Gary Nosacek lleva la pastoral de Circos y Rodeos... y vuelos en ingravidez
Un diácono cowboy que bendice elefantes es ahora -parece- el primer clérigo en gravedad cero
Desde los 8 años, Gary Nosacek quería ir al espacio y ser astronauta. Más adelante, entendió que lo que le gustaba era hablar de cosas buenas, magníficas, como el Cielo y el amor de Dios, y entró en el seminario en su diócesis de Milwaukee. Lo de flotar en el espacio parecía descartarse... pero, como veremos, la vida da muchas vueltas.
Casado, 5 hijos, esposa médico y activista provida
Aún en el seminario, Gary conoció a una buena chica católica, Cindy. Se replanteó lo que Dios pedía de él. Se casaron en 1980 y tuvieron 5 hijos. Ella es doctora de medicina familiar, ahora retirada pero no inactiva. Él tuvo éxito como comunicador en la radio, con un programa infantil y también con programas de humor y de comentarios de actualidad.
Cindy había querido ser misionera, pero con cinco hijos era complicado. Se volcó en el voluntariado local en clínicas provida y centros de ayuda a embarazadas, y también fue voluntaria en clínicas gratuitas para gente sin recursos.
El diácono Gary Nosacek y su esposa Cindy, médico de familia, activista provida en EEUU y formadora sanitaria en misiones
Ya en 2010, con los hijos crecidos, el matrimonio Nosacek pudo ir a su primer viaje misionero a Tenejapa (Chiapas, México) como profesores de regulación natural de la fertilidad para sanitarios. Más adelante irían de forma más regular a Uganda.
Pastoral de circos: bendecir elefantes y artistas
En 2014, Gary Nosacek fue ordenado diácono permanente por el obispo Jeff Haines de Milwaukee. Luego, en 2017, conocedor de su talante viajero y aventurero, durante una cena el arzobispo Listecki se le acercó y dijo: "necesito un tipo para el circo, y eres tú".
Con su talante expresivo y abierto, Nosacek empezó a acudir a circos y espectáculos, bendecir caballos, elefantes, artistas y aprovechar para llevarse a los nietos y hacerse fotos con acróbatas, payasos y malabaristas.
El diácono Gary Nosacek con un par de nietos visita a los artistas de circo
"Voy con el alzacuellos y digo 'hola, soy el diácono Gary, el tipo del arzobispo para circos y rodeos'", explicaba en el Milwaukee Journal Sentinel. Incluso tiene una tarjeta que pone exactamente eso.
Su experiencia es que los artistas circenses son bastante religiosos, y muchos de ellos son católicos, aunque por sus horarios y viajes les cuesta organizarse para acudir a los sacramentos. En los rodeos también hay mucha gente de fe fuerte, pero suelen ser baptistas y a veces un poco anticatólicos. Gary se trata con todos.
"He visitado varias veces el Baraboo Circus World, he bendecido elefantes en el Shrine Circus, caballos en el show de los Garden Brother, me he dejado caer con los Cowboys por Cristo en las finales de rodeo Wrangler en Las vegas, visité una reserva en Sarasota y prediqué en una misa de polka cuando dedicaron la estatua de Da Crusher. Y estuve en Madison con los Acro-cats. Entrenan a gatos para que hagan los trucos que normalmente hacen tigres y leones", señala.
El salto a la gravedad cero
Con los tigres, leones, elefantes y gatos ya dominados, el obispo Jeff Haines le lanzó el siguiente reto. "¿Sabes? No tenemos todavía a nadie en el espacio. Ya que has estado en circos, rodeos y cosas de lucha libre, ¿por qué no pruebas eso?", le dijo. Y cada vez que se encontraban, el obispo le insistía con el tema: "¿qué tal ese viaje al espacio?"
"Así que empecé a buscar y encontré Zero-G", explica en el Milwaukee Journal Sentinel. Se trata de el mismo tipo de viaje al que se someten los astronautas en sus entrenamientos, aunque más breve. Cuesta un dinero, pero no es para millonarios. "Ahorré durante un tiempo", explica el diácono.
Zero Gravity Corp ofrece estos vuelos sin gravedad en Las Vegas desde 2020. En realidad, no se va al espacio. Se vuela en un Boeing 727 modificado, a la misma altura que en vuelos comerciales, pero el tipo de parábolas que realiza crea la sensación y efectos de la falta de gravedad.
El diácono Gary (pelo blanco a la izquierda) y otros viajeros con gravedad cero que viajan con Zero-G (foto de Al Powers)
Rezar al despegar... sin asustar
Gary se puso su cuello clerical bajo el mono azul del uniforme. No hizo una oración formal al despegar pero sí rezó para sí, en voz baja. "Tienes a toda esa gente un poco asustada al despegar y entonces viene un clérigo y se pone a rezar...", bromea Gary.
Durante el despegue, se siente 1,8 veces la fuerza de la gravedad, "como un elefante que se sienta en tu pecho". A 8.200 metros empiezan los efectos especiales: primero la gravedad marciana (un tercio la de la Tierra), luego la lunar (un sexto la de la Tierra) y después la ingravidez: los viajeros empiezan a flotar.
Una señora que necesitaba vomitar recurrió a una bolsa. Es necesario, porque los líquidos formas bolitas flotantes que chocan con todo. Una diversión allí arriba es intentar atrapar bolas de agua con la boca en ingravidez.
"Una vez flotas, has de seguir recto en tu dirección; si te asustas, empiezas a girar en espiral fuera de control", avisa el diácono Gary.
De vuelta a la tierra, explica, cuesta recuperar el uso de las piernas. "Tenía que asegurarme de poder caminar antes de bajar los peldaños del avión", detalla.
El diácono Gary con su cuello clerical, emocionado con la experiencia (foto de Al Powers)
Como comunicador, considera que es el primer clérigo católico del mundo que ha estado en gravedad cero. Pero no está cien por cien seguro: siempre ha habido clérigos peculiares en circunstancias peculiares.
Ahora se pregunta si el arzobispo le mandará al fondo del mar o a otro sitio raro." Si se me ocurre una forma de ir a ver el Titanic, no me importaría", declara con humor.
"Yo sólo quiero que las personas sepan que, estén donde estén, hagan lo que hagan, la Iglesia irá allí. Si no es físicamente, pensando en ellos. Rezamos por ti. El mensaje es que Dios es disfrute y Dios está en todas partes", proclama.
Y sin dejar de colaborar con las misiones
Mientras tanto, Gary y su esposa Cindy tienen entre manos, desde 2018, la colaboración con una parroquia de Uganda (la Inmaculada Concepción, en Padibe) que está hermanada con su parroquia de Milwaukee (las Tres Santas Mujeres). La han visitado varias veces y mantienen contacto con ella por Internet durante la pandemia de coronavirus.
Dan formación al personal sanitario sobre regulación natural de la fertilidad, sobre la diabetes y el control de presión y otros temas sanitarios básicos pero importantes. También hicieron llegar a Uganda dos máquinas de ultrasonidos para embarazadas, con su formación para el manejo, con el apoyo de los Caballeros de Colón y la sede local de la Asociación Médica Católica.
Cindy señala que en sus viajes misioneros constata la grandeza de la Iglesia, tan diversa, relamente universal.
Gary, por su parte, comenta: "mucha gente, especialmente chavales, piensan que los clérigos son personas que caminan por ahí con las dos manos juntas y que nunca salen del templo. Y cuando me encuentran, yo que he sido el tipo del circo y el rodeo y ahora del espacio... bueno, indica que puedes divertirte e involucrarte en la Iglesia. Eso te recuerda que la Iglesia está ahí, que Dios está en todas partes".