La ingeniosa carta pide evangelizadores para una diócesis pobre de Albania
«¿Quieres proclamar el Evangelio? ¡Ven a Rrëshen!»: el obispo pone un anuncio para atraer misioneros
“¿Eres sacerdote? ¿Perteneces a una comunidad religiosa de hombres o mujeres? ¿Anhelas proclamar el Evangelio a los pobres? Ven y visita la diócesis de Rrëshen en Albania. Es la invitación para llevar a cabo la misión en la diócesis de Rrëshen; una invitación a tener una hermosa experiencia evangélica: proclamar el Evangelio a los pobres”.
Esta es el inicio de la carta-anuncio que firma Gjergj Meta, que fue consagrado obispo de Rrëshen el pasado mes de septiembre con tan sólo 41 años y que tiene la misión de sacar adelante una diócesis muy pobre y sin apenas sacerdotes.
Una llamada a la misión
El obispo cuenta con sólo seis sacerdotes, algunos muy mayores, y con alguna comunidad religiosa femenina, para atender a comunidades muy dispersas y con gran dificultad para llegar a ellas. En la zona viven unas 240.000 personas de las que menos del 23% es católica, población que va menguando por la emigración.
Ante esta situación y la necesidad urgente de evangelización se planteó desafiar a sus hermanos europeos y hacer una llamada a la misión para ver si alguien responde a ella. El que así lo elija tendrá la bendición del obispo y el cariño de unos feligreses que tras décadas de comunismo todavía sufren sus consecuencias.
Una diócesis pobre, víctima del comunismo y con siete sacerdotes
De este modo, en su escrito el obispo Meta, que fue portavoz de los obispos albaneses, describe su diócesis. “Nuestra diócesis es una de las más pobres del país, tanto en términos sociales como eclesiales”, afirma el prelado, que recuerda además que toda Albania es pobre “aunque hayan pasado más de 25 años desde la caída del régimen comunista que puso al país de rodillas con represión, pobreza y falta de libertad”.
Monseñor Meta que toda “esta situación está en manos de un pequeño número de nosotros: 6 sacerdotes, incluido el obispo, y 7 congregaciones femeninas. Tenemos 40 iglesias y capillas repartidas por todo el territorio, y muchas familias están aisladas en aldeas ubicadas a gran distancia del centro de la diócesis”.
La catedral de la diócesis fue construida en 2002 y está situada en Rrëshen, localidad de apenas 8.000 habitantes
Una "aventura" no apta para todos
En su anuncio, el obispo invita a misioneros y sacerdotes a ir a Rrëshen “a evangelizar a los pobres, a los que están lejos, y así evangelizar a sí mismos”.
Pero la invitación va unida a una serie de avisos. El que quiera ir será bienvenido “pero debéis prepararaos para una ‘aventura’ con pocos logros pastorales, sin grandes rebaños, donde no hay iglesias llenas de gente. Pero encontrarán personas bondadosas, generosas, inteligentes y afectuosas. Si dan amor, recibirán amor a cambio”.
Vivir como un obispo
No falta incluso el sentido del humor a la hora de explicar lo que un misionero se encontraría en este rincón de Albania. “No puedo garantizar la seguridad económica, no podemos permitirnos un salario para misioneros y sacerdotes, y a veces incluso nos falta el dinero para comprar lo necesario para celebrar la liturgia o combustible para calentarnos, pero puedo asegurar que compartiremos todo lo que tenemos. Puedes vivir con el obispo y llevar la vida de un obispo”, explica.
Gjergj Meta lanza la caña: “si eres sacerdote y deseas venir como misionero a Rrëshen, ¡ven, no lo dudes!”. Tiene claro que aquel que decida dejar todo para viajar a este pobre país verá que su vida “cambiará porque los pobres y el Evangelio te cambiarán”.
Misioneros sí, pero no a cualquier precio
Pero no quiere misioneros a cualquier precio. “No olvides que la única razón para ser misionero aquí es el Reino de Dios, y no la intención de huir de situaciones desagradables o por ser misionero por capricho o, lo que es peor, porque tienes problemas sin resolver con tu obispo o de otra naturaleza”, escribe el obispo.
Y para concluir recuerda a qué está llamando: “Ser misionero es una vocación. Para ser misionero necesitas estar preparado, tener un conocimiento profundo de la Iglesia, del cuidado pastoral, y sobre todo, de las Sagradas Escrituras. Por nuestra parte, te enseñaremos albané que, estamos seguros, aprenderás muy rápido. La misión emana de la Iglesia y se lleva a cabo en nombre de la Iglesia que te envía y recibe”.
“¡Ven y proclama el Evangelio a los pobres y serás evangelizado por los pobres!”, concluye.
Esta es el inicio de la carta-anuncio que firma Gjergj Meta, que fue consagrado obispo de Rrëshen el pasado mes de septiembre con tan sólo 41 años y que tiene la misión de sacar adelante una diócesis muy pobre y sin apenas sacerdotes.
Una llamada a la misión
El obispo cuenta con sólo seis sacerdotes, algunos muy mayores, y con alguna comunidad religiosa femenina, para atender a comunidades muy dispersas y con gran dificultad para llegar a ellas. En la zona viven unas 240.000 personas de las que menos del 23% es católica, población que va menguando por la emigración.
Ante esta situación y la necesidad urgente de evangelización se planteó desafiar a sus hermanos europeos y hacer una llamada a la misión para ver si alguien responde a ella. El que así lo elija tendrá la bendición del obispo y el cariño de unos feligreses que tras décadas de comunismo todavía sufren sus consecuencias.
Una diócesis pobre, víctima del comunismo y con siete sacerdotes
De este modo, en su escrito el obispo Meta, que fue portavoz de los obispos albaneses, describe su diócesis. “Nuestra diócesis es una de las más pobres del país, tanto en términos sociales como eclesiales”, afirma el prelado, que recuerda además que toda Albania es pobre “aunque hayan pasado más de 25 años desde la caída del régimen comunista que puso al país de rodillas con represión, pobreza y falta de libertad”.
Monseñor Meta que toda “esta situación está en manos de un pequeño número de nosotros: 6 sacerdotes, incluido el obispo, y 7 congregaciones femeninas. Tenemos 40 iglesias y capillas repartidas por todo el territorio, y muchas familias están aisladas en aldeas ubicadas a gran distancia del centro de la diócesis”.
La catedral de la diócesis fue construida en 2002 y está situada en Rrëshen, localidad de apenas 8.000 habitantes
Una "aventura" no apta para todos
En su anuncio, el obispo invita a misioneros y sacerdotes a ir a Rrëshen “a evangelizar a los pobres, a los que están lejos, y así evangelizar a sí mismos”.
Pero la invitación va unida a una serie de avisos. El que quiera ir será bienvenido “pero debéis prepararaos para una ‘aventura’ con pocos logros pastorales, sin grandes rebaños, donde no hay iglesias llenas de gente. Pero encontrarán personas bondadosas, generosas, inteligentes y afectuosas. Si dan amor, recibirán amor a cambio”.
Vivir como un obispo
No falta incluso el sentido del humor a la hora de explicar lo que un misionero se encontraría en este rincón de Albania. “No puedo garantizar la seguridad económica, no podemos permitirnos un salario para misioneros y sacerdotes, y a veces incluso nos falta el dinero para comprar lo necesario para celebrar la liturgia o combustible para calentarnos, pero puedo asegurar que compartiremos todo lo que tenemos. Puedes vivir con el obispo y llevar la vida de un obispo”, explica.
Gjergj Meta lanza la caña: “si eres sacerdote y deseas venir como misionero a Rrëshen, ¡ven, no lo dudes!”. Tiene claro que aquel que decida dejar todo para viajar a este pobre país verá que su vida “cambiará porque los pobres y el Evangelio te cambiarán”.
Misioneros sí, pero no a cualquier precio
Pero no quiere misioneros a cualquier precio. “No olvides que la única razón para ser misionero aquí es el Reino de Dios, y no la intención de huir de situaciones desagradables o por ser misionero por capricho o, lo que es peor, porque tienes problemas sin resolver con tu obispo o de otra naturaleza”, escribe el obispo.
Y para concluir recuerda a qué está llamando: “Ser misionero es una vocación. Para ser misionero necesitas estar preparado, tener un conocimiento profundo de la Iglesia, del cuidado pastoral, y sobre todo, de las Sagradas Escrituras. Por nuestra parte, te enseñaremos albané que, estamos seguros, aprenderás muy rápido. La misión emana de la Iglesia y se lleva a cabo en nombre de la Iglesia que te envía y recibe”.
“¡Ven y proclama el Evangelio a los pobres y serás evangelizado por los pobres!”, concluye.
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