Cuando la gente bloqueó el Fiat papal, «él no sintió miedo, sino el cariño popular», dice Lombardi
La simplicidad del Papa Francisco dejó en evidencia los fallos del esquema de seguridad del que había alardeado el Gobierno de Río, con al menos 15.000 hombres repartidos por la ciudad para garantizar la seguridad del pontífice durante los días de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) esta semana.
Sin embargo, las autoridades cariocas no asumieron claramente la responsabilidad por los fallos.
El secretario municipal de tráfico de Río, Carlos Roberto Osorio, dijo a la prensa local que la Policía Federal había cambiado el trayecto sin informarlo.
Según el Centro de Operaciones de Río (COR), la ruta inicial del trayecto entre el aeropuerto internacional Tom Jobim, y la Catedral, no fue difundido por razones de seguridad. La OCR llegó a decir que el hecho que que el Papa viajase con la ventana abierta fue lo que complicó el tránsito.
Lombardi dice que el Papa no tuvo miedo
Por su parte, el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, declaró en rueda de prensa que en ningún momento Su Santidad tuvo miedo sino al contrario, se entusiasmó con el cariño de las personas.
El secretario del Papa - afirmó el portavoz - "me dijo que el Papa estaba siempre sonriente y muy feliz", aunque confió en que el secretario tuvo miedo en algunos momentos. Especialmente cuando se equivocaron de camino "y ahí hubo un momento de un poco de dificultad". La preocupación "es que el entusiasmo era tan grande que era difícil de controlar", pero no hubo miedo ni preocupación, dijo Lombardi.
El helicóptero, por los manifestantes
La última parte del itinerario del papa - dijo el padre Lombardi - se utilizó el helicóptero por una decisión de las autoridades brasileñas, debido a las manifestaciones en torno el Palacio de Guanabara.
Lombardi señaló que para el Papa los jóvenes siempre deben verse en un contexto más amplio de la sociedad. "Y en este contexto, el Papa habló de los jóvenes y los ancianos. Los jóvenes tienen la fuerza y los ancianos tienen sabiduría. Hay que separar las diferentes partes de la sociedad, pero necesitamos ambas. Los jóvenes tienen que ser vistos en el conjunto de la sociedad, dijo el papa a los periodistas.
El Papa, en el avión, hablando con los periodistas también comentó uno de sus grandes temas: la lucha contra "la cultura del descarte" y en favor de "una cultura de la inclusión y del encuentro, tratando especialmente la falta de empleo para los jóvenes y la necesidad de su pleno desarrollo".
"El Papa pidió ayuda a los periodistas porque vino a dar su mensaje, y sin los periodistas, su misión será parcial", dijo el portavoz. "El viaje fue muy tranquilo, pero muy activo. El papa tiene mucha energía. Casi nunca descansa. Es increíble."
La presidenta, impresionada
Según Lombardi, además, "la presidenta Roussef quedó muy impresionada por el discurso del papa en Lampedusa", discurso pronunciado hace unos días, cuando el papa habló de la fuerte acogida de los refugiados.
Respondiendo a la pregunta de una periodista sobre la visita del papa a Aparecida, el padre Lombardi dijo que el Papa tiene una gran devoción a María y eso fue exactamente su primer deseo cuando fue confirmado el viaje a Río de Janeiro. "Dijo expresamente al organizador de la programación -, dijo el portavoz del Vaticano - que tenía que poner en la agenda un viaje a Aparecida". Y tomó uno de los dos días de descanso previstos en el programa inicial de Benedicto XVI para poner esta visita a Aparecida.
Ventana bajada... y motos desaparecidas
En su primer trayecto del aeropuerto a la Catedral de Río, el Papa bajó la ventana del automóvil en el que iba, un vehículo simple y sin protección.
La baja velocidad hizo que los fieles rodearan el coche, que iba sin la compañía de motocicletas de la policía, que suelen escoltar a autoridades.
El Papa Francisco le dio la mano a varias personas y llegó a besar a un niño, cuando una madre rompió el bloqueo de seguridad. En medio del camino, en la avenida Presidente Vargas, la comitiva se atascó durante 12 minutos por la multitud de autobuses.
El tiempo que los fieles rodearon el coche en que el Papa iba acompañado por la presidenta de Brasil Dilma Rousseff parecía una eternidad a los encargados de la seguridad.
En medio de la aglomeración de decenas de millares de fieles eufóricos, un hombre le entregó una carta al Papa.
Mientras tanto, los escoltas en motocicleta pudieron llegar después de la primera confusión.
Sin embargo, las autoridades cariocas no asumieron claramente la responsabilidad por los fallos.
El secretario municipal de tráfico de Río, Carlos Roberto Osorio, dijo a la prensa local que la Policía Federal había cambiado el trayecto sin informarlo.
Según el Centro de Operaciones de Río (COR), la ruta inicial del trayecto entre el aeropuerto internacional Tom Jobim, y la Catedral, no fue difundido por razones de seguridad. La OCR llegó a decir que el hecho que que el Papa viajase con la ventana abierta fue lo que complicó el tránsito.
Lombardi dice que el Papa no tuvo miedo
Por su parte, el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, declaró en rueda de prensa que en ningún momento Su Santidad tuvo miedo sino al contrario, se entusiasmó con el cariño de las personas.
El secretario del Papa - afirmó el portavoz - "me dijo que el Papa estaba siempre sonriente y muy feliz", aunque confió en que el secretario tuvo miedo en algunos momentos. Especialmente cuando se equivocaron de camino "y ahí hubo un momento de un poco de dificultad". La preocupación "es que el entusiasmo era tan grande que era difícil de controlar", pero no hubo miedo ni preocupación, dijo Lombardi.
El helicóptero, por los manifestantes
La última parte del itinerario del papa - dijo el padre Lombardi - se utilizó el helicóptero por una decisión de las autoridades brasileñas, debido a las manifestaciones en torno el Palacio de Guanabara.
Lombardi señaló que para el Papa los jóvenes siempre deben verse en un contexto más amplio de la sociedad. "Y en este contexto, el Papa habló de los jóvenes y los ancianos. Los jóvenes tienen la fuerza y los ancianos tienen sabiduría. Hay que separar las diferentes partes de la sociedad, pero necesitamos ambas. Los jóvenes tienen que ser vistos en el conjunto de la sociedad, dijo el papa a los periodistas.
El Papa, en el avión, hablando con los periodistas también comentó uno de sus grandes temas: la lucha contra "la cultura del descarte" y en favor de "una cultura de la inclusión y del encuentro, tratando especialmente la falta de empleo para los jóvenes y la necesidad de su pleno desarrollo".
"El Papa pidió ayuda a los periodistas porque vino a dar su mensaje, y sin los periodistas, su misión será parcial", dijo el portavoz. "El viaje fue muy tranquilo, pero muy activo. El papa tiene mucha energía. Casi nunca descansa. Es increíble."
La presidenta, impresionada
Según Lombardi, además, "la presidenta Roussef quedó muy impresionada por el discurso del papa en Lampedusa", discurso pronunciado hace unos días, cuando el papa habló de la fuerte acogida de los refugiados.
Respondiendo a la pregunta de una periodista sobre la visita del papa a Aparecida, el padre Lombardi dijo que el Papa tiene una gran devoción a María y eso fue exactamente su primer deseo cuando fue confirmado el viaje a Río de Janeiro. "Dijo expresamente al organizador de la programación -, dijo el portavoz del Vaticano - que tenía que poner en la agenda un viaje a Aparecida". Y tomó uno de los dos días de descanso previstos en el programa inicial de Benedicto XVI para poner esta visita a Aparecida.
Ventana bajada... y motos desaparecidas
En su primer trayecto del aeropuerto a la Catedral de Río, el Papa bajó la ventana del automóvil en el que iba, un vehículo simple y sin protección.
La baja velocidad hizo que los fieles rodearan el coche, que iba sin la compañía de motocicletas de la policía, que suelen escoltar a autoridades.
El Papa Francisco le dio la mano a varias personas y llegó a besar a un niño, cuando una madre rompió el bloqueo de seguridad. En medio del camino, en la avenida Presidente Vargas, la comitiva se atascó durante 12 minutos por la multitud de autobuses.
El tiempo que los fieles rodearon el coche en que el Papa iba acompañado por la presidenta de Brasil Dilma Rousseff parecía una eternidad a los encargados de la seguridad.
En medio de la aglomeración de decenas de millares de fieles eufóricos, un hombre le entregó una carta al Papa.
Mientras tanto, los escoltas en motocicleta pudieron llegar después de la primera confusión.
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