El presentador de «La Tarde» de COPE publica «Don Giussani. El ímpetu de una vida»
Fernando de Haro: «Para Giussani, el hombre volverá a la fe... si Dios responde a lo importante»
Fernando de Haro nació en Madrid hace 58 años, tiene cuatro hijos, es miembro del movimiento Comunión y Liberación (CL) y es un reconocido periodista radiofónico. Desde su programa La Tarde de COPE lleva cada día a millones de oyentes la actualidad española de forma amena, rigurosa... y con gran éxito de audiencia.
Gran apasionado de la figura de Luigi Giussani, fundador de CL, quien "transformó su vida y la visión que siempre había tenido de la fe", de Haro acaba de publicar Don Giussani. El ímpetu de una vida, editorial Sekotia (puedes adquirirlo en este enlace).
A través de testimonios directos, de los propios escritos de Giussani... el periodista traza un retrato certero, apasionante y enriquecedor del que fuera uno de los grandes personajes de la Iglesia Católica en el siglo XX (leer aquí más sobre Luigi Giussani). Fernando de Haro atiende a ReL para hablar de su última obra.
-¿Qué aporta la figura de Giussani a la vida de la Iglesia?
-Giussani ha aportado cosas muy importantes. Él empieza a hablar de que el cristianismo es un acontecimiento, y esto lo han ido recogiendo los papas en el Magisterio de la Iglesia. Hay que recordar la encíclica de Benedicto XVI, en la que dice que 'no se empieza a ser cristiano por una doctrina o por una ética sino por el acontecimiento de una persona'. Algo que ha repetido Francisco, para el que el cristianismo es algo que está sucediendo... que sucede, no como a los discípulos, pero sí 'lo mismo' que a los discípulos.
»Hay otra cuestión que me parece esencial. En un contexto de tanta secularización... Giussani insiste en que, al hombre contemporáneo para hacerle presente la fe, no basta con la repetición literal del anuncio cristiano, sino que tiene que encontrarse con la experiencia de la criatura nueva a través de los testigos.
»Para Giussani, el hombre moderno solo puede creer en Cristo si este se presenta como respuesta a la pregunta que tenemos todos: a ese deseo de justicia, de verdad, de belleza. ¿A quién le puede interesar el cristianismo.... sino se convierte en esa respuesta a los interrogantes que tiene el hombre?
Puedes adquirir aquí el libro 'Don Giussani. El ímpetu de una vida'.
-Para Giussani, ¿qué era lo más importante en la vida?
-Lo más importante para Giussani era la relación con Cristo presente. Él lo dice: 'Cristo vida de mi vida, Cristo es todo por lo que me muevo, por lo que me sacrifico, porque Cristo es el único que se toma en serio mi propia humanidad, de forma atenta, insistente'... En Giussani la pasión por Cristo crece permanentemente. Él tiene una relación constante entre los deseos de su corazón, el ansia de belleza y la presencia de Cristo.
-¿Qué entendía por ser cristiano?
Ser cristiano no era pertenecer a una gran corriente de pensamiento -que todo eso tiene un gran valor-, pero, para Giussani, ser cristiano es estar delante de la presencia de Cristo, como lo estaban los primeros discípulos, invadido por una 'tenaz alegría' e inevitablemente ofreciéndolo al mundo con la vida.
»Si hoy no se pudiera experimentar todo lo que dijo Giussani, sus palabras no valdrían nada. Si no experimentamos ahora la presencia de Cristo todo lo demás no sirve para nada.
-¿Qué ha supuesto para usted la figura de Giussani?
-Yo venía de una familia de tradición católica en la que, sin haber abandonado la fe, cada vez me resultaba menos interesante la Iglesia. Veía que era un conjunto de ritos y de prescripciones morales. Al conocer a Giussani, el cristianismo se convirtió en lo que no había sido hasta ese momento: un motivo de alegría, de vivir todos los aspectos de la vida con una intensidad que antes ni soñaba. La vida se convirtió en más vida.
»La relación con Giussani me ha ayudado a ver que todo en la vida sirve como camino para reconocer la belleza del acontecimiento de Cristo. Gracias a contemplar la experiencia de Giussani, se produjo en mí un asombro, un estupor, que me hizo conocer a Cristo de otra manera, como alguien presente, que tenía una gran ternura y misericordia.
"Para Giussani, ser cristiano es estar delante de la presencia de Cristo como lo estaban los primeros discípulos, invadido por una 'tenaz alegría'".
-¿Qué es lo que más le llamó la atención de sus encuentros con Giussani?
-Lo conocí en 1985 y recuerdo la pasión con la que recreaba el encuentro de Juan y Andrés con Jesús en el Evangelio. Delante de aquel hombre te dabas cuenta de que Cristo no era un puro nombre. A través de su testimonio vibraba en mí la presencia de Cristo, de una humanidad diferente. Gracias a su pasión por las cosas concretas, por la poesía, por la música, por la situación social.... con su mirada de las cosas normales que vemos todos los días... se percibía claramente a Cristo.
-¿Cuál es la razón para escribir esta biografía?
-Tras la muerte de Giussani se hizo una gran biografía y, ahora, hemos hecho una más divulgativa. En la que Giussani no solo estuviera en sus textos sino que se recreara la manera que tenía de moverse, de relacionarse con sus alumnos... He utilizado el material de personas que convivieron con él, de sus alumnos, enfermeros... y he procurado estar en todos los sitios donde él vivió.
-El libro relata varias anécdotas... ¿el encuentro con el otro era su seña de identidad?
-Es, sin duda, su seña de identidad. Él dice: 'para mí, la historia lo ha sido todo'. No son tanto anécdotas, sino acontecimientos que él ha vivido y que los ha hecho experiencia, los ha juzgado y le han ido construyendo. Comunión y Liberación no sale de una mesa en la que unos se sientan a pesar lo que hay que hacer. Detrás de cada texto suyo siempre hay un acontecimiento. Mirando la realidad se produce un impacto estético que permite reconocer el misterio de Dios.
-¿Con cuál de estos acontecimientos se quedaría?
-Hay tantos, que es imposible elegir, pero escojo tres. El primero fue con 14 años, cuando empieza a leer a un poeta ateo que se llama Leopardi y me impresiona cómo hace suyo el impulso y el deseo infinito de este autor. El segundo sería cuando entra a clase y le dice a sus alumnos, 'yo no vengo aquí a venderos una serie de ideas que vosotros tenéis que repetir, vengo a daros un método para que tengáis una capacidad crítica'.
»Y, el tercero, cuando en la larga y dura enfermedad que padece, en una noche tremebunda, con grandes dolores, el enfermero le dice que 'Dios no le ahorra nada' y Giussani contesta que 'el misterio es misterio, Dios es Dios'. Como diciendo que muchas veces no se puede entender lo que Dios consiente, pero que él está siempre presto a la obediencia y a lo que Dios quiera decirle a través de las circunstancias.