Compañeros de clase en Wadowice
Muere Jerzy Kluger, el gran amigo judío de Juan Pablo II
El polaco Jerzy Kluger, amigo de la infancia del difunto pontífice Juan Pablo II que tuvo una importante influencia en las revolucionarias relaciones del papa con los judíos, ha muerto, anunciaron sus amigos.
Kluger, que tenía 92 años, murió en un hospital de Roma el 31 de diciembre por las complicaciones de una bronquitis y fue enterrado el lunes en el cementerio judío de la capital italiana. Sufría Alzheimer y estaba viviendo en un hogar para ancianos de Roma.
Kluger y Karol Wojtyla, el futuro papa Juan Pablo II, fueron compañeros de clase en la localidad polaca de Wadowice desde primer grado a la escuela secundaria.
"El joven Karol Wojtyla aprendió mucho sobre judaísmo de Kluger", dijo el escritor italiano Gianfranco Svidercoschi, que ayudó al difunto pontífice y escribió un libro sobre su amistad con Kluger.
"Tuvo una gran influencia en la vida del papa", dijo Svidercoschi, que escribió sobre esta amistad en el libro de 1993 "Carta a un amigo judío", a Reuters.
"El joven Wojtyla visitó la casa de Kluger en Wadowice, ayudó a Jerzy con sus estudios, particularmente el latín, y empezó una amistad que influiría en sus relaciones con los judíos el resto de su vida", dijo Svidercoschi, que dirigió el periódico vaticano durante parte del pontificado de Juan Pablo II.
Perdieron contacto durante la Segunda Guerra Mundial con la invasión de Polonia en 1939 y no se volvieron a ver hasta 1965.
Durante la guerra, Kluger fue arrestado por los rusos y enviado a un gulag en Siberia junto con su padre.
Después de que Alemania invadiera la Unión Soviética, fue liberado y se sumó a las fuerzas polacas que combatían con los aliados en África y Europa y participó en la decisiva batalla de Monte Cassino en el sur de Roma.
Hacia final de la guerra, se enteró de que su madre había sido asesinada en Auschwitz y decidió quedarse en Italia. Allí estudió ingeniería en Turín y posteriormente se trasladó a Inglaterra.
Volvió a instalarse en Italia a principios de los años 60, trabajando con una compañía de importación y exportación y volviendo a entrar en contacto con el entonces arzobispo Karol Wojtyla en 1965, cuando éste acudió a Roma para el Concilio Vaticano II. Hasta que volvieron a verse por primera vez desde 1938, ambos pensaban que el otro había muerto en la guerra.
Cuando Wojtyla se convirtió en el primer papa no italiano en 455 años en 1978, intensificaron su amistad y Kluger ayudó a organizar reuniones entre el pontífice y sus compañeros de clase de Wadowice en Roma o en Polonia.
Kluger estaba en la sinagoga de Roma cuando Juan Pablo II hizo su histórica visita en 1986 y llamó a los judíos "nuestros queridos hermanos mayores".
Cuando el papa hizo su primer viaje a Israel como pontífice en 2000, Kluger había acudido al monumento Yad Vashem que recuerda el Holocausto.
Su amistad continuó hasta la muerte del papa en 2005.
Kluger, que tenía 92 años, murió en un hospital de Roma el 31 de diciembre por las complicaciones de una bronquitis y fue enterrado el lunes en el cementerio judío de la capital italiana. Sufría Alzheimer y estaba viviendo en un hogar para ancianos de Roma.
Kluger y Karol Wojtyla, el futuro papa Juan Pablo II, fueron compañeros de clase en la localidad polaca de Wadowice desde primer grado a la escuela secundaria.
"El joven Karol Wojtyla aprendió mucho sobre judaísmo de Kluger", dijo el escritor italiano Gianfranco Svidercoschi, que ayudó al difunto pontífice y escribió un libro sobre su amistad con Kluger.
"Tuvo una gran influencia en la vida del papa", dijo Svidercoschi, que escribió sobre esta amistad en el libro de 1993 "Carta a un amigo judío", a Reuters.
"El joven Wojtyla visitó la casa de Kluger en Wadowice, ayudó a Jerzy con sus estudios, particularmente el latín, y empezó una amistad que influiría en sus relaciones con los judíos el resto de su vida", dijo Svidercoschi, que dirigió el periódico vaticano durante parte del pontificado de Juan Pablo II.
Perdieron contacto durante la Segunda Guerra Mundial con la invasión de Polonia en 1939 y no se volvieron a ver hasta 1965.
Durante la guerra, Kluger fue arrestado por los rusos y enviado a un gulag en Siberia junto con su padre.
Después de que Alemania invadiera la Unión Soviética, fue liberado y se sumó a las fuerzas polacas que combatían con los aliados en África y Europa y participó en la decisiva batalla de Monte Cassino en el sur de Roma.
Hacia final de la guerra, se enteró de que su madre había sido asesinada en Auschwitz y decidió quedarse en Italia. Allí estudió ingeniería en Turín y posteriormente se trasladó a Inglaterra.
Volvió a instalarse en Italia a principios de los años 60, trabajando con una compañía de importación y exportación y volviendo a entrar en contacto con el entonces arzobispo Karol Wojtyla en 1965, cuando éste acudió a Roma para el Concilio Vaticano II. Hasta que volvieron a verse por primera vez desde 1938, ambos pensaban que el otro había muerto en la guerra.
Cuando Wojtyla se convirtió en el primer papa no italiano en 455 años en 1978, intensificaron su amistad y Kluger ayudó a organizar reuniones entre el pontífice y sus compañeros de clase de Wadowice en Roma o en Polonia.
Kluger estaba en la sinagoga de Roma cuando Juan Pablo II hizo su histórica visita en 1986 y llamó a los judíos "nuestros queridos hermanos mayores".
Cuando el papa hizo su primer viaje a Israel como pontífice en 2000, Kluger había acudido al monumento Yad Vashem que recuerda el Holocausto.
Su amistad continuó hasta la muerte del papa en 2005.
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