Religiosos belgas desafían a la Iglesia y declaran, contumaces, que seguirán haciendo eutanasias
El consejo administrativo del instituto religioso Hermanos Belgas de la Caridad anunció este martes 12 de septiembre que seguirá aplicando la eutanasia a los pacientes de sus centros psiquiátricos, a pesar de que el Vaticano les ordenó explícitamente dejar de matar a sus pacientes.
La postura de los religiosos belgas cambió después de años de no aplicar la eutanasia en sus hospitales. Cuando algún paciente solicitaba que le matasen, por ser legal en este país, lo transferían a otro centro de salud.
El consejo que controla estas instituciones, en el que participan algunos hermanos, anunció en la primavera europea que permitiría la eutanasia en los 15 centros para discapacitados que administra en Bélgica, con alrededor de 5.000 pacientes.
Tras el cambio de postura, a la junta del Grupo Hermanos de la Caridad se les dio de plazo hasta finales del mes de agosto para cumplir con la orden de la Santa Sede que consistía en dejar de ofrecer la eutanasia, un ultimátum que fue aprobado por el Papa Francisco.
También se pidió a los hermanos que firmaran una carta conjunta a su superior general, el Hermano Rene Stockman, en la que confirmaran su adhesión a las enseñanzas de la Iglesia.
Respuesta rebelde y contumaz
En la declaración del 12 de septiembre, la organización desafió la orden del Vaticano y dijo que “sigue manteniendo su postura sobre la eutanasia en caso de pacientes con enfermedades mentales no terminales”.
Además, los religiosos alegan en su declaración que al expresar esta polémica postura contraria a las normas eclesiales, su organización “sigue siendo consistente con la doctrina de la Iglesia Católica. Nosotros lo creemos enfáticamente”.
La junta argumentó que su posición “siempre tiene en cuenta los cambios y las evoluciones dentro de la sociedad”, considerando al mismo tiempo “el reconocimiento de la postura excepcional y proporcional de la ética, la visión deontológica y la ideologización y la elección de conciencia”.
La postura de los religiosos belgas a favor de la eutanasia es contraria al Catecismo de la Iglesia Católica, que en el numeral 2277 establece que: “Cualesquiera que sean los motivos y los medios, la eutanasia directa consiste en poner fin a la vida de personas disminuidas, enfermas o moribundas. Es moralmente inaceptable”.
Ahora, se espera que el Vaticano responde a la declaración de los religiosos belgas de este 12 de septiembre.
Perder la condición de institución católica
En cuanto a las posibles medidas punitivas que el Papa Francisco consideraría, el profesor Kurt Martens, un católico belga que enseña derecho canónico en la Universidad Católica de América, dijo a CNA Deutsche –agencia en alemán del Grupo ACI– que “ya no serán hermanos y miembros del instituto; y las instituciones de salud perderían su derecho a llamarse católicas”.
(Publicado originariamente en Aciprensa)
La postura de los religiosos belgas cambió después de años de no aplicar la eutanasia en sus hospitales. Cuando algún paciente solicitaba que le matasen, por ser legal en este país, lo transferían a otro centro de salud.
El consejo que controla estas instituciones, en el que participan algunos hermanos, anunció en la primavera europea que permitiría la eutanasia en los 15 centros para discapacitados que administra en Bélgica, con alrededor de 5.000 pacientes.
Tras el cambio de postura, a la junta del Grupo Hermanos de la Caridad se les dio de plazo hasta finales del mes de agosto para cumplir con la orden de la Santa Sede que consistía en dejar de ofrecer la eutanasia, un ultimátum que fue aprobado por el Papa Francisco.
También se pidió a los hermanos que firmaran una carta conjunta a su superior general, el Hermano Rene Stockman, en la que confirmaran su adhesión a las enseñanzas de la Iglesia.
Respuesta rebelde y contumaz
En la declaración del 12 de septiembre, la organización desafió la orden del Vaticano y dijo que “sigue manteniendo su postura sobre la eutanasia en caso de pacientes con enfermedades mentales no terminales”.
Además, los religiosos alegan en su declaración que al expresar esta polémica postura contraria a las normas eclesiales, su organización “sigue siendo consistente con la doctrina de la Iglesia Católica. Nosotros lo creemos enfáticamente”.
La junta argumentó que su posición “siempre tiene en cuenta los cambios y las evoluciones dentro de la sociedad”, considerando al mismo tiempo “el reconocimiento de la postura excepcional y proporcional de la ética, la visión deontológica y la ideologización y la elección de conciencia”.
La postura de los religiosos belgas a favor de la eutanasia es contraria al Catecismo de la Iglesia Católica, que en el numeral 2277 establece que: “Cualesquiera que sean los motivos y los medios, la eutanasia directa consiste en poner fin a la vida de personas disminuidas, enfermas o moribundas. Es moralmente inaceptable”.
Ahora, se espera que el Vaticano responde a la declaración de los religiosos belgas de este 12 de septiembre.
Perder la condición de institución católica
En cuanto a las posibles medidas punitivas que el Papa Francisco consideraría, el profesor Kurt Martens, un católico belga que enseña derecho canónico en la Universidad Católica de América, dijo a CNA Deutsche –agencia en alemán del Grupo ACI– que “ya no serán hermanos y miembros del instituto; y las instituciones de salud perderían su derecho a llamarse católicas”.
(Publicado originariamente en Aciprensa)
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