Dice que el torso desnudo no es ofensivo, pero ¿en un lugar de oración?
El juicio educa a la asaltacapillas Rita Maestre: no lo volvería a hacer... visto el proceso penal
y quizá más si el transgresor ha pasado de ser una simple activista antisistema a portavoz del Gobierno municipal de la capital de España.
"Vistas las consecuencias, no lo volvería a hacer. Vistas las consecuencias, nadie haría una cosa así porque nos estamos enfrentando a un proceso penal", declaró este jueves la concejal Rita Maestre en la primera sesión del juicio por su participación en el asalto a la capilla católica del Campus universitario de Somosaguas en 2011.
Entonces ella tenía 21 años. La fiscalía la acusa a ella y al activista Héctor Meleiro, ligados a la asociación ContraPoder, de un delito contra los sentimientos religiosos y se pide un año de prisión para cada uno (aunque es obvio que en ningún caso llegarían a entrar en la cárcel).
Parece que en este caso el arrepentimiento va muy ligado al proceso penal. Parece también que el juicio -tremendamente mediático debido a la telegenia de la acusada y a su cargo actual- puede realmente llegar a tener un efecto disuasorio para otras personas tentadas de hacer como ella.
Otro elemento que da interés popular al suceso es que incluye escenas de nudismo y exhibicionismo. Rita Maestre ha admitido en esta sesión del juicio que en la "protesta" se quedó en sujetador al ver que lo hacían otras compañeras... añadiendo que "el torso desnudo no tiene que ser una cosa ofensiva".
Vídeo breve en YouTube con las declaraciones de Rita Maestre, imágenes del asalto y formato de noticiario
No fue una "concentración" sino un asalto
Cierta prensa de izquierdas trata de quitarle importancia al asunto. El Huffington Post publica un artículo que describe los hechos así: "Participó en 2011 en una concentración contra la presencia de una capilla católica en el Campus de Somosaguas de la Universidad Complutense".
El Huffington Post se olvida especificar que no fue una "concentración" en la calle o en una plaza, sino que treinta o cuarenta jóvenes entraron en una capilla donde había personas en oración, con empujones y gritos rodearon el altar, algunas chicas se quedaron en sujetador o con el torso desnudo y profirieron gritos groseros y anticatólicos. Por eso nadie habla de "la concentración" sino del asalto a la capilla.
El capellán de la Universidad, Rafael Hernando, declaró en el juicio este jueves, que aquel día las asaltantes (casi todas chicas) "me empujaron. Yo me resistía. Pero hubo un momento en el que me tuve que retirar, porque ya no había manera de dialogar". Añade que se sintió "incomodado" y "confundido".
Hernando da más datos: "Su objetivo era pasar dentro de la capilla aunque me agredieron"; "una chica incluso me dijo ´padre que se están quitando la ropa´, se sentía muy impotente". Y detalla: "Maestre actuaba como la líder. Ella iba primero y los demás iban detrás". Hernando la conocía bien porque habían sido compañeros de clase.
Parte del juicio trata de si Rita Maestre era co-organizadora o participante espontánea. El capellán dice que "en la primera fila había unas mujeres y entre ellas estaba Rita". Rita Maestre responde que ella en el momento en el que llegaron a la capilla se encontraba "en la mitad" del grupo. Rita añade que no le consta que hubiera ningún forcejeo.
Cuatro testigos coinciden al describir los hechos
Cuatro de las personas que se encontraban aquel día rezando en el interior de la capilla han coincidido en sus declaraciones:
- el asalto les dio la sensación de estar "organizado"
- lo protagonizaban mujeres, que irrumpieron en la capilla
- dos de ellas se besaron en la boca frente al altar (lo cual evidentemente no es un hecho pasional, sino que realizado en el altar de una capilla busca ofender los sentimientos religiosos católicos)
- profirieron gritos como "Vamos a quemar la Conferencia Episcopal" y "Menos rosarios y más bolas chinas".
Tres de estos testigos recuerdan que entre los participantes estaba Rita Maestre: la conocían, como mínimo, de haberla visto por la facultad.
Todos los asaltantes coreaban gritos groseros
El testigo Javier D., entonces estudiante, ha relatado que el templo "tronaba" y que "todos los presentes gritaban este tipo de frases". "Desde fuera de la fe a lo mejor esto no se entiende, pero para los que tenemos fe éste es el mayor dolor". El asalto, cree, estaba "muy bien organizado", y detalla que los implicados se colocaron "como en una escena teatral".
María Jesús V., por su parte, dice que sintió "impotencia" y que lloró una vez acabó la protesta. En el transcurso de la misma ha explicado que se profirieron frases como "Me río de la virginidad de la Virgen María" y que de las chicas que estaban en el interior del templo "unas se quedaron en sujetador y otras sin sujetador".
Pantallazo de uno de los vídeos del asalto a Somosaguas que circularon esos días de 2011
Otra estudiante que estaba dentro, "rezando sin molestar a nadie", era Victoria E., que asegura que se sintió "agredida" por estos hechos. "Mi impresión es que protestaban por la posición de la iglesia contra la homosexualidad", ha declarado... y no tanto contra las capillas, como aseguran los acusados. Las múltiples alusiones sexuales (el beso lésbico, los desnudos, mencionar la virginidad de la Virgen) reforzarían esta obsesión sexual de los asaltantes.
La cuarta testigo, María de A., señaló que en su opinión el asalto era "una violación de un templo sagrado". "Iban con intención de hacer daño, de burlarse, fue una mofa",
Siendo un juicio por ofensa a los sentimientos religiosos, la voluntad de injuriar y hacer burla, de causar daño emocional, es el elemento clave a discernir, y algo que los acusados intentan negar una y otra vez.
Los gritos coreados son importantes: no parece que se coreara sobre temas logísticos (no gritaban "queremos más espacios para el estudio" o "trasladen la capilla y pongan un laboratorio") sino gritos contra elementos de la fe, como la Virgen María.
Consecuencias políticas
Al salir del juicio, Rita Maestre, que como portavoz del Ayuntamiento de Madrid hoy está en primera línea política, ha declarado que respeta "la separación de poderes" y que ella ya no es "una estudiante anónima como cuando esto se produjo hace cinco años". "Esto hace que tenga relevancia y también interés político por parte de alguna de las partes teniendo en cuenta que una de una de las acusaciones es un partido político directamente", ha afirmado, en alusión a la fuerza extraparlamentaria Alternativa Española.
Ha reiterado que no tiene claro si dimitirá en el caso de que finalmente sea condenada: "Es una cosa que tenemos que valorar en mi equipo, que no es una decisión sólo mía y que valoraremos cuando llegue la sentencia".
Las frases de Rita Maestre
"No estamos hablando de un acto contra la libertad religiosa", ha defendido Maestre al comienzo de su declaración ante el juez, "estamos hablado de un acto de protesta en contra de que en un estado aconfesional y en una universidad pública con carencia de espacios hubiera una capilla católica".
"Yo no me desnudé y me quité la camiseta".
"El objetivo no era ofender a nadie", ha insistido, "mostrar el torso no me parece una actividad ofensiva".
"Vistas las consecuencias, no lo volvería a hacer. Vistas las consecuencias, nadie haría una cosa así porque nos estamos enfrentando a un proceso penal".
"Las protestas mientras sean pacíficas son legítimas. Y aquella fue una protesta pacífica".
"No tiene demasiado sentido que en una universidad pública haya capillas católicas", ha insistido.
"Me puse en contacto con el arzobispo de Madrid para explicarle que hay una bola mediática muy horrible con la que yo no me siento identificada, me puse en contacto con él para expresarle mis disculpas".
Según ha explicado, "no sólo las aceptó sino que entendió que era un cosa de juventud. Me dijo que era muy importante que desde las instituciones se defendiera el respeto de la libertad religiosa, algo que yo nunca he puesto en duda"
"Pido disculpas si ofendí a alguien. Yo ya he manifestado en público y lo creo seriamente que si eso ofendió a alguien no tengo ningun reparo en pedir disculpas".
"No era consciente de que estaba cometiendo un delito sino que era una protesta como otras de tipo político". "Entendíamos que era una protesta como otras protestas políticas"
La declaración del capellán Rafael Hernando:
"Me empujaron. Yo me resistía. Pero hubo un momento en el que me tuve que retirar, porque ya no había manera de dialogar"
"Su objetivo era pasar dentro de la capilla aunque me agredieron".
"Una chica incluso me dijo ´padre que se están quitando la ropa´ se sentía muy impotente".
"Maestre actuaba como la líder. Ella iba primero y los demás iban detrás".
"Yo no las vi desnudarse".
"Les pedí por favor que no entraran así".
Las preguntas de la fiscal
¿Realizaron ustedes proclamas como "Arderéis como en el 36", "El Papa no nos deja comernos las almejas", "Menos rosarios y más bolas chinas"...?
Escena de la ocupación grosera de la capilla, en la que estuvieron Rita Maestre y Héctor Meleiro, políticos de Ahora Madrid
El ambiente de impunidad lo propició
Pocos medios recuerdan estos días el ambiente de impunidad que en esos meses reinaba en algunas universidades españolas que animaba a realizar actos de extrema izquierda contra las capillas.
Apenas unos meses antes del asalto de Somosaguas, en noviembre de 2010, grupos anticlericales en la Universidad de Barcelona habían repartido panfletos llamando a invadir la misa en las capillas de Económicas y de Química para sabotearla, y así fue en algunos casos. En otros, los católicos hicieron misa con la puerta cerrada con llave, o cambiando los horarios. Llegó el caso en que se celebró misa bajo protección de guardias y de hecho durante un mes no se celebró misa porque la administración lo pidió por miedo a los violentos.
Con carteles, pintadas y protestas por los pasillos se intentó amedrentar a los cristianos. Como en Barcelona no hubo detenciones ni castigos, en Madrid los jóvenes de Contrapoder -el semillero de Podemos- dedujeron que habría impunidad.
Tanto hoy como en 2011 la izquierda padece cierto desconcierto respecto al asalto de capillas, y titubea entre alabarlo y desaconsejarlo. En aquel momento, Ángel Gabilondo, por entonces ministro socialista de Educación (había sido escolapio y profesor) condenó con rotundidad el asalto (aunque apoyó la tibieza del rector que no impuso sanciones).
Manifiestos progres de 2011: "no compartimos la forma"
Es curioso comprobar que en 2011 una serie de "profesores de universidades públicas" firmaron un manifiesto en solidaridad con los asaltantes, aunque ya entonces los firmantes aseguraban que "no comparten" la forma en la que se desarrolló la protesta.
En cambio, en junio de 2015, se recogieron firmas en la campaña NosotrasConRita,con un manifiesto que parece una canonización de la concejal y que no incluye ninguna frase criticando la modalidad de protesta. Hay gente que ha firmado ambos manifiestos,el que "no comparte" el método y el que prácticamente lo alaba, como es Ariel Jerez (de Políticas y Sociología de la UCM) o el mísmísimo Juan Carlos Monedero, político "depurado" de la cúpula de Podemos. Sobre la licitud de los métodos, "Nosotras Con Rita" no dice nada. Firman la alcaldesa populista de Barcelona, Ada Colau; la escritora feminista radical Maruja Torres; la actriz Pilar Bardem y en general el "establishment" progresista radical habitual en España, excepto los que dependen más directamente del PSOE.
Violencia en la universidad: el precedente alemán
Pero es verdad que puede estar en juego la democracia, como explicaba el historiador inglés Paul Johnson, en su libro de 1987 "La historia de los judíos" (950 páginas en Zeta Bolsillo) cuando describe cómo los nazis se apoderaron del ambiente universitario alemán (pág. 696 a 700). Cuando aún eran muy débiles en Alemania, los nazis empezaron a adquirir poder amedrentando a los profesores y alumnos judíos debido a la inacción e impunidad de las autoridades.
El historiador lo escribe así: "las propias autoridades jamás adoptaron medidas decididas para frenar la prepotencia estudiantil. No es que los profesores fuesen pronazis, pero eran enemigos de Weimar y la democracia, y sobre todo se mostraban cobardes frente a actos estudiantiles que ellos sabían que eran condenables, un presagio de la cobardía más general que la nación demostraría después. En consecuencia, los nazis controlaron de modo efectivo los claustros dos o tres años antes de apoderarse del país".
Por eso, parece razonable insistir en que no puede haber impunidad y que el asalto a capillas y las tácticas de amedrantamiento, con empujones e insultos no son admisibles. Como piden desde hace 5 años los 3.800 firmantes de la Declaración de Somosaguas, "que las autoridades públicas competentes adopten las medidas judiciales oportunas ante lo que constituye un atentado contra la libertad de culto que reconoce nuestra Constitución y que protege nuestro Código Penal".
Más sobre la Declaración de Somosaguas en:
http://declaraciondesomosaguas.blogspot.com.es