Socialistas y Compromís, que gobiernan en Valencia, anuncian que no pagarán las escuelas concertadas

Valencia, que está gobernada por una alianza del Partido Socialista con Compromís (que es una coalición de izquierda radical y nacionalistas valencianos), va a estrangular económicamente a las 90 escuelas católicas concertadas que imparten Bachillerato y Formación Profesional.

El pasado martes 4 de octubre el conseller de Educación, Vicent Marzà, militante de Compromís y del Bloc Nacionalista Valencià, recibió por primera vez a una delegación de Escuelas Católicas y les dijo: «La no renovación de los conciertos de Bachillerato y FP no es un rumor». Es decir, la Generalitat valenciana dejará de financiar el coste de los alumnos adolescentes en las escuelas concertadas (en su inmensa mayoría católicas). 

La secretaria autonómica de Escuelas Católicas, Vicenta Rodríguez, declaró a la prensa tras esa reunión: «Es algo que nos inquieta». 

Fuentes de la conselleria recordaron a la prensa que tanto Compromís como el Partido Socialista ya habían anunciado en sus programas electorales que retirarían el concierto a las escuelas concertadas y que «los programas están para cumplirse». 

Eso dejaría sin financiación a miles de alumnos adolescentes de 90 colegios y en la cuerda floja a cientos de profesores.

Escuelas Cristianas señala que al menos Marzà se ha vuelto más moderado en sus intenciones iniciales de implantar la inmersión lingüística obligatoria en valenciano en todos los colegios: ahora permite a los centros desarrollar cada uno su proyecto lingüístico. 

Se podrían perder 30.000 plazas escolares
El diario Las Provincias calcula que si se cortan los conciertos de raíz, en los próximos años se perderían 30.000 plazas escolares, sin olvidar el perjuicio para las familias con niños ya escolarizados en cursos previos, ya que tendrían que buscar otros centros al crecer los niños. 

Vicente Morro, portavoz de la Mesa por la Educación en Libertad, que agrupa en Valencia a patronales de la escuela concertada, asociaciones de padres, sindicatos y otras organizaciones ha denunciado que Marzà y el Gobierno valenciano están «amenazando el futuro de miles de niños y jóvenes que han elegido este modelo educativo».

Para Morro, «los dirigentes valencianos han antepuesto el interés de sus partidos y programas al interés general de los ciudadanos, obviando los derechos adquiridos, la función social y educativa que ejercen y el buen trabajo que se realiza en los centros concertados en estas etapas». Denuncia, además, que la supresión «sería una forma muy clara de dividir a las familias por su capacidad económica».

Ya en marzo, en una entrevista, Vicente Morro explicaba: "Yo he elegido la educación concertada para mis hijos pero estoy pagando la concertada y la pública [con los impuestos, nota de ReL] y lo que no cubre el módulo de funcionamiento del centro, una parte la pagamos los padres y la otra la entidad encargada".

Y añadía: "Yo nunca he escuchado a nadie de la enseñanza concertada decir: no queremos enseñanza pública. Pero prácticamente, reunión sí reunión no, estoy escuchando 'queremos una escuela única, pública y laica'. ¿Alguien entendería que saliera un partido político diciendo que quiere un partido único? ¿Y con la escuela sí que lo entendemos? ¿O solo una ideología? En la escuela tiene que haber pluralidad de oferta".