Muere Alice von Hildebrand, gran filósofa católica que enriqueció la obra de su marido Dietrich
En la madrugada de este viernes ha fallecido en su domicilio, casi centenaria y tras una breve enfermedad, la filósofa católica Alice von Hildebrand (1923-2022), quien fuera esposa de Dietrich von Hildebrand (1889-1977). Además de mantener vivo el legado intelectual de su marido durante casi medio siglo, Alice tuvo una importante obra propia.
"Quienes conocieron a Lily le escucharon decir con frecuencia que el cabo de su vela se estaba haciendo cada vez más corto", recordó John Herby Crosby, fundador y presidente del Proyecto Hildebrand, al comunicar la noticia: "De hecho, ella anhelaba la muerte -para ver el rostro de Nuestro Señor y reunirse por fin con su marido Dietrich, sus padres y su querida amiga Madeleine Stebbins- con la paz que solo una auténtica inocencia y una fe profunda pueden aportar".
El legado intelectual de Dietrich von Hildebrand
Alice Jourdain, su nombre de soltera, era belga y llegó a Estados Unidos en 1940 como refugiada de guerra. Fue alumna de Dietrich en la facultad de Filosofía de la Universidad de Fordham, veterana institución jesuita, y a partir de 1947 empezó a dar clases en el Hunter College de Nueva York, hasta su jubilación en 1984.
Tras el fallecimiento en 1957 de la primera esposa de Dietrich, él y Alice contrajeron matrimonio en 1959, ella con 36 años y él con 70. A raíz de la muerte de su marido en 1977, se consagró a difundir y enriquecer su extraordinario legado teológico y filosófico, sobre todo tras su propia retirada de la actividad académica.
En el año 2000 escribió Alma de león. Biografía de Dietrich con Hildebrand, con prólogo del cardenal Joseph Ratzinger, con quien mantuvo una buena amistad. En 2004, junto con varios antiguos alumnos, fundó el Proyecto Hildebrand para dar a conocer la vida y textos de su esposo. Y en 2014 publicó su propia autobiografía, Memories of a happy failure, con prólogo del cardenal Timothy Dolan.
El legado intelectual de Alice von Hildebrand
Pero ella misma destacó como filósofa, con especial dedicación a la antropología realista como fundamento de la institución matrimonial y familiar, con obras como La noche oscura del cuerpo. Por qué en las relaciones íntimas el respeto es lo primero, donde analiza las raíces metafísicas del pudor y las consecuencias de su destrucción, o El privilegio de ser mujer, donde, partiendo de la diferencia entre hombres y mujeres, subrayó la mayor capacidad de éstas para la entrega, su sensibilidad a la belleza y su capacidad para el sacrificio, y con la Santísima Virgen como modelo de feminidad.
A raíz de su jubilación ofreció numerosas conferencias en todo el mundo, al tiempo que seguía dando clase en instituciones como la Universidad Franciscana de Steubenville o el Instituto Tomás Moro de Roma, y aparecía con frecuencia en programas de la cadena de televisión EWTN. Su presentador estrella, Raymond Arroyo, consideraba su vida como un ejemplo "del poder de poner la confianza en Dios para recibir la fortaleza con la que resistir el sufrimiento y transformar la propia vida".
Aparte de sus penalidades físicas durante la Segunda Guerra Mundial y sus primeros pasos en Estados Unidos, Alice von Hildebrand sufrió un duro acoso en el Hunter College durante sus 37 años de docencia, porque luchó sin cuartel contra el relativismo que en ese periodo se fue introduciendo como un cáncer en la cultura ambiente de su país de acogida y de todo Occidente.
Su defensa de la verdad "mediante la razón, el ingenio y el amor", evocan sus editores, le granjeó un gran respeto entre sus alumnos, creando una escuela que siguió viva durante las décadas posteriores, pues estuvo activa hasta el final de una vida vivida en la fe y por la fe.