Al hilo de la polémica
No encontraba ropa «modesta» para la Confirmación de su hija, así que creó su propia marca
Marisa Pereira, diseñadora textil con veinte años de experiencia, ha lanzado un proyecto para ir a la moda a los eventos en la iglesia.
La reconvención del obispo de Solsona, Xavier Novell, a tres chicas durante su ceremonia de confirmación, por lo poco apropiado de su forma de vestir, ha puesto sobre el tapete una cuestión que es siempre objeto de polémica, pero que da origen también a soluciones prácticas.
Es el caso de Marisa Pereira, psicóloga, licenciada en diseño de moda y textiles y durante veinte años consultora de imagen personal y corporativa en el área urbana de Atlanta (Georgia, Estados Unidos). Marisa es, además, católica y madre de una hija de 14 años.
También para unas confirmaciones
Esta primavera le dio que pensar que en su parroquia, para preparar su próxima ceremonia de confirmación, había ante el confesonario "una hilera de chicas de las cuales muchas iban ataviadas con mini-shorts, incluso remangados para ser más cortos todavía. Habrían pasado perfectamente como la parte inferior de un traje de baño. Me pregunté si sus padres o profesores se habían tomado la molestia de explicarles que esa forma de vestir no era apropiada para la ocasión: el sacramento de la confesión".
Ya en el otoño de 2010, según cuenta ella misma al explicar el origen de la marca que ha creado, se le había planteado este problema para encontrar ropa "adecuada para los grandes eventos en la iglesia". como la próxima confirmación de su hija. Lo que encontraba le parecía "o demasiado informal, o demasiado arriesgado, o de poca calidad de materiales".
Y reparó entonces, a la luz de sus ocupaciones profesionales, que tal vez su misión era "aprovechar mi experiencia y mis conocimientos para ofrecer a esas chicas opciones viables de vestir a la moda y a la vez con modestia". Hizo el plan de negocio, registró la marca (Michaela-Noel) ...y el domingo de Pascua de 2011 su hija vistió el primer modelo diseñado y fabricado por la empresa familiar. Desde entonces, no han parado.
Derecho y deber de los padres
En su información corporativa, Marisa no oculta sus cartas, porque trabaja para un público específico. El desafío de ser diferentes es su lema. El objetivo de la compañía: "Ofrecer a las jóvenes opciones para ir a la moda y al mismo tiempo ser modestas". Y las situaciones para las que trabaja: citas de negocios que exigen particular elegancia, y sobre todo ropa conveniente para asistir a ceremonias como bautizos, bodas, primeras comuniones o confirmaciones.
Entre los diez puntos que el cliente puede esperar de la marca Michaela-Noel y la "Marisa-empresaria" destacan los colores que transmiten vida, alegría y juventud, y un corte de los trajes acorde con los principios que la "Marisa-madre", aun a riesgo de ser considerada una "sargentona" (así lo dice ella misma) o una "anticuada" considera que deben tenerse en cuenta: "Creo que es mi derecho y mi deber decidir cómo viste mi hija". Al argumento de "los demás lo hacen" responde: "No soy la madre de los demás".
Hace también una llamada a una responsabilidad que no es sólo individual, sino también social: "Si transigís con las decisiones inapropiadas de vuestros hijos, por favor daos cuenta de que contribuís inadvertidamente a crear un estándar".
Y cita el libro de los Proverbios (22,6): "Instruye al joven sobre su camino, y cuando envejezca no se apartará de él".
Es el caso de Marisa Pereira, psicóloga, licenciada en diseño de moda y textiles y durante veinte años consultora de imagen personal y corporativa en el área urbana de Atlanta (Georgia, Estados Unidos). Marisa es, además, católica y madre de una hija de 14 años.
También para unas confirmaciones
Esta primavera le dio que pensar que en su parroquia, para preparar su próxima ceremonia de confirmación, había ante el confesonario "una hilera de chicas de las cuales muchas iban ataviadas con mini-shorts, incluso remangados para ser más cortos todavía. Habrían pasado perfectamente como la parte inferior de un traje de baño. Me pregunté si sus padres o profesores se habían tomado la molestia de explicarles que esa forma de vestir no era apropiada para la ocasión: el sacramento de la confesión".
Ya en el otoño de 2010, según cuenta ella misma al explicar el origen de la marca que ha creado, se le había planteado este problema para encontrar ropa "adecuada para los grandes eventos en la iglesia". como la próxima confirmación de su hija. Lo que encontraba le parecía "o demasiado informal, o demasiado arriesgado, o de poca calidad de materiales".
Y reparó entonces, a la luz de sus ocupaciones profesionales, que tal vez su misión era "aprovechar mi experiencia y mis conocimientos para ofrecer a esas chicas opciones viables de vestir a la moda y a la vez con modestia". Hizo el plan de negocio, registró la marca (Michaela-Noel) ...y el domingo de Pascua de 2011 su hija vistió el primer modelo diseñado y fabricado por la empresa familiar. Desde entonces, no han parado.
Derecho y deber de los padres
En su información corporativa, Marisa no oculta sus cartas, porque trabaja para un público específico. El desafío de ser diferentes es su lema. El objetivo de la compañía: "Ofrecer a las jóvenes opciones para ir a la moda y al mismo tiempo ser modestas". Y las situaciones para las que trabaja: citas de negocios que exigen particular elegancia, y sobre todo ropa conveniente para asistir a ceremonias como bautizos, bodas, primeras comuniones o confirmaciones.
Entre los diez puntos que el cliente puede esperar de la marca Michaela-Noel y la "Marisa-empresaria" destacan los colores que transmiten vida, alegría y juventud, y un corte de los trajes acorde con los principios que la "Marisa-madre", aun a riesgo de ser considerada una "sargentona" (así lo dice ella misma) o una "anticuada" considera que deben tenerse en cuenta: "Creo que es mi derecho y mi deber decidir cómo viste mi hija". Al argumento de "los demás lo hacen" responde: "No soy la madre de los demás".
Hace también una llamada a una responsabilidad que no es sólo individual, sino también social: "Si transigís con las decisiones inapropiadas de vuestros hijos, por favor daos cuenta de que contribuís inadvertidamente a crear un estándar".
Y cita el libro de los Proverbios (22,6): "Instruye al joven sobre su camino, y cuando envejezca no se apartará de él".
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