Actuó ante Juan Pablo II y Benedicto XVI
Desaparece el cantautor italiano Lucio Dalla, profundo hombre de fe
Desaparecido a los 69 años, durante una gira por Suiza, el célebra cantautor Lucio Dalla, un hombre de profunda fe, había actuado en el Congreso Eucarístico de Bolonia ante Juan Pablo II, y en el Ágora de los Jóvenes de Loreto en 2007, ante Benedicto XVI.
“Coge el cielo con las manos, vuela más alto que los aeroplanos, no te detengas”. Hoy se le puede imaginar así, mientras aumentan las muestras de dolor por su repentina desaparición, el 1 de marzo, por un ataque cardíaco mientras se encontraba en Montreaux, Suiza, donde el día anterior había dado un concierto.
Músico de muchos registros, su carrera de casi 50 años es memorable sobre todo por las canciones que compuso, entre las que se pueden citar Piazza grande, Caruso, Attenti al lupo, Anna e Marco, Caro amico ti scrivo.
En cambio, Un angolo di cielo, fue el título de un programa que fue en onda en Sky Uno, a finales de 2009, ideado y dirigido por el mismo cantautor boloñés, que, a partir del diseño de su cerebro, imaginaba que salieran de él recuerdos, imágenes e historias que eran el bagaje de referencia de sus canciones.
Lucio Dalla era también un profundo hombre de fe y se le puede recordar por haber cantado en 1997, en el Congreso Eucarístico de Bolonia, ante Juan Pablo II, junto, entre otros, a Bob Dylan, y luego en el Ágora de los Jóvenes de Loreto en 2007, esta vez ante Benedicto XVI.
De su fe –recuerda Concita De Simone en RomaSette- “hablé directamente con él en 2003, cuando lo entrevisté para la Radio Vaticana con motivo de la promoción del álbum Lucio, aquél que contenía Amore disperato, cantada con Mina. Con un álbum que tenía su nombre, fue inevitable hablar también de su intimidad y me reveló lo cercano que sentía a Dios, incluso cuando componía sus canciones. Hoy, para él, por consiguiente, un retorno al Padre”.
“Coge el cielo con las manos, vuela más alto que los aeroplanos, no te detengas”. Hoy se le puede imaginar así, mientras aumentan las muestras de dolor por su repentina desaparición, el 1 de marzo, por un ataque cardíaco mientras se encontraba en Montreaux, Suiza, donde el día anterior había dado un concierto.
Músico de muchos registros, su carrera de casi 50 años es memorable sobre todo por las canciones que compuso, entre las que se pueden citar Piazza grande, Caruso, Attenti al lupo, Anna e Marco, Caro amico ti scrivo.
En cambio, Un angolo di cielo, fue el título de un programa que fue en onda en Sky Uno, a finales de 2009, ideado y dirigido por el mismo cantautor boloñés, que, a partir del diseño de su cerebro, imaginaba que salieran de él recuerdos, imágenes e historias que eran el bagaje de referencia de sus canciones.
Lucio Dalla era también un profundo hombre de fe y se le puede recordar por haber cantado en 1997, en el Congreso Eucarístico de Bolonia, ante Juan Pablo II, junto, entre otros, a Bob Dylan, y luego en el Ágora de los Jóvenes de Loreto en 2007, esta vez ante Benedicto XVI.
De su fe –recuerda Concita De Simone en RomaSette- “hablé directamente con él en 2003, cuando lo entrevisté para la Radio Vaticana con motivo de la promoción del álbum Lucio, aquél que contenía Amore disperato, cantada con Mina. Con un álbum que tenía su nombre, fue inevitable hablar también de su intimidad y me reveló lo cercano que sentía a Dios, incluso cuando componía sus canciones. Hoy, para él, por consiguiente, un retorno al Padre”.
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