Preocupante aumento de ataques y acoso a cristianos de Jerusalén por parte de nacionalistas judíos
Los ataques y actos de intimidación contra los cristianos en Tierra Santa perpetrados por judíos extremistas han aumentado considerablemente en los últimos meses. Ataques a iglesias, instituciones cristianas así como insultos o escupitajos a sacerdotes, monjas o peregrinos son ahora más habituales de lo que habían sido en el pasado. Todo ello en un clima político marcado por el poder en el gobierno de partidos ultraortodoxos, claves para el sostenimiento del gobierno de Netanyahu.
Tal y como recoge Ayuda a la Iglesia Necesitada, en los últimos meses los barrios cristianos de Jerusalén están siendo testigos de una serie de violencia contra personas y lugares de culto: vidrieras rotas, muros pintados, escupitajos a clérigos, monjas y peregrinos, destrozos en negocios, tumbas profanadas…
“Los extremistas se sienten protegidos por sus líderes políticos, y envalentonados directa o indirectamente por las autoridades”, ha asegurado Yusef Daher, secretario ejecutivo de Jerusalem Inter-Church Centre (JIC). También ha querido recordar que los ataques contra los cristianos raramente son perseguidos por la policía: “Los cristianos hemos sentido mucha presión para que nos vayamos y para que abandonemos nuestras propiedades”.
Desde enero se han detectado al menos once ataques graves; casi el doble que en todo el año 2022, según JIC. Según esta organización, que se dedica a la coordinación ecuménica entre las iglesias en Jerusalén y Palestina, este recuento solo tiene en cuenta los destrozos en propiedades y las agresiones físicas, es decir, los escupitajos o insultos que ocurren a diario en la Ciudad Santa “son incontables”.
En febrero, un hombre, que fue definido por los medios de comunicación israelíes como “turista estadounidense”, irrumpió en la Capilla de la Condena, dentro del Santuario de la Flagelación, en la Vía Dolorosa, en el corazón del barrio cristiano de la Ciudad Vieja, y destrozó una estatua de Jesús arrojándola al suelo y golpeándola con un martillo. Este hombre fue detenido y puesto bajo custodia de la policía israelí.
La capilla vandalizada forma parte del convento franciscano de la Flagelación, y representa una de las estaciones de la piadosa práctica del ‘Vía Crucis’ que realizan los grupos de peregrinos que recorren el camino de Jesús hacia el Calvario el día de su condena a muerte.
Tras este ataque, la Custodia franciscana de Tierra Santa emitió un comunicado, firmado por el Custodio Francesco Patton y el secretario Padre Alberto Joan Pari, para expresar preocupación y deplorar “esta creciente secuencia de graves actos de odio y violencia contra la comunidad cristiana en Israel”. También, aseguraron que “no es casualidad que la legitimación de la discriminación y la violencia en la opinión pública y en el actual escenario político israelí se traduzca en actos de odio y violencia contra la comunidad cristiana”.
Cada vez son más los articulistas, académicos y religiosos israelíes que condenan los ataques. Por ejemplo, el gran rabino asquenazí de Israel, David Lau, y su homólogo sefardí y actual gran rabino de Jerusalén, Shlomo Amara, han escrito cartas condenando los ataques. “Lamentamos escuchar de clérigos no judíos que varios jóvenes judíos y algunos que fingen ser temerosos de Dios los persiguen con maldiciones, blasfemias y más mientras caminan por la ciudad. Sin duda hicieron eso personas irresponsables que no observan en absoluto la Torá y sus caminos. Anunciamos que tal comportamiento está estrictamente prohibido”, escribió Amara.
El Informe de Libertad Religiosa en el Mundo 2023 (ILR 2023) de Ayuda a la Iglesia Necesitada también revela que en Israel los líderes cristianos han realizado un llamamiento sin precedentes en favor de soluciones justas y de paz. Por otra parte, también han denunciado los ataques a la comunidad cristiana, especialmente en Jerusalén, por parte de radicales judíos, que a menudo quedan impunes ante las autoridades israelíes.
Durante el período estudiado en este informe han visto que lo preocupante de esta evolución de la sociedad es el debilitamiento de la fuerza y el valor del Estado de derecho democrático de Israel. Aunque las Leyes básicas del Estado siguen garantizando la plena libertad religiosa de todos sus ciudadanos, una intolerancia a veces violenta en los márgenes de la sociedad judía dificulta a las minorías religiosas el ejercicio de sus derechos. Las perspectivas son, por tanto, negativas.