El Arca, de Jean Vanier, desembarca en Madrid: discapacitados y ternura que transforma
El Arca Internacional (www.larche.org) es una federación de más de 140 comunidades de espiritualidad católica en las que conviven, crecen y trabajan personas con discapacidad intelectuales junto a otras que no la tienen.
Es conocida también por el nombre de su fundador, Jean Vanier (para distinguirla de otras comunidades de nombre similar). Vanier la puso en marcha en 1964 y hoy ya está presente en 36 países, reuniendo a unas 4.000 personas.
Inicio oficial en Madrid
Ahora se inicia oficialmente la andadura de El Arca de Madrid, legalmente constituida como Fundación, con un encuentro abierto que tendrá lugar el domingo, 22 de septiembre para dar a conocer su labor junto a las personas con discapacidad intelectual.
Nadine Tokar, miembro de la Comunidad de La Ferme (Francia) y fundadora de El Arca de Honduras, donde residió 32 años, tiempo en que coordinó las Comunidades de América Latina, impartirá una conferencia en español titulada "La fragilidad, fuente de ternura".
Las comunidades de El Arca insisten en la ternura como un valor propio, y también en cierta resistencia a "institucionalizarse", para evitar perder frescura, capacidad profética y cercanía a Dios.
Testimonios y eucaristía
En el acto de presentación darán su testimonio dos personas del Arca de Cataluña, el Presidente de la Fundación El Arca de Madrid, Manuel de la Barreda, y los demás miembros del grupo fundador. El encuentro tendrá lugar a las 12:00h en el Salón de Actos de la Fundación Carmen Pardo-Valcarce, C/ Monasterio de las Huelgas, 15, Montecarmelo (Madrid). Previamente a la conferencia, a las 11.00h, se celebrará la Eucaristía, presidida por el jesuita Xavier Ilundain.
Dos comunidades en Cataluña
El Arca ya estaba presente en Cataluña desde 1977, donde cuenta con dos comunidades, El Rusc (Tordera) y Els Avets (Moià), que suman cuatro hogares y dos talleres. En estos se asiste a un total de 50 personas, gracias a 40 personas que trabajan con compromiso comunitario y casi 100 voluntarios y amigos.
En marzo de 2013, tras cinco años de trabajo preparatorio, un grupo de 25 personas, en gran parte vinculadas a la Asociación hermana Fe y Luz, constituyó la Fundación El Arca de Madrid con el objetivo de crear entre dos y tres hogares con capacidad hasta 21 personas acogidas y 18 asistentes y fundar así una comunidad que dé respuesta a la necesidad de ser amado que tiene todo ser humano y que permita el crecimiento integral de todos sus miembros a través de las relaciones mutuas en familia y la confianza en Dios.
El valor único de cada persona
"Somos una comunidad de Fe que siguiendo el espíritu de Jean Vanier, aspiramos a que se reconozca el valor único de cada persona, especialmente de aquellos con discapacidad intelectual para integrarles en la sociedad y dar a conocer sus dones. El Arca quiere ser signo de que una sociedad verdaderamente humana debe basarse en la acogida y el respeto a los más pequeños y a los más débiles", se explica en los documentos y webs de la comunidad.
El don de tocar los corazones
"Las personas con discapacidad tienen el don para tocar los corazones y llamar a la unidad. Ellos dan testimonio vivo de una visión del mundo en donde los más débiles y los más fuertes tienen necesidad los uno de los otros para realizarse como personas, ser felices y vivir en armonía. El hogar es el corazón de la comunidad, donde la convivencia y la relación entre todos sus miembros es fuente de vida, de desarrollo y crecimiento personal, donde cada uno es escuchado y aceptado tal y como es para poder sacar lo mejor de sí mismo. En un ambiente familiar y acogedor, abierto a los que lleguen, todos están llamados a ser don para los demás".
Especifican que "las comunidades no son fundadas PARA las personas con discapacidad sino CON ellas. No fundamos el Arca de Madrid para crear una buena institución que responda a las necesidades y situaciones de desamparo en nuestra Comunidad. Desde siempre el Arca es sensible a esas necesidades, pero su fundador ha querido que las comunidades sean más “signos” que “solución” frente a esas situaciones.
“Ser signo” para el Arca consiste en revelar los dones únicos -y a veces ocultos- de las personas con discapacidad. El primer don es la transformación que las personas con una discapacidad operan en las personas que entablan una relación de amistad con ellas. Esta misión a la que fue llamado Jean Vanier continúa llamando a cada miembro del Arca".
Más sobre El Arca Internacional: www.larche.org (versión en español)
Es conocida también por el nombre de su fundador, Jean Vanier (para distinguirla de otras comunidades de nombre similar). Vanier la puso en marcha en 1964 y hoy ya está presente en 36 países, reuniendo a unas 4.000 personas.
Inicio oficial en Madrid
Ahora se inicia oficialmente la andadura de El Arca de Madrid, legalmente constituida como Fundación, con un encuentro abierto que tendrá lugar el domingo, 22 de septiembre para dar a conocer su labor junto a las personas con discapacidad intelectual.
Nadine Tokar, miembro de la Comunidad de La Ferme (Francia) y fundadora de El Arca de Honduras, donde residió 32 años, tiempo en que coordinó las Comunidades de América Latina, impartirá una conferencia en español titulada "La fragilidad, fuente de ternura".
Las comunidades de El Arca insisten en la ternura como un valor propio, y también en cierta resistencia a "institucionalizarse", para evitar perder frescura, capacidad profética y cercanía a Dios.
Testimonios y eucaristía
En el acto de presentación darán su testimonio dos personas del Arca de Cataluña, el Presidente de la Fundación El Arca de Madrid, Manuel de la Barreda, y los demás miembros del grupo fundador. El encuentro tendrá lugar a las 12:00h en el Salón de Actos de la Fundación Carmen Pardo-Valcarce, C/ Monasterio de las Huelgas, 15, Montecarmelo (Madrid). Previamente a la conferencia, a las 11.00h, se celebrará la Eucaristía, presidida por el jesuita Xavier Ilundain.
Dos comunidades en Cataluña
El Arca ya estaba presente en Cataluña desde 1977, donde cuenta con dos comunidades, El Rusc (Tordera) y Els Avets (Moià), que suman cuatro hogares y dos talleres. En estos se asiste a un total de 50 personas, gracias a 40 personas que trabajan con compromiso comunitario y casi 100 voluntarios y amigos.
En marzo de 2013, tras cinco años de trabajo preparatorio, un grupo de 25 personas, en gran parte vinculadas a la Asociación hermana Fe y Luz, constituyó la Fundación El Arca de Madrid con el objetivo de crear entre dos y tres hogares con capacidad hasta 21 personas acogidas y 18 asistentes y fundar así una comunidad que dé respuesta a la necesidad de ser amado que tiene todo ser humano y que permita el crecimiento integral de todos sus miembros a través de las relaciones mutuas en familia y la confianza en Dios.
El valor único de cada persona
"Somos una comunidad de Fe que siguiendo el espíritu de Jean Vanier, aspiramos a que se reconozca el valor único de cada persona, especialmente de aquellos con discapacidad intelectual para integrarles en la sociedad y dar a conocer sus dones. El Arca quiere ser signo de que una sociedad verdaderamente humana debe basarse en la acogida y el respeto a los más pequeños y a los más débiles", se explica en los documentos y webs de la comunidad.
El don de tocar los corazones
"Las personas con discapacidad tienen el don para tocar los corazones y llamar a la unidad. Ellos dan testimonio vivo de una visión del mundo en donde los más débiles y los más fuertes tienen necesidad los uno de los otros para realizarse como personas, ser felices y vivir en armonía. El hogar es el corazón de la comunidad, donde la convivencia y la relación entre todos sus miembros es fuente de vida, de desarrollo y crecimiento personal, donde cada uno es escuchado y aceptado tal y como es para poder sacar lo mejor de sí mismo. En un ambiente familiar y acogedor, abierto a los que lleguen, todos están llamados a ser don para los demás".
Especifican que "las comunidades no son fundadas PARA las personas con discapacidad sino CON ellas. No fundamos el Arca de Madrid para crear una buena institución que responda a las necesidades y situaciones de desamparo en nuestra Comunidad. Desde siempre el Arca es sensible a esas necesidades, pero su fundador ha querido que las comunidades sean más “signos” que “solución” frente a esas situaciones.
“Ser signo” para el Arca consiste en revelar los dones únicos -y a veces ocultos- de las personas con discapacidad. El primer don es la transformación que las personas con una discapacidad operan en las personas que entablan una relación de amistad con ellas. Esta misión a la que fue llamado Jean Vanier continúa llamando a cada miembro del Arca".
Más sobre El Arca Internacional: www.larche.org (versión en español)
Comentarios