Una dudosa "jurisdicción religiosa"
85 Consejos Islámicos imponen la sharía en Gran Bretaña al margen de la Justicia ordinaria
Gran Bretaña cuenta con 85 tribunales islámicos, que aplican sus propias normas para la resolución de litigios civiles y familiares, para la comunidad musulmana en el país de unos 2,6 millones de personas.
En abril de este 2013, la BBC difundió un reportaje sobre el funcionamiento de estos tribunales islámicos en Gran Bretaña en donde se describía la dramática situación de mujeres que, bajo una dudosa “jurisdicción religiosa”, sufrían interminables esperas para obtener la disolución de su matrimonio, veían imposibilitado o dificultado el acceso a sus hijos y se veían en el dramático callejón sin salida de la violencia doméstica, de alguna forma avalada o legitimada por esos tribunales o “Consejos Islámicos”, señala Rafael Palomino Lozano, en un reportaje en Aceprensa.
No acudir a la policía
La autora del reportaje se atreve, incluso, a enviar una periodista encubierta al Consejo Islámico para entrevistarse con el Dr. Hassan; disfrazada con un chador, la periodista expone el maltrato al que se ve sometida por un supuesto marido y el Dr. Hassan disuade a la fingida víctima de acudir a la policía: “Eso debería ser el último recurso”.
El reportaje de la BBC aboga por un proyecto de ley, presentado en el Parlamento inglés, para prohibir la intervención de este tipo de tribunales religiosos.
Tribunal de la Mezquita Central de Birmingham
Jameela, madre de tres hijos, acude al Tribunal de la Mezquita Central de Birmingham para solicitar el divorcio. En presencia de los “jueces”, afirma que su cónyuge pasa la mayor parte del tiempo con su segunda esposa y que, además, la golpea y amenaza de muerte.
La mahometana, es interrogada por los componentes del Tribunal, entre los que se encuentran Mohammed Naseen, un imán vestido con una túnica blanca y una mujer (la única que forma parte de un tribunal islámico en Gran Bretaña) con la cabeza cubierta con un pañuelo, cuya intervención en la vista es residual y que ejerce las funciones de comparsa, escribe Dazibao-Ñ en Minuto Digital.
Uno de los jueces, con palabras amables y gesto amistoso, muestra su preocupación a la solicitante del divorcio por los derechos del padre y pronuncia una sentida disertación sobre la armonía familiar, esperando que el periodista que asiste al curioso evento quede seducido por el buen criterio de los jurisprudentes.
Finalmente, el Tribunal falla a favor de Jameela, puesto que su marido se allana a la petición de divorcio que, en realidad, nada disuelve desde una perspectiva jurídica, ya que el matrimonio se celebró en una mezquita al margen de la legislación civil británica, lo que sitúa a la divorciada en una tesitura legal sumamente precaria, tanto en el aspecto patrimonial como en el relacionado con la custodia de los hijos.
Mientras que para el varón es suficiente con pronunciar la palabra “talaq” para disolver el vínculo matrimonial, la mujer que solicita el divorcio debe convencer a los jueces sobre su petición con razones de entidad, por ser su condición humana inferior a la del hombre, según proclamó el “Profeta”.
El Islam practicado en la Mezquita Central de Birmingham es el más “ liberal” del Reino Unido e Irlanda del Norte. Sólo así se entiende que una fémina pueda poner sus pies en un lugar reservado sólo para viriles orantes muslimes. En cambio, la interpretación que del Corán hace el prestigioso jurisconsulto Suhaid Hasan, miembro del Consejo Islámico de la Sharía, “it’s different” , puesto que pide la introducción en la legislación penal británica de la pena de lapidación para las adúlteras y la de amputación de manos para los ladrones. En Inglaterra, ahora, “se sospecha” que los tribunales islámicos están traspasando ciertos límites, y que forman un “sistema legal” paralelo.
The Telegraph, recuerda la polémica desatada cuando Michael Nazir-Alí, ex obispo de Rochester, afirmó hace tres años que se estaban imponiendo áreas exclusivas para musulmanes, por lo que fue acusado de alarmista. Según éste clérigo de origen paquistaní, para entender cuál es el impacto en la sociedad de la Sharía, sólo hay que observar lo que ocurre en las naciones donde se aplica, como Irán o Arabia Saudí.
Las proféticas palabras de Nazir-Alí, han sido corroboradas por los hechos: Los tribunales islámicos se han convertido en un cáncer y los “radicales” han declarado barrios sometidos a la Sharía, con todas sus consecuencias.
La denuncia de la Iglesia Anglicana
Dio mucho que hablar el dircurso del arzobispo Rowan Williams “Civil and Religious Law in England: a religious perspective”, el 7 de febrero de 2008, que apuntó a la aspiración de las comunidades islámicas británicas a vivir bajo la Sharía (el Derecho islámico).
La sola mención del tema levantó una polvareda de críticas, provocada tal vez por quienes no habían leído el discurso del arzobispo… O quizá por quienes desconocían la realidad británica, puesta de manifiesto muy poco después en un programa radiofónico de la BBC especializado en Derecho, Law In Action, en el que se explicó que tanto los tribunales islámicos, como los rabínicos, o los tribunales de costumbres somalíes, venían funcionando con normalidad para algunas disputas jurídicas desde tiempo atrás, y que bien podrían considerarse medios alternativos de resolución de litigios (ADR, Alternative Dispute Resolution): un modo de conseguir soluciones justas más rápidas, en un ambiente más amigable y con un coste menor…
En abril de este 2013, la BBC difundió un reportaje sobre el funcionamiento de estos tribunales islámicos en Gran Bretaña en donde se describía la dramática situación de mujeres que, bajo una dudosa “jurisdicción religiosa”, sufrían interminables esperas para obtener la disolución de su matrimonio, veían imposibilitado o dificultado el acceso a sus hijos y se veían en el dramático callejón sin salida de la violencia doméstica, de alguna forma avalada o legitimada por esos tribunales o “Consejos Islámicos”, señala Rafael Palomino Lozano, en un reportaje en Aceprensa.
No acudir a la policía
La autora del reportaje se atreve, incluso, a enviar una periodista encubierta al Consejo Islámico para entrevistarse con el Dr. Hassan; disfrazada con un chador, la periodista expone el maltrato al que se ve sometida por un supuesto marido y el Dr. Hassan disuade a la fingida víctima de acudir a la policía: “Eso debería ser el último recurso”.
El reportaje de la BBC aboga por un proyecto de ley, presentado en el Parlamento inglés, para prohibir la intervención de este tipo de tribunales religiosos.
Tribunal de la Mezquita Central de Birmingham
Jameela, madre de tres hijos, acude al Tribunal de la Mezquita Central de Birmingham para solicitar el divorcio. En presencia de los “jueces”, afirma que su cónyuge pasa la mayor parte del tiempo con su segunda esposa y que, además, la golpea y amenaza de muerte.
La mahometana, es interrogada por los componentes del Tribunal, entre los que se encuentran Mohammed Naseen, un imán vestido con una túnica blanca y una mujer (la única que forma parte de un tribunal islámico en Gran Bretaña) con la cabeza cubierta con un pañuelo, cuya intervención en la vista es residual y que ejerce las funciones de comparsa, escribe Dazibao-Ñ en Minuto Digital.
Uno de los jueces, con palabras amables y gesto amistoso, muestra su preocupación a la solicitante del divorcio por los derechos del padre y pronuncia una sentida disertación sobre la armonía familiar, esperando que el periodista que asiste al curioso evento quede seducido por el buen criterio de los jurisprudentes.
Finalmente, el Tribunal falla a favor de Jameela, puesto que su marido se allana a la petición de divorcio que, en realidad, nada disuelve desde una perspectiva jurídica, ya que el matrimonio se celebró en una mezquita al margen de la legislación civil británica, lo que sitúa a la divorciada en una tesitura legal sumamente precaria, tanto en el aspecto patrimonial como en el relacionado con la custodia de los hijos.
Mientras que para el varón es suficiente con pronunciar la palabra “talaq” para disolver el vínculo matrimonial, la mujer que solicita el divorcio debe convencer a los jueces sobre su petición con razones de entidad, por ser su condición humana inferior a la del hombre, según proclamó el “Profeta”.
El Islam practicado en la Mezquita Central de Birmingham es el más “ liberal” del Reino Unido e Irlanda del Norte. Sólo así se entiende que una fémina pueda poner sus pies en un lugar reservado sólo para viriles orantes muslimes. En cambio, la interpretación que del Corán hace el prestigioso jurisconsulto Suhaid Hasan, miembro del Consejo Islámico de la Sharía, “it’s different” , puesto que pide la introducción en la legislación penal británica de la pena de lapidación para las adúlteras y la de amputación de manos para los ladrones. En Inglaterra, ahora, “se sospecha” que los tribunales islámicos están traspasando ciertos límites, y que forman un “sistema legal” paralelo.
The Telegraph, recuerda la polémica desatada cuando Michael Nazir-Alí, ex obispo de Rochester, afirmó hace tres años que se estaban imponiendo áreas exclusivas para musulmanes, por lo que fue acusado de alarmista. Según éste clérigo de origen paquistaní, para entender cuál es el impacto en la sociedad de la Sharía, sólo hay que observar lo que ocurre en las naciones donde se aplica, como Irán o Arabia Saudí.
Las proféticas palabras de Nazir-Alí, han sido corroboradas por los hechos: Los tribunales islámicos se han convertido en un cáncer y los “radicales” han declarado barrios sometidos a la Sharía, con todas sus consecuencias.
La denuncia de la Iglesia Anglicana
Dio mucho que hablar el dircurso del arzobispo Rowan Williams “Civil and Religious Law in England: a religious perspective”, el 7 de febrero de 2008, que apuntó a la aspiración de las comunidades islámicas británicas a vivir bajo la Sharía (el Derecho islámico).
La sola mención del tema levantó una polvareda de críticas, provocada tal vez por quienes no habían leído el discurso del arzobispo… O quizá por quienes desconocían la realidad británica, puesta de manifiesto muy poco después en un programa radiofónico de la BBC especializado en Derecho, Law In Action, en el que se explicó que tanto los tribunales islámicos, como los rabínicos, o los tribunales de costumbres somalíes, venían funcionando con normalidad para algunas disputas jurídicas desde tiempo atrás, y que bien podrían considerarse medios alternativos de resolución de litigios (ADR, Alternative Dispute Resolution): un modo de conseguir soluciones justas más rápidas, en un ambiente más amigable y con un coste menor…
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