El Papa, ante las autoridades mongolas: «Lograron superar una 'ideología atea' sin derramar sangre»

Tras un primer día de descanso en tierras mongolas, el Papa comenzó este sábado 2 de septiembre con su agenda oficial con un encuentro con las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático del país asiático.

En su primer discurso durante el 43º Viaje Apostólico, el Papa se inspiró en las ger, la vivienda tradicional mongola, resaltó los vínculos entre la nación y la Santa Sede y celebró el rol activo de la pequeña comunidad católica.

Conocer el valor del camino

El día comenzó con una ceremonia de bienvenida en la Plaza Sükhbaatar. Posteriormente, el Papa fue recibido por el presidente Ukhnaagiin Khürelsükh, con él tuvo lugar la Guardia de Honor, se entonaron los himnos, se efectuaron los honores a las banderas y se presentaron las delegaciones. Francisco entregó al presidente una medalla conmemorativa de esta visita.

El Papa firmó en el libro de honor y su mensaje fue significativo: "Peregrino de la paz en este país joven y antiguo, moderno y rico en tradiciones, tengo el honor de recorrer los caminos del encuentro y de la amistad, generadores de esperanza. Que el gran cielo claro, que abraza la tierra mongola, ilumine nuevos caminos de fraternidad".

Luego, en la Sala Ikh Mongol, el Papa se encontró con las autoridades, la sociedad civil, el cuerpo diplomático, así como emprendedores y representantes de la cultura (unas 700 personas). Tras unas palabras del presidente, el Papa pronunció el primer discurso de su 43º viaje apostólico.

"Me siento honrado de estar aquí, feliz por haber viajado hasta esta tierra fascinante y vasta, hasta este pueblo que conoce bien el significado y el valor del camino", comenzó diciendo el Papa Francisco.

En su primer discurso, el Papa se inspiró en las 'ger', la vivienda tradicional mongola.

El Pontífice entregó un regalo a los mandatarios mongoles en forma de reproducción de la respuesta a la carta que, hace 777 años, entregó fray Juan de Pino Carpini, enviado papal, al tercer emperador mogol de parte de Inocencio IV. El original se conserva en la Biblioteca Vaticana.

El Papa evocó las ger, las casas tradicionales mongolas en forma circular, y se refirió a la necesidad de contemplar "el amplio horizonte que nos rodea, superando las visiones estrechas y abriéndonos a una mentalidad amplia".

"Vuestra sabiduría, sedimentada en generaciones de ganaderos y agricultores prudentes, siempre atentos a no romper los delicados equilibrios del ecosistema, tiene mucho que enseñar a quien hoy no quiere cerrarse en la búsqueda de un miope interés particular, sino que desea entregar a la posteridad una tierra todavía acogedora y fecunda", expresó.

La "Pax mongola"

Para el Papa las ger representan la convivencia "entre la tradición y la modernidad", de un pueblo que "ha sabido custodiar las propias raíces, abriéndose, especialmente en los últimos decenios, a los grandes desafíos globales del desarrollo y de la democracia".

"Quisiera mencionar también vuestra determinación a detener la proliferación nuclear y a presentarse al mundo como un país sin armas nucleares. Mongolia no es sólo una nación democrática que lleva adelante una política exterior pacífica, sino que se propone realizar un papel importante para la paz mundial. Además —otro elemento propicio que se puede señalar—, la pena capital ha desaparecido de vuestro ordenamiento judicial", agradeció el Papa, quien recordó que este año se celebra el 860 aniversario del nacimiento de Gengis Kan.

"Quiera el cielo que, sobre la tierra, devastada por tantos conflictos, se recreen también hoy, en el respeto de las leyes internacionales, las condiciones de aquello que en un tiempo fue 'la Pax mongola', es decir, la ausencia de conflictos".

Como dice el proverbio local, "las nubes pasan, el cielo permanece". "Que así pasen las nubes oscuras de la guerra, que se disipen por la firme voluntad de una fraternidad universal en la que las tensiones se resuelvan sobre la base del encuentro y del diálogo, y que a todos se les garanticen los derechos fundamentales", dijo el Papa.

El Pontífice tuvo unas palabra para la historia reciente de Mongolia. "Para ustedes fue casi natural llegar a la libertad de pensamiento y de religión, sancionada en vuestra actual Constitución; que ha superado la ideología sin derramamiento de sangre, la ideología atea que se creía obligada a extirpar el sentimiento religioso, considerándolo un freno al desarrollo", comentó.

Por último, el Papa habló de la pequeña comunidad católica del país. "Estoy contento de que la comunidad católica, aun siendo pequeña y discreta, participe con entusiasmo y compromiso en el camino de crecimiento del país, difundiendo la cultura de la solidaridad, del respeto por todos y del diálogo interreligioso, y entregándose a la causa de la justicia, la paz y la armonía social", señaló el Papa.

Puedes ver aquí completa la ceremonia de bienvenida con las autoridades. 

Y recordó la idea de un futuro acuerdo bilateral. "A este respecto, las tratativas en curso para estipular un acuerdo bilateral entre Mongolia y la Santa Sede representan un canal importante para alcanzar las condiciones básicas para el desarrollo de las actividades ordinarias en las que está comprometida la Iglesia Católica", concluyó.