«LOS OCCIDENTALES NO ESTARÁN A SALVO»
El mundo musulmán clama contra la «Jornada de la quema del Corán» y amenaza a Occidente
El pastor Terry Jones prosigue con la iniciativa pues «por ahora nadie me ha convencido de que desistir en la idea sea lo correcto».
El pastor Terry Jones mantiene en vilo a todo el Ejército y el Gobierno de EE.UU. Sigue en sus trece y planea quemar ejemplares del Corán el 11 de septiembre para conmemorar los atentados en las Torres Gemelas y el Pentágono. El horario de la quema será de 6 a 9 de la tarde, para horror del fiscal general de EE.UU., Eric Holder, de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, del propio Vaticano, de instituciones de la UE, de asociaciones de judíos de todo el mundo o de la mismísima Angelina Jolie (entre otras personalidades) quienes ayer condenaron esta iniciativa del pastor baptista que amenaza con dinamitar de nuevo las relaciones entre el mundo islámico y occidente. Desde el mundo islámico las manifestaciones comienzan a extenderse. Desde Indonesia a Egipto, pasando por Afganistán.
«Por ahora nadie me ha convencido de que desistir en la idea sea lo correcto», se ratificó Jones en una rueda de prensa desde Gainesville, localidad de Florida donde sirve en su iglesia de apenas 50 feligreses. Jones, de 58 años, saltó a los medios locales el año pasado, imprimiendo carteles y camisetas con la frase «El islam es el demonio». Ahora propone este particular «Koran burning», como anuncia el camión donde guarda la leña para la hoguera.
«La gente ya nos ha enviado 200 coranes. Estamos listos para hacerlo y no cambiaré de opinión porque estoy convencido de que esto tiene que ocurrir», dice Jones a la cadena ABC.
El pastor cree que el islam promueve la violencia y que los musulmanes quieren imponer la ley de la sharia en EE.UU. Jones dice entender y compartir la preocupación, «pero si no lo hacemos, la pregunta es ¿cuándo dejaremos de apoyarlos?». Ex manager de hotel, este hombre trabajó como misionero en Europa durante 30 años y dirigió una iglesia en Alemania antes de encargarse del Dove World Outreach Center en Gainesville. Vive allí desde 1996 y suele recorrer los 20 acres de la iglesia con una pistola a la cintura.
«Un baño de sangre»
Donde el mensaje del pastor Jones no ha pasado desapercibido es precisamente en Afganistán donde EE.UU. cuenta con 78.000 soldados y otros países con otros 41.000 (España tiene en el terreno 1.555). Mujib Rahman prepara su discurso para la oración de viernes. Pese a estar en el final del ramadán y a las puertas de una de las fiestas religiosas más importantes del año el contenido es monotemático y aborda la posible quema del Corán por los feligreses del pastor Jones cuyo mensaje ha calado hondo en el estamento religioso afgano que exige a Washington «acciones rápidas y efectivas para impedir que se lleve a cabo esta afrenta al Islam», explica Mujib Rahman, uno de los oradores más jóvenes e influyentes del país desde una habitación de su casa situada en Gazar Gha, santuario del maestro sufí Abdullah Ansari.
«La reacción de la gente es imprevisible, si cumplen su amenaza los occidentales en países musulmanes no volverán a estar a salvo, esto es mucho más grave que las revueltas por las caricaturas del Profeta. Será un baño de sangre», augura este religioso célebre por su abierta oposición a la fuerzas extranjeras y cuyos sermones se graban en discos compactos que se venden en todo Afganistán.
El Vaticano, la Casa Blanca, la UE, la OTAN, etc. condenan la campaña. El responsable de la asamblea de ulemas de la provincia de Herat, maulavi Mohamed Kebabiani, se expresa en términos más moderados pero coincide en la «respuesta violenta que generará en las calles y que se volverá contra las fuerzas extranjeras». La quema del Corán fue el tema central de la reunión urgente convocada por este consejo religioso para analizar sus consecuencias. «Si alguien prueba que los atentados del 11-S fueron cometidos por un musulmán es un crimen del individuo, no de todos los musulmanes del mundo», argumenta este anciano que dirige la madrasa Darul Ulum Ghiasia.
Mujib Rahman piensa que «las fuerzas de seguridad americanas deben rodear esa iglesia y detener a sus miembros para prohibir la quema del libro sagrado. Si son capaces de matar civiles afganos en caso de que sea necesario para la seguridad de sus militares, ¿no son capaces de al menos detener a estos locos para evitar males mayores?», se preguntan.
El lunes un grupo de quinientos manifestantes se reunió a las puertas de una mezquita de Kabul y al grito de «¡muerte a América!» quemaron banderas de EE.UU. y un muñeco que representaba al pastor evangelista Terry Jones. En el resto del país no se han producido movilizaciones de momento, pero los clérigos se preparan para «informar sobre la gravedad de los hechos» a los fieles en el sermón de mañana, adelanta Mujib Rahman, «y entonces puede pasar cualquier cosa. El simple hecho de hablar de la posible quema del Corán ya es un crimen».