Pedro Trevijano denuncia la ideología de género como «la moral del pecado, la moral de Satanás»

Este lunes se presentó en Logroño ante más de ciento veinte personas, en el auditorio de la parroquia de San Pablo Apóstol, el libro Relativismo e ideología de género, del sacerdote Pedro Trevijano, en un acto que contó con la intervención de monseñor Juan José Omella, administrador apostólico de la diócesis hasta que tome posesión como arzobispo de Barcelona, y del editor y periodista Álex Rosal.

El autor del libro, columnista habitual en ReL, es licenciado en Derecho y doctor en Teología Moral por el Alfonsianum de Roma, y durante muchos años ha sido profesor de esa asignatura en el seminario de Calahorra y La Calzada-Logroño, así como profesor de Religión en institutos de enseñanza media de la ciudad.



Ha compartido con ReL algunas de las razones e inquietudes por las que ha consagrado un libro a una cuestión a la que lleva dedicado mucho tiempo de estudio.

-¿Por qué ha escrito Relativismo e ideología de género?
-He dedicado mi vida a dar clases a adolescentes y jóvenes, que, junto con los niños, son las grandes víctimas de la ideología de género. Para desmontar esta trama ideológica, para despertar a la sociedad, para poner mi granito de arena contra lo políticamente correcto y para tranquilizar mi conciencia, diciéndome: “He hecho lo que tenía que hacer”, he escrito este libro.



-¿Le parece tan grave este asunto?
-Todo es muy grave en la ideología de género, como el intento de destruir a las familias. Aunque a mí lo que me parece de especial hincapié es el querer corromper a niños, adolescentes y jóvenes.

-¿Qué pretende la ideología de género?
-La ideología de género pretende poner la sexualidad al servicio no del amor sino del placer, con una total libertad sexual que acaba convirtiendo a la persona en esclava de sus más bajos instintos. En nombre de la libertad, pretende terminar con nuestra libertad, que nos pide que seamos capaces de mandar en nosotros mismos, contando para ello con la ayuda de la gracia.

-¿Qué objetivo persiguen los creadores de esta ideología?
-Los objetivos de esta ideología son: primero, liberar al ser humano de su biología; segundo, que el ser humano tiene que hacerse a sí mismo según lo que él quiera, sólo de ese modo será libre y estará liberado. En pocas palabras, se puede hacer con el cuerpo lo que uno quiera, pues el fin de la sexualidad es el placer, evitando, eso sí, el embarazo y la natalidad. Tercero, el matrimonio y la familia son dos modos de violencia permanente contra la mujer y por tanto instituciones a combatir. La mujer es un ser oprimido y su liberación es central para cualquier actividad de liberación. La sexualidad, para este feminismo radical, es una relación de poder y el matrimonio es la institución de la que se ha servido el hombre para oprimir a la mujer. En cuanto a la maternidad, subordina a la mujer, constituyéndola en un segundo sexo dependiente del varón para complacer su egoísmo. La relación entre los sexos no se basa en el amor, sino en la lucha permanente.

-Usted habla en Relativismo e ideología de género de que la ideología de género es la moral del diablo… ¿A qué se refiere?
-Me refiero a que, salvo en el punto de la violación, en que estamos de acuerdo, la moral sexual de la ideología de género es la misma que la moral católica, pero al revés. Lo que para nosotros está bien, para ellos está mal y viceversa. Es, por tanto, la moral del pecado, la moral de Satanás.

-¿España está tan anestesiada como para ignorar estos peligros de los que usted habla en el libro?
-Hubo cincuenta mil objetores contra la asignatura de Educación para la Ciudadanía. Hay otras muchas personas, pero en conjunto no dejan de ser una pequeña minoría. La mayor parte de la gente no sabe que existe una cosa llamada “ideología de género”.

-Llama la atención que los cuatro principales partidos políticos españoles (Partido Popular, PSOE, Ciudadanos y Podemos), de tendencias tan diversas, sin embargo coincidan con entusiasmo en abrazar la ideología de género. ¿Qué está pasando para que la cosmovisión de la vida de partidos tan dispares se haya unificado, y prácticamente los cuatro tengan un modelo de sociedad bastante parecido?
-Quiero creer que nuestros políticos, así como los del Parlamento Europeo que votaron que la educación sexual en Europa debe hacerse de acuerdo con la ideología de género son unos irresponsables que no tenían ni idea de lo que votaban. En caso de que sí lo supieran, mi autocensura me impide escribir lo que pienso de ellos.

-¿Podría referirnos algunas iniciativas políticas de ideología de género que se estén implantando en España y sus consecuencias?
-Implantar las idioteces de la ideología de género, que es la absoluta negación del sentido común, como por ejemplo que el ser humano nace sexualmente neutro, la legislación antimatrimonial y antifamiliar que favorece el divorcio exprés, el matrimonio homosexual, el aborto y la ideología de género, la sustitución de las palabras padre y madre por progenitor A y progenitor B, el favorecer la corrupción de menores enseñándoles que la masturbación y hacer el acto sexual desde la infancia no contiene nada malo, son barbaridades que evidentemente pasan factura, pero es que la gente y nuestros políticos no quieren problemas y así nos los vamos a encontrar en un plazo breve o ya, mucho más gordos pues tendremos una juventud hedonista y sin valores y entonces vendrá la hora de las lamentaciones.

-¿La Iglesia católica es el último bastión a derribar por la ideología de género?
-No sé si es el último bastión, pero sí el más importante, y por ello la lucha de los relativistas y de la ideología de género se concentra fundamentalmente en la Iglesia católica.

-El Papa Francisco habla mucho contra la ideología de género. ¿Podría resumir cuál es la principal crítica del Pontífice contra esta ideología?
-El cardenal Bergoglio llamó diabólica a la Ley que implantó en Argentina el matrimonio homosexual. Ya Papa, Francisco ha escrito en la encíclica Laudato si nº 155, lo siguiente: “La ecología humana implica también algo muy hondo: la necesaria relación de la vida del ser humano con la ley moral escrita en su propia naturaleza, necesaria para poder crear un ambiente más digno. En esta línea, cabe reconocer que nuestro propio cuerpo nos sitúa en una relación directa con el ambiente y con los demás seres vivientes. La aceptación del propio cuerpo como don de Dios es necesaria para acoger y aceptar el mundo entero como regalo del Padre y casa común, mientras una lógica de dominio sobre el propio cuerpo se transforma en una lógica a veces sutil de dominio sobre la creación. Aprender a recibir el propio cuerpo, a cuidarlo y a respetar sus significados, es esencial para una verdadera ecología humana. También la valoración del propio cuerpo en su femineidad o masculinidad es necesaria para reconocerse a sí mismo en el encuentro con el diferente. De este modo es posible aceptar gozosamente el don específico del otro o de la otra, obra del Dios creador, y enriquecerse recíprocamente. Por lo tanto, no es sana una actitud que pretenda ‘cancelar la diferencia sexual porque ya no sabe confrontarse con la misma’”.

Autor: Pedro Trevijano
Título: Relativismo e ideología de género
Editorial: Voz de Papel
Páginas: 152
Precio: 12,00 €

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