Rafael Pardo, autor de «Yo, Cardenal Newman»
«El auténtico santo está dispuesto a morir no sólo por la Iglesia de Cristo, sino a manos de ella»
Rafael Pardo presenta una semblanza sobre el famoso converso inglés. Redactada de modo ágil y sencillo, está dirigida a todos los públicos.
Rafael Pardo Fernández (en la foto, figura del centro) es párroco de siete pueblos del el Valle de Salazar (Navarra). Ha publicado su cuarto libro en Cobel Ediciones titulado “Yo, cardenal Newman”. Se trata de una semblanza sobre el famoso converso inglés beatificado por Benedicto XVI. Redactada de modo ágil y sencillo, está dirigida a todos los públicos.
-Un cura joven con siete pueblos… ¿Encuentra tiempo para escribir?
-Un cura trata de sembrar de diferentes maneras. Escribir es una de ellas.
-¿Por qué un libro sobre Newman?
-Porque le tengo una gran devoción personal que viene de familia y porque el público de lengua castellana no tiene una biografía accesible para cualquier tipo de lector. La mayoría de libros acerca de este beato son áridos para leer. Mi gran preocupación, a la hora de redactarlo, fue que el lector percibiese claramente quién es Newman, por qué es tan importante y por qué es santo.
-¿Qué rasgos del nuevo beato inglés destacaría?
-Su amor por la Iglesia, su amor por la verdad, su defensa del laicado, su humildad.
-¿Quién fue Newman?
-Fue un famoso profesor de Oxford del s. XIX que decidió elevar el nivel moral de la Iglesia anglicana. Para ello, comenzó a estudiar a los santos Padres. Esta investigación le codujo progresivamente a una conclusión sorprendente: la Iglesia católica era la verdadera heredera de la Iglesia primitiva. Cuando se hizo católico, su forma original de pensar y plantear la fe le causó problemas con buena parte de la jerarquía católica.
-Suena extraño que una persona que ha sido llevada a los altares tuviera dificultades con la Iglesia , ¿no cree?
-Al revés. El auténtico santo está dispuesto a morir no sólo por la Iglesia de Cristo, sino a manos de ella. Parte de la jerarquía se vio desbordada por los cambios del siglo XIX y por la herejía modernista, algunos practicaron un estilo duro frente a la sociedad de su tiempo. Newman atacó los errores con serenidad, con argumentos nuevos, algo parecido al estilo del Papa Benedicto XVI.
-Nos encontramos, entonces, ante un santo intelectual.
-Sí, pero no alejado del mundo. Dirigió una escuela para niños pobres, atendió a emigrantes irlandeses y, durante una epidemia de cólera en la zona de Birmingham, él fue el primero en socorrer enfermos.
-¿Qué supone para el actual anglicanismo el hecho de que el Papa Benedicto XVI canonice a un antiguo anglicano?
-Hay un sector importante del anglicanismo muy próximo al catolicismo. Creo que muchos anglicanos de hoy en día, al igual que Newman en el s. XIX, encuentran su religión descafeinada e incluso tergiversada, como ocurre con la ordenación de mujeres para el sacerdocio. Newman quiso restaurar la santidad de lo sagrado y miró en el espejo de la Iglesia cristiana de los primeros siglos. Creo que muchos anglicanos de hoy en día tomarán el mismo camino, aunque también los católicos necesitamos volver constantemente a las fuentes. El Evangelio y la Iglesia primitiva serán siempre nuestro punto de encuentro.
-Este es su cuarto libro, ¿Para cuándo el siguiente? ¿Qué temática abordará?
-Será cuando Dios quiera. He publicado sobre Getsemaní, sobre los nuevos santos de los últimos años, sobre la oración y sobre Newman. Son temáticas muy diversas, así que no sé qué será lo siguiente…