Jueves, 21 de noviembre de 2024

Religión en Libertad

Una española se curó gracias a la intercesión de la fundadora de las Misioneras Cruzadas

«El neurólogo dijo que no volvería a hablar»: el milagro que hará santa a la Madre Nazaria Ignacia

«El neurólogo dijo que no volvería a hablar»: el milagro que hará santa a la Madre Nazaria Ignacia
María Victoria Azuara es la religiosa española de 91 años sobre quien se obró el milagro que hará santa a la Madre Ignacia Nazaria

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Este domingo, en pleno Sínodo centrado en los jóvenes, se canonizará en Roma a siete beatos que son un ejemplo para toda la Iglesia universal. Entre ellos están el Papa Pablo VI y el obispo salvadoreño Óscar Romero, los sacerdotes Francesco Spinelli y Vincenzo Romano, el joven Nunzio Sulprizio y las religiosas María Caterina Kasper y Nazaria Ignacia de Santa Teresa de Jesús.

Nazaria Ignacia nació en 1889, es española de nacimiento, pero boliviana de adopción, pues fue en el país americano donde llegó como misionera e inició su obra apostólica que la ha acabado llevando a los altares. La fundadora de las Misioneras Cruzadas de la Iglesia entregó su vida en el servicio a los más pobres, y en este momento hay 400 religiosas realizando esta labor en 21 países de cuatro continentes.

El milagro para la canonización

El milagro necesario para que el Papa Francisco la canonice se produjo en otra monja española, María Victoria Azuara, de 91 años. En una rueda de prensa en Madrid, la religiosa de las Misioneras Cruzadas explicó cómo a los pocos días de sufrir un derrame cerebral y después de que el médico le dijera que no volvería a hablar, comenzó a construir frases con total naturalidad.

Este hecho extraordinario ocurrió en Bolivia el 13 de octubre de 2010, cuando la hermana Azuara sufrió este derrame cerebral que la dejó totalmente sin habla. Fue trasladada a Cochabamba e ingresó en un hospital en el que el neurólogo dio un pronóstico “pésimo”. Fue entonces cuando las hermanas de la congregación  rezaron a su fundadora, la Madre Nazaria, para que se curase.

canonizacion

La hermana Azuara, a la derecha, durante la rueda de prensa que celebró en Madrid la congregación el pasado 8 de octubre

La hermana Azuara permaneció en observación en el hospital aunque sin tratamiento hasta que fue trasladada a casa sin que pudiera pronunciar palabra. Sin embargo, unos días después, mientras se encontraba en el desayuno con las demás monjas, de pronto, como “una cosa tan natural”, explica ella, preguntó a sus hermanas: “Por favor, ¿me alcanzan la mantequilla?”.

Ante el estupor de las presentes, llevaron a esta religiosa a que se realizara distintas pruebas médicas. “El neurólogo vio las placas y dijo: ‘con estas placas usted no puede hablar’. Y yo le dije: ‘Pues estoy hablando’. Y me contestó: ‘Esto no es de hombres, es de Dios’. Y yo añadí: ‘De Dios y de mi madre fundadora”, explicó Azuara en Madrid el pasado 8 de octubre.

El Papa conoce bien la obra de la futura santa

Desde su etapa en Buenos Aires, ciudad en la que precisamente murió en 1943 la madre Nazaria Ignacia, el Papa Francisco conocía la obra de la futura santa y de la orden que fundó. Estas religiosas realizan una importante labor en las Villas Miseria de Buenos Aires.

La actual superiora general, la madre Daniela Pérez, recordó que cuando el entonces arzobispo de Buenos Aires visitaba su comunidad siempre decía: “Por aquí ha taconeado una santa”. “Cuando oímos muchas veces al Papa, nos parece que oímos a nuestra madre fundadora. De hecho, cuando Francisco dice ‘salir a las periferias’, nosotras escuchamos el ‘bajar a la calle’ que nos pedía Nazaria”, agrega la responsable de esta congregación.

Una vida dedicada a los pobres

Nazaria Ignacia March Mesa nació el 10 de enero de 1889 en Madrid (España). Según recoge Aciprensa, por motivos económicos se trasladó con su familia a México, donde ingresó a la Congregación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados en 1908. A fines de 1912 fue destinada a Oruro y durante más de 12 años, se dedicó al cuidado de los ancianos.

En 1925 fundó las Hermanas Misioneras de la Cruzada Pontificia, instituto religioso que se erigió canónicamente el 12 de febrero de 1927. En Bolivia la congregación orientó su trabajo a la dignidad y derechos de las mujeres pobres y la promoción de la educación.

En 1938 la futura santa llegó a Argentina donde permaneció hasta el día de su muerte en 1943. Al año siguiente se aprobó la constitución definitiva de la congregación, que recibió el nombre de Misioneras Cruzadas de la Iglesia.

Le tocó sufrir cuatro guerras

A Nazaria Ignacia le tocó vivir los efectos de cuatro grandes guerras, incluidas las dos mundiales y la guerra del Chaco (1932-1935), en la que se enfrentaron Bolivia y Paraguay. Precisamente una de las obras de las misioneras fue atender a las víctimas de esa contienda, sobre todo a huérfanos y enfermos.

También pasó por momentos difíciles cuando fue a España para fundar allí casas de la orden, pues durante su viaje estalló la Guerra Civil (1936-1939).

En vida, la incansable religiosa desempeñó una labor misionera en Bolivia, Uruguay, España y Argentina, donde falleció el 6 de julio de 1943. Sus restos fueron trasladados a Oruro en 1972 y desde entonces permanecen en esa ciudad boliviana, como lo pidió Nazaria Ignacia antes de morir. La española fue beatificada en 1992 por el papa Juan Pablo II.

Un filme de 1930 muestra cómo era su obra

Uno de los hechos curiosos relacionados con esta religiosa es el reciente hallazgo que se produjo en Bolivia de una filmación de la década de los años 30 en la que precisamente aparece la obra realizada por Ignacia Nazaria.

La beata, en una de las imágenes inéditas del filme

Una de las hazañas de la española fue organizar en 1933 a las mujeres de los mercados y comercios orureños para formar el que fue el primer sindicato obrero femenino de Bolivia. También creó la llamada "Olla del pobre", que actualmente sigue vigente y ofrece entre 150 y 200 almuerzos a diario, de lunes a viernes, a personas de escasos recursos.

En los diarios de la beata, hay una narración sobre un cumpleaños de quien fue el nuncio apostólico en Bolivia en los años 30, que fue celebrado por iniciativa de las misioneras con un almuerzo para más de mil pobres en la casa sede que tenían por entonces en La Paz, y esto es precisamente lo que aparece en la película.

En el filme, que dura unos ocho minutos, también hay imágenes de un sepelio, una procesión en las calles de La Paz y un acto religioso a los pies del monumento al Corazón de Jesús en El Alto, que por entonces era una zona paceña y ahora es su ciudad vecina.

Un cortometraje sobre su vida

Por su parte, la Congregación de las Misioneras Cruzadas de la Iglesia ha difundido un cortometraje sobre su fundadora, la Beata Nazaria March Mesa, que será canonizada por el Papa Francisco el 14 de octubre.

Querida Alicia” se titula el cortometraje producido por Pablo Moreno que se remonta a los años 30 en Oruro (Bolivia). Se trata de una recreación de la obra de la Madre Nazaria en su principal tierra de misión.

El cortometraje relata la historia de Alicia, una mujer cuyo esposo falleció en un accidente en la mina donde trabajaba. Esta pérdida provocó una seria crisis económica para ella y su pequeño hijo.

Desesperada, Alicia cayó en la prostitución, mientras su hijo era cuidado por otra mujer a cambio de dinero. En medio de esta situación, la mujer tiene un encuentro inesperado con una joven religiosa llamada Nazaria que intenta ayudarla, pero Alicia se niega. Sin embargo, un día decide ir a buscarla y pedirle ayuda. Esto cambió su vida pues pudo recuperar a su hijo y su dignidad.

De esta manera, el cortometraje busca mostrar la inmensa labor que la Madre Nazaria hizo en Oruro, donde la naciente congregación se convirtió en refugio de las mujeres pobres, impulsó los comedores “La olla del pobre” y donde en 1933 logró formar el primer sindicato obrero femenino de Bolivia.

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