Viernes, 22 de noviembre de 2024

Religión en Libertad

Younis Masih es liberado

Absuelto un cristiano pakistaní condenado a muerte por blasfemia, tras ocho años de cárcel

Cristianos de Pakistán
Cristianos de Pakistán

Zenit

Younis Masih, cristiano condenado a muerte con falsas acusaciones de blasfemia, en prisión desde el 2005, ha sido absuelto este miércoles 3 de abril, por la Alta Corte de Lahore, como conclusión del proceso de apelación.

Lo informó hoy la agencia vaticana Fides, indicando que “el colegio de jueces, compuesto por los magistrados Khaja Amtiaz Ahmed y Khalid Mehmood Khan, declaró que Younis Masih es inocente y ordenó su liberación inmediata”. Estaban presentes en la lectura del veredicto muchos musulmanes, que siguieron el caso.

La ley antiblasfemia de Pakistán, condensada en el artículo 295 del Código Penal, fue impuesta durante el período colonial británico con la finalidad de evitar enfrentamientos por motivos religiosos. El dictador Mohamed Zia ul Haq la endureció en 1984 llegando a poder ser castigada la blasfemia [siempre en relación a la religión musulmana y a su profeta Mahora] con pena de muerte o cadena perpetua.

Dicha norma se puede prestar con facilidad a las acusaciones por parte de grupos extremistas e imanes locales contra las minorías religiosas o incluso a ser utilizada para dirimir disputas entre vecinos por medio de acusaciones falsas, como es el caso de Younis Masih.


“La apelación fue presentada en septiembre de 2012 gracias a un equipo de abogados cristianos y con el apoyo de la ONG LEAD (“Legal Evangelical Association Development”).

Younis Masih, fue arrestado a los 27 años, acusado de blasfemia el 10 de septiembre del 2005 en la ciudad de Lahore.

La acusación de blasfemia contra Younis se basaba en que “simplemente había pedido a algunos vecinos musulmanes que bajaran el volumen de la música que provenía de su casa. Por lo que fue acusado falsamente de blasfemia y las mezquitas en la zona llamaron a los musulmanes a atacar y quemar los hogares cristianos. La policía, para apaciguar a la multitud, registró una denuncia por blasfemia contra Younis, y en un juicio celebrado en la cárcel por razones de seguridad, un tribunal de primera instancia lo condenó a muerte en 2007”.

Tras la acusación, se desencadenó una ola de violencia masiva: cuatrocientos musulmanes armados con palos atacaron y saquearon el distrito de Chungi Amer Sidhu, donde vivía la familia Younis. Younis y su esposa Meena fueron golpeados, más de cien familias cristianas huyeron de la zona para salvar sus vidas”. 


En Pakistán los casos de persecuciones realizados con la ley antiblasfemia son bastante frecuentes. Entre los más simbólicos figura el de Asia Bibi, una cristiana condenada a muerte con la acusación de blasfemia que podría ser ejecutada en la horca. Ella podía haber salido de la cárcel si hubiera accedido a convertirse al Islam. En la actualidad, Asia BiBi lleva más de tres años en un sector de aislamiento.

Otro de casos clamorosos es el de una niña cristiana de trece años y con discapacidad psíquica, Rimsha Masih, que fue detenida en agosto de 2012 en Islamabad, bajo la acusación de tener en una bolsa páginas del Corán quemadas. La niña, había sido instigada a usar páginas de un libro viejo que estaban en la basura [ignorando que eran del Corán] para encender un fuego. Era una trampa como tantas otras que se montan contra cristianos en Pakistán y también en India, donde también rige la ley de la blasfemia. Numerosas organizaciones de dioversas confesiones cristianas y otras religiones han pedido que se reforme o derogue la ley de la blasfemia en estos países.

Uno de los abogados defensores del injustamente acusado y ahora puesto en libertad, Mushtaq Gill, declaró: “Estamos muy agradecidos a Dios porque, después de tantos años, la justicia ha triunfado para Younis Masih. Tenemos esperanza en que pueda suceder lo mismo con Asia Bibi”.

Asia Bibi, una mujer cristiana, se pudre en una cárcel paquistaní, acusada injustamente con base en la ley de la blasfemia. Fue víctima de otra trampa. Le fue ofrecido un vaso de agua, por una mujer musulmana, mientras trabajaba en el campo. Al introducir de nuevo el vaso en el pozo para beber, fue acusada de contaminar el poco. Al responder ella que no creía que Mahoma dijera tal cosa, fue acusada de blasfemia por usar el nombre de Mahoma, siendo cristiana.

Gracias a la presión internacional, en especial de la plataforma española Hazte.oir, no se ha ejecutado sobre Asia Bibi la sentencia de muerte a la que fue condenada.
En Pakistán e India crece la convicción, entre los mismos musulmanes moderados, la mayoría, de que la ley de la blasfemia debe ser reformada.
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