Mark Regnerus fue denunciado en Texas
La censura del lobby gay choca contra el respeto universitario a la investigación científica
El estudio sobre los problemas de los niños educados por parejas homosexuales no incurre en «mala práctica», certifica el comité académico.
Cuando el estudio conducido por el profesor Mark Regnerus, de la Universidad de Texas en Austin, obtuvo resultados que los grupos de presión gay consideraron inconvenientes para su causa, pusieron en marcha la máquina de la censura y la difamación.
En concreto, los datos recogidos por Regnerus, profesor de Sociología y publicados en la revista científica especializada Social Science Research, evidenciaban que los niños criados por parejas gays tienen más problemas en la edad adulta.
Llegó entonces la denuncia de un activista gay, Scott Rose, apoyado por distintas asociaciones del conglomerado LGTB (lesbianas, gays, transexuales y bisexuales), que buscaba que fuese sancionado bajo la acusación de "mala praxis" científica. Rose dirigió una carta el 21 de junio al rector de la institución, Bill Powers, acusando a Regnerus de "violación de la ética".
Ante la ira de esos grupos y las campañas de algunos medios contra Regnerus, el científico recibió el apoyo de dieciocho compañeros de profesión de distintas universidades respaldando la seriedad del estudio y la libertad de investigación como único cauce para el progreso de la ciencia.
Sin embargo, y a pesar de que el trabajo había pasado el exigente fielato del comité de redacción de Social Science Research, la Universidad de Texas abrió en junio pasado un expediente para discernir la acusación contra Mark.
Un informe exculpatorio contundente
Y la pasada semana la comisión se pronunció en favor suyo. Según recoge Catholic News Agency, el encargado del examen, Robert A. Peterson, notificó el 24 de agosto el resultado de su "revisión cuidadosa" de todos los datos disponibles, así como los materiales y la información aportados, y fue tajante en su resolución: "He resuelto que el profesor Regnerus no cometió mala praxis científica. Ninguna de las alegaciones de mala praxis se sustenta sobre datos físicos, materiales escritos o información recogida durante los interrogatorios. Y algunas de las acusaciones iban más allá de los términos de la investigación. No hay ninguna prueba de las acusaciones".
El comité inquisidor de la Universidad de Texas no entra en el fondo del trabajo de Regnerus, que considera sujeto a la libre discusión de los expertos, sino que exonera a su autor de cualquier pretensión de que haya violado al plantearlo las exigencias del método científico. Para llegar a esa conclusión, la institución académica revisó todos los papeles y ordenadores de Regnerus, así como sus informes y correspondencia, y seleccionó a un panel de expertos y un auditor externo
para la revisión.
Las autoridades universitarias, por medio del vicerrector Steven W. Leslie, consideraron este miércoles "zanjado" el asunto al aprobar el informe de Peterson.