Las parejas de lesbianas doblan en divorcios a las de hombre y mujer o solo hombre
Las cifras del «matrimonio» gay: más breve y más conflictivo, según las estadísticas oficiales
Los llamados matrimonios homosexuales disminuyen en número y duran poco, según se desprende de diversos estudios recogidos por Tomasso Scandroglio en un reportaje aparecido en La Nuova Bussola Quotidiana, que reproducimos a continuación:
¿Los “matrimonios” homosexuales? Escasos y duran poco. Esto es en síntesis lo que indica una encuesta de la Oficina Central de Estadística de los Países Bajos (CBS), que ha controlado el número y la duración de los “matrimonios” gays a partir del 1 de abril de 2001, año en el que los Países Bajos abrieron la puerta a las “bodas” homosexuales, hasta hoy. No faltan datos interesantes.
Promiscuidad: cientos de parejas
Ante todo, se asiste a una caída en las solicitudes de “matrimonios” gays. Los masculinos han pasado de 1339 en 2001 a 647 en 2015. Los femeninos, de 1075 en 2001 a 748 en 2015. El pico máximo, registrado precisamente en 2001, se debe a dos factores. El clamor mediático que llevó a muchos a llevar a cabo este elección y el efecto acumulación: todos los que estaban esperando "casarse" desde hacía tiempo lo hicieron en la misma época en cuanto el "matrimonio" homosexual fue legalizado. Pero esto no justifica el notable descenso, de alrededor del 40%, de los "matrimonios" gays. Se justifica, en cambio, si se tienen en cuenta las costumbres de la persona homosexual “practicante”, entre las cuales la promiscuidad es la primera de ellas.
Una detallado estudio científico que lleva el título: “A Comparative Demographic and Sexual Profile of Older Homosexually Active Men”, publicado en el Journal of Sex Research y realizado sobre 2583 homosexuales de edad bastante avanzada, informa de que el 10,215,7% de ellos habían tenido en su vida entre 501 y 1000 parejas sexuales; un ulterior 10,215,7% había tenido más de 1000 parejas sexuales. El dato es interesante también porque la investigación es del año 1997 y registra comportamientos anteriores a ese año, periodo en el que la homosexualidad era un fenómeno menos extendido de lo que es ahora, por lo que había más dificultad en encontrar una pareja sexual. La persona homosexual, por lo tanto, no quiere un vínculo para siempre con una sola persona y, por consiguiente, no quiere “casarse”; desea vivir su sexualidad de una manera abierta y líquida.
Índices de divorcio
Volvamos a los datos publicados por el CBS. Desde 2003 hasta hoy se han "casado" más las lesbianas que los varones homosexuales. La conclusión es que hay más divorcios entre las parejas de mujeres que entre las parejas gays masculinas. Además, no sólo los divorcios femeninos son más numerosos, sino también más elevados desde el punto de vista del porcentaje. Por ejemplo: el 30% de las parejas de mujeres que se "casaron" en 2005 han pedido el divorcio al cabo de diez años, contra el 15% de las parejas masculinas y el 18% de las parejas heterosexuales.
Proporcion de "matrimonios" contraídos en 2005 que siguen intactos: las parejas de lesbianas doblan en divorcios a los matrimonios entre hombre y mujer y a las parejas de gays.
En resumen, estas parejas de mujeres tienen el doble de posibilidad de divorciarse que las otras parejas. Esto se confirma en otros estudios, por ejemplo la investigación científica titulada “The Demographics of Same-Sex Marriages in Norway and Sweden”, publicada en Demography en 2006, en la que se informa que en Suecia el 30% de las "bodas" gay femeninas acaban en divorcio a los seis años, respecto al 20% de los "matrimonios" gays masculinos y el 13% de los heterosexuales.
Conflictividad y violencia
Dicha fragilidad hay que atribuirla no sólo a la promiscuidad a la que se hacía referencia anteriormente, sino también al hecho de que la relación homosexual es más conflictiva que la heterosexual. El estudio “Victimization and Perpetration Rates of Violence in Gay and Lesbian Relationships: Gender Issues Explored”, publicado en 1997 en la revista Violence and Victims, revela que sobre una muestra de 283 personas homosexuales, el 47,5% de las lesbianas y el 29,7% de los varones gays había sido víctima de acciones violentas perpetradas por una pareja del mismo sexo.
Una campaña contra la violencia que algunas personas homosexuales sufren por parte de su pareja.
Obsérvese que el índice de violencia mayor en las relaciones lesbianas corresponde, paralelamente, a un mayor porcentaje de rupturas del vínculo "conyugal" en las parejas de lesbianas. Hay datos similares en el estudio “Letting Out the Secret: Violence in Lesbian Relationships” (Journal of Interpersonal Violence, 1994), en el que casi el total de las 284 lesbianas entrevistadas refirieron haber sido objeto de violencia verbal por parte de la propia pareja, el 31% contó hacer sufrido abusos físicos y el 12% abusos físicos graves.
Diferencias en la edad
El estudio llevado a cabo en los Países Bajos indica, además, que el riesgo de divorcio es más alto si el "matrimonio" se contrae antes de los veinte años o entre los cuarenta y los cincuenta años. Este elemento pesa cada vez más en las parejas de lesbianas. Los hombres gays se "casan" en edad más madura respecto a las parejas heterosexuales: 43 años contra 37 (el 20% de los hombres gay que se habían "casado" tenían alrededor de 55 años). Lo mismo para las mujeres homosexuales respecto a las heterosexuales: la edad en la que las primeras dicen su "Sí, quiero" está alrededor de los 39 años, contra los 34 de las heterosexuales.
Además, la brecha de edad entre los parejas homosexuales es más alta respecto a la de los cónyuges heterosexuales; se ha observado, además, que la diferencia de edad es un factor decisivo en el divorcio entre parejas gays. En resumen, estos "matrimonios" gays a la larga no los quiere nadie, ni tan siquiera los directos interesados, y también una vez "casados" estas relaciones se disuelven como nieve al sol.
Publicado en La Nuova Bussola Quotidiana.
Traducción de Helena Faccia Serrano (diócesis de Alcalá de Henares).
¿Los “matrimonios” homosexuales? Escasos y duran poco. Esto es en síntesis lo que indica una encuesta de la Oficina Central de Estadística de los Países Bajos (CBS), que ha controlado el número y la duración de los “matrimonios” gays a partir del 1 de abril de 2001, año en el que los Países Bajos abrieron la puerta a las “bodas” homosexuales, hasta hoy. No faltan datos interesantes.
Promiscuidad: cientos de parejas
Ante todo, se asiste a una caída en las solicitudes de “matrimonios” gays. Los masculinos han pasado de 1339 en 2001 a 647 en 2015. Los femeninos, de 1075 en 2001 a 748 en 2015. El pico máximo, registrado precisamente en 2001, se debe a dos factores. El clamor mediático que llevó a muchos a llevar a cabo este elección y el efecto acumulación: todos los que estaban esperando "casarse" desde hacía tiempo lo hicieron en la misma época en cuanto el "matrimonio" homosexual fue legalizado. Pero esto no justifica el notable descenso, de alrededor del 40%, de los "matrimonios" gays. Se justifica, en cambio, si se tienen en cuenta las costumbres de la persona homosexual “practicante”, entre las cuales la promiscuidad es la primera de ellas.
Una detallado estudio científico que lleva el título: “A Comparative Demographic and Sexual Profile of Older Homosexually Active Men”, publicado en el Journal of Sex Research y realizado sobre 2583 homosexuales de edad bastante avanzada, informa de que el 10,215,7% de ellos habían tenido en su vida entre 501 y 1000 parejas sexuales; un ulterior 10,215,7% había tenido más de 1000 parejas sexuales. El dato es interesante también porque la investigación es del año 1997 y registra comportamientos anteriores a ese año, periodo en el que la homosexualidad era un fenómeno menos extendido de lo que es ahora, por lo que había más dificultad en encontrar una pareja sexual. La persona homosexual, por lo tanto, no quiere un vínculo para siempre con una sola persona y, por consiguiente, no quiere “casarse”; desea vivir su sexualidad de una manera abierta y líquida.
Índices de divorcio
Volvamos a los datos publicados por el CBS. Desde 2003 hasta hoy se han "casado" más las lesbianas que los varones homosexuales. La conclusión es que hay más divorcios entre las parejas de mujeres que entre las parejas gays masculinas. Además, no sólo los divorcios femeninos son más numerosos, sino también más elevados desde el punto de vista del porcentaje. Por ejemplo: el 30% de las parejas de mujeres que se "casaron" en 2005 han pedido el divorcio al cabo de diez años, contra el 15% de las parejas masculinas y el 18% de las parejas heterosexuales.
Proporcion de "matrimonios" contraídos en 2005 que siguen intactos: las parejas de lesbianas doblan en divorcios a los matrimonios entre hombre y mujer y a las parejas de gays.
En resumen, estas parejas de mujeres tienen el doble de posibilidad de divorciarse que las otras parejas. Esto se confirma en otros estudios, por ejemplo la investigación científica titulada “The Demographics of Same-Sex Marriages in Norway and Sweden”, publicada en Demography en 2006, en la que se informa que en Suecia el 30% de las "bodas" gay femeninas acaban en divorcio a los seis años, respecto al 20% de los "matrimonios" gays masculinos y el 13% de los heterosexuales.
Conflictividad y violencia
Dicha fragilidad hay que atribuirla no sólo a la promiscuidad a la que se hacía referencia anteriormente, sino también al hecho de que la relación homosexual es más conflictiva que la heterosexual. El estudio “Victimization and Perpetration Rates of Violence in Gay and Lesbian Relationships: Gender Issues Explored”, publicado en 1997 en la revista Violence and Victims, revela que sobre una muestra de 283 personas homosexuales, el 47,5% de las lesbianas y el 29,7% de los varones gays había sido víctima de acciones violentas perpetradas por una pareja del mismo sexo.
Una campaña contra la violencia que algunas personas homosexuales sufren por parte de su pareja.
Obsérvese que el índice de violencia mayor en las relaciones lesbianas corresponde, paralelamente, a un mayor porcentaje de rupturas del vínculo "conyugal" en las parejas de lesbianas. Hay datos similares en el estudio “Letting Out the Secret: Violence in Lesbian Relationships” (Journal of Interpersonal Violence, 1994), en el que casi el total de las 284 lesbianas entrevistadas refirieron haber sido objeto de violencia verbal por parte de la propia pareja, el 31% contó hacer sufrido abusos físicos y el 12% abusos físicos graves.
Diferencias en la edad
El estudio llevado a cabo en los Países Bajos indica, además, que el riesgo de divorcio es más alto si el "matrimonio" se contrae antes de los veinte años o entre los cuarenta y los cincuenta años. Este elemento pesa cada vez más en las parejas de lesbianas. Los hombres gays se "casan" en edad más madura respecto a las parejas heterosexuales: 43 años contra 37 (el 20% de los hombres gay que se habían "casado" tenían alrededor de 55 años). Lo mismo para las mujeres homosexuales respecto a las heterosexuales: la edad en la que las primeras dicen su "Sí, quiero" está alrededor de los 39 años, contra los 34 de las heterosexuales.
Además, la brecha de edad entre los parejas homosexuales es más alta respecto a la de los cónyuges heterosexuales; se ha observado, además, que la diferencia de edad es un factor decisivo en el divorcio entre parejas gays. En resumen, estos "matrimonios" gays a la larga no los quiere nadie, ni tan siquiera los directos interesados, y también una vez "casados" estas relaciones se disuelven como nieve al sol.
Publicado en La Nuova Bussola Quotidiana.
Traducción de Helena Faccia Serrano (diócesis de Alcalá de Henares).
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