Lo constata Gustavo Entrala, el creador del Twitter del Papa
Evangelizar en Internet: «En realidad, al final lo que cala en las redes es nuestro ejemplo de vida»
Como creador de @Pontifex, la cuenta de twitter del Papa, que siguen 30 millones de 'followers', Gustavo Entrala sabe de lo que habla. Es el fundador de la empresa de publicidad 101, que asesora al Vaticano en temas de comunicación. Sabe como llevar el Evangelio a las redes sociales.
Con motivo de su participación en el II Congreso Internacional de iMisión (www.imision.org/icongreso-2017) habló con el periodista José Antonio Méndez, de Revista Misión, sobre la evangelización digital.
-Exactamente, ¿qué es la evangelización digital: compartir los tuits del Papa, volcar contenidos católicos, contactar con gente para hablar de Dios...?
-Muy buena pregunta. Lo resumió muy bien Benedicto XVI cuando pidió al cristiano que esté en las redes sociales tal y como es, de manera íntegra.
Gustavo Entrala hablando con el Papa Francisco
-Pero eso es lo lógico, ¿no?
-Las redes son un entorno en que la persona se presenta de forma idealizada u omitiendo aspectos de su vida que no ensalzan su imagen. Por eso es tan acertado lo que dijo Benedicto XVI. Si queremos redes sociales humanas, tenemos que estar como somos, no volcando solo contenido profesional, o fotos de mi gato o de mis hijos. Conviene pensar: como cristiano, ¿cómo estoy en las redes sociales? Ese es el vórtice profundo de la evangelización digital.
-¿Es una labor para especialistas?
- No es un encargo para determinadas personas, ni una profesión. En las redes sociales, lo que cala es nuestro ejemplo de vida. Luego se alimenta de criterios, vídeos, reflexiones que podemos compartir... Yo sigo a mucha gente católica en España, y lo que más me ha conmovido en los últimos meses ha sido un vídeo compartido por una familia que recoge ropa para los refugiados. Son las palabras hechas vida las que impactan.
-¿Puede sustituirse el encuentro personal, de tú a tú, por el contacto online?
-Hay una dimensión formativa, de compartir ideas que pueden renovar mi fe o mantenerme en ella, para la que son útiles las redes. Pero para llegar a gente nueva, o que ha abandonado la fe o no está en la Iglesia, esos planteamientos necesitan de conversaciones cara a cara. El 90 por ciento de la evangelización debe hacerse de tú a tú, y el otro 10 por ciento, a través de abrir nuestros círculos desde las redes sociales.
-¿Cómo puede evangelizar una persona en Facebook, Twitter o Snapchat?
-No creo en el perfil del evangelizador autómata que constantemente comparte contenidos religiosos o lo que dice el Papa. Aconsejo más diálogo y menos emisión; si no, se acaba saturando a la gente. Claro que es procedente compartir palabras del Papa o de un sacerdote si hacen que la gente piense, pero, en la medida en que salga del corazón de quien lo comparte, tendrán más fuerza.
-O sea, que no solo hablamos de compartir contenidos piadosos…
- No. Influye también cómo reaccionas a la actualidad o ante personalidades públicas. Ahí se nota si estás en las redes para escuchar, o para difundir tu idea política o tus frustraciones personales. Hay gente cristiana que le dedica mucho tiempo a las redes y transmiten cierta amargura.
»El examen hay que hacerlo de dentro a afuera: si estoy conversando o solo hago propaganda de mis ideas, si transmito alegría, optimismo y esperanza… No se trata de una receta fácil, sino de pensar cómo puedo servir a Dios y a los demás a través de las redes.
(Publicado originariamente en Revista Mision, www.revistamision.com)
Con motivo de su participación en el II Congreso Internacional de iMisión (www.imision.org/icongreso-2017) habló con el periodista José Antonio Méndez, de Revista Misión, sobre la evangelización digital.
-Exactamente, ¿qué es la evangelización digital: compartir los tuits del Papa, volcar contenidos católicos, contactar con gente para hablar de Dios...?
-Muy buena pregunta. Lo resumió muy bien Benedicto XVI cuando pidió al cristiano que esté en las redes sociales tal y como es, de manera íntegra.
Gustavo Entrala hablando con el Papa Francisco
-Pero eso es lo lógico, ¿no?
-Las redes son un entorno en que la persona se presenta de forma idealizada u omitiendo aspectos de su vida que no ensalzan su imagen. Por eso es tan acertado lo que dijo Benedicto XVI. Si queremos redes sociales humanas, tenemos que estar como somos, no volcando solo contenido profesional, o fotos de mi gato o de mis hijos. Conviene pensar: como cristiano, ¿cómo estoy en las redes sociales? Ese es el vórtice profundo de la evangelización digital.
-¿Es una labor para especialistas?
- No es un encargo para determinadas personas, ni una profesión. En las redes sociales, lo que cala es nuestro ejemplo de vida. Luego se alimenta de criterios, vídeos, reflexiones que podemos compartir... Yo sigo a mucha gente católica en España, y lo que más me ha conmovido en los últimos meses ha sido un vídeo compartido por una familia que recoge ropa para los refugiados. Son las palabras hechas vida las que impactan.
-¿Puede sustituirse el encuentro personal, de tú a tú, por el contacto online?
-Hay una dimensión formativa, de compartir ideas que pueden renovar mi fe o mantenerme en ella, para la que son útiles las redes. Pero para llegar a gente nueva, o que ha abandonado la fe o no está en la Iglesia, esos planteamientos necesitan de conversaciones cara a cara. El 90 por ciento de la evangelización debe hacerse de tú a tú, y el otro 10 por ciento, a través de abrir nuestros círculos desde las redes sociales.
-¿Cómo puede evangelizar una persona en Facebook, Twitter o Snapchat?
-No creo en el perfil del evangelizador autómata que constantemente comparte contenidos religiosos o lo que dice el Papa. Aconsejo más diálogo y menos emisión; si no, se acaba saturando a la gente. Claro que es procedente compartir palabras del Papa o de un sacerdote si hacen que la gente piense, pero, en la medida en que salga del corazón de quien lo comparte, tendrán más fuerza.
-O sea, que no solo hablamos de compartir contenidos piadosos…
- No. Influye también cómo reaccionas a la actualidad o ante personalidades públicas. Ahí se nota si estás en las redes para escuchar, o para difundir tu idea política o tus frustraciones personales. Hay gente cristiana que le dedica mucho tiempo a las redes y transmiten cierta amargura.
»El examen hay que hacerlo de dentro a afuera: si estoy conversando o solo hago propaganda de mis ideas, si transmito alegría, optimismo y esperanza… No se trata de una receta fácil, sino de pensar cómo puedo servir a Dios y a los demás a través de las redes.
(Publicado originariamente en Revista Mision, www.revistamision.com)
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