad. Eso es inhumano”.

Ni caso a importantes estudios científicos
En este sentido, la doctora olvida citar los estudios científicos que recopilaron los doctores McHugh y Meller, expertos en la materia. "La mayor parte de los niños que se identifican con el sexo opuesto no persistirán en ese sentimiento y finalmente se identificarán con su sexo biológico": según estudios, la remisión espontánea se sitúa entre el 70% y el 98% para niños y entre el 50% y el 88% para niñas, una vez que pasa la adolescencia.

Pero la clínica apuesta por un tratamiento completamente opuesto a lo que dicen estos estudios y ofrece tratamientos hormonales a más del 40% de los niños que llegan a la clínica pues el resto de casos suelen ser de padres que acuden con dudas sobre la identidad sexual de su hijo.

Limbo sexual para los menores
Con el objetivo de no afrontar la pubertad sin un género decidido por ser “inhumano”, la clínica ha decidido postergar la pubertad mediante bloqueadores hormonales. De este modo, mediante estos fármacos el niño no se desarrollará en hombre ni mujer, sino que estará en una especie de limbo sexual hasta que decida qué género quiere tener.

Niño expulsado por ir vestido de princesa

Las etapas del tratamiento
Una vez decidido, llega la segunda fase con otro tratamiento hormonal con estrógenos o testosterona para adecuarlo al género deseado, donde los efectos ya empiezan a ser irreversibles. Y la tercera etapa pasaría por la intervención quirúrgica para eliminar órganos sexuales.

Uno de los aspectos más graves es que se desconocen las consecuencias reales de los bloqueadores hormonales que suministran a los niños en la primera fase, tanto en el aspecto físico como psicológico.

Pero además, dichos bloqueadores sólo pueden detener algunos caracteres físicos internos pero el niño debido a su genética ya es hombre o mujer, y esto afecta al cerebro y al resto de órganos.

El testimonio de una trans arrepentida
De este modo, Mirror publica en su reportaje el testimonio de una mujer, cuyo nombre ficticio es Kate, que empezó un tratamiento para pasar de hombre a mujer mediante un tratamiento hormonal y que en mitad del proceso se arrepintió.

Afirma que estos procedimientos pueden hacer mucho daño a los niños asegurando que “una persona joven puede ahora tomar hormonas o someterse a una operación y luego arrepentirse. Al dar estos tratamiento a los niños, podemos estar cometiendo un gran daño”.

Ella sufre los efectos de este tratamiento hormonal y dijo que su voz grave y su vello facial le recuerdan cada día lo “equivocada” que estaba.
 
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