El arzobispo de Buenos Aires avala a la Hermandad de San Pío X ante la Administración argentina
El pasado domingo el diario argentino Clarín dio a conocer la decisión del secretario de Culto, Guillermo R. Oliveri, publicada en el Boletín Oficial de la República Argentina el 9 de abril de 2015, conforme a la cual la Fraternidad San Pío X (FSSPX), fundada en 1970 por el arzobispo Marcel Lefebvre (19051991), queda reconocida como persona jurídica e inscrita en el Registro de Institutos de Vida Consagrada, que incluye a las órdenes y congregaciones religiosas católicas presentes en el país.
Con esta resolución queda resuelto un grave problema para la Hermandad de San Pío X, por cuanto sólo hay dos formas de tener existencia religiosa legal en Argentina: como un culto no católico (algo que la FSSPX nunca estuvo dispuesta a solicitar) o como parte de la Iglesia católica en virtud de un reconocimiento solicitado por la Santa Sede o por un obispo titular con jurisdicción en el territorio nacional. Algo que, dada la irregular situación canónica de la Fraternidad, se había revelado hasta ahora muy complicado, dejándola en un limbo legal que ponía en peligro todas sus obras, que incluyen un seminario, diversos prioratos, escuelas y colegios, etc.
La nueva situación se ha visto posibilitada por una carta del arzobispo de Buenos Aires, el cardenal Mario Aurelio Poli, enviada a la Secretaría de Culto, acompañando el trámite iniciado en 2011 en dicha Secretaría por el padre Christian Bouchacourt, entonces superior del Distrito de América del Sur de la Fraternidad San Pío X. En la misiva el arzobispo de Buenos Aires “solicita que la Fraternidad de los Apóstoles de Jesús y María (Fraternidad San Pío X) sea considerada, hasta que encuentre el definitivo encuadramiento jurídico en la Iglesia universal, como si fuera una asociación de derecho diocesano”.
Sin trascendencia canónica, pero con conocimiento del Papa
Según precisa la Agencia DICI, "el documento del Cardenal Poli no tiene incidencia canónica, pues no puede hacer las veces de la autoridad romana, que es la única que puede determinar la situación canónica de la Fraternidad". Aun así, "el hecho de que el cardenal Poli haya sucedido al cardenal Bergoglio en la sede arzobispal de Buenos Aires puede conducir legítimamente a pensar que esta decisión no ha sido tomada sin consultar al Papa Francisco. Con todo, no se trata más que de una cuestión estrictamente administrativa en el contexto específico de la República Argentina".
Según Marcelo González, director de la publicación argentina Panorama Católico Internacional, "parece indudable que el promotor ha sido el Papa Francisco, puesto que, se sabe, no se mueve una mosca en la Argentina eclesiástica, menos en la archidiócesis de Buenos Aires, sin que él lo sepa y lo apruebe".
Con esta resolución queda resuelto un grave problema para la Hermandad de San Pío X, por cuanto sólo hay dos formas de tener existencia religiosa legal en Argentina: como un culto no católico (algo que la FSSPX nunca estuvo dispuesta a solicitar) o como parte de la Iglesia católica en virtud de un reconocimiento solicitado por la Santa Sede o por un obispo titular con jurisdicción en el territorio nacional. Algo que, dada la irregular situación canónica de la Fraternidad, se había revelado hasta ahora muy complicado, dejándola en un limbo legal que ponía en peligro todas sus obras, que incluyen un seminario, diversos prioratos, escuelas y colegios, etc.
La nueva situación se ha visto posibilitada por una carta del arzobispo de Buenos Aires, el cardenal Mario Aurelio Poli, enviada a la Secretaría de Culto, acompañando el trámite iniciado en 2011 en dicha Secretaría por el padre Christian Bouchacourt, entonces superior del Distrito de América del Sur de la Fraternidad San Pío X. En la misiva el arzobispo de Buenos Aires “solicita que la Fraternidad de los Apóstoles de Jesús y María (Fraternidad San Pío X) sea considerada, hasta que encuentre el definitivo encuadramiento jurídico en la Iglesia universal, como si fuera una asociación de derecho diocesano”.
Sin trascendencia canónica, pero con conocimiento del Papa
Según precisa la Agencia DICI, "el documento del Cardenal Poli no tiene incidencia canónica, pues no puede hacer las veces de la autoridad romana, que es la única que puede determinar la situación canónica de la Fraternidad". Aun así, "el hecho de que el cardenal Poli haya sucedido al cardenal Bergoglio en la sede arzobispal de Buenos Aires puede conducir legítimamente a pensar que esta decisión no ha sido tomada sin consultar al Papa Francisco. Con todo, no se trata más que de una cuestión estrictamente administrativa en el contexto específico de la República Argentina".
Según Marcelo González, director de la publicación argentina Panorama Católico Internacional, "parece indudable que el promotor ha sido el Papa Francisco, puesto que, se sabe, no se mueve una mosca en la Argentina eclesiástica, menos en la archidiócesis de Buenos Aires, sin que él lo sepa y lo apruebe".
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