Alerta del "perfil bajo" del catolicismo en Europa
Hadjadj: «Los católicos tenemos que encontrar una cierta virilidad en el anuncio del Evangelio»
Y así lo ha manifestado en una entrevista en Famille Chretienne donde repasa desde el yihadismo, la juventud musulmana que vive en Francia así como la respuesta que puede dar Europa ante esta situación y la secularización que vive el continente.
El perfil bajo del catolicismo
Hadjadj asegura que el catolicismo ha ido perdiendo terreno en Francia y no ha estado presente entre tantos jóvenes que han acabado abrazando el islam o movimientos evangélicos al buscar respuestas a su vida porque “los católicos han estado demasiado tiempo a la defensiva”.
Por todo ello, el filósofo francés apuesta por “encontrar una cierta virilidad en el anuncio del Evangelio”. Y lo justifica afirmando que “Cristo es el Cordero, pero también es el León de Judá, el cristiano es el hermano universal pero también es un buen soldado de Jesús”.
Los católicos, llamados a hacer "cosas grandes"
Además, cita a Santo Tomás de Aquino y dice que la humildad debe llevar al católico a la “magnanimidad”, es decir, “la grandeza del alma que nos hace avanzar hacia cosas grandes y difíciles, porque eso es lo que es digno de un hijo de Dios”.
Del mismo modo, sobre qué respuestas dar a tantos jóvenes franceses que viven en guettos y que no conocen a Dios y se dejan llevar por corrientes fundamentalistas, Fabrice Hadjadj cita dos textos del Papa Francisco, la Evangelii Gaudium y Laudato Si´.
El filósofo recuerda las palabras de Francisco de que ni la evangelización ni la santidad son especialidades. Por ello, si debido a la Providencia a la persona le toca nacer en un tiempo y en un país concreto, la misión que Dios da a cada uno cuenta ya con las limitaciones y debilidades que ello pueda conllevar. Pero todos están llamados a la misión, cada uno en sus circunstancias.
Fabrice Hadjadj, que fue ateo y nihilista, es también uno de los grandes defensores de la familia cristiana. De familia judía de izquierda radical, él era ateo y nihilista... hasta que empezó a leer la Biblia para burlarse de ella... y encontró una gran sabiduría. A partir de ahí su vida cambió por completo y le llevó a ser el intelectual que todos conocemos hoy.