«El Sínodo fracasará si sólo aporta definiciones para los libros: ha de dar energía»

El padre Alvaro Grammatica tiene 48 años y es el superior mundial de la Koinonía Juan Bautista (www.kekako.com) desde 2006. La Koinonía nació en 1979 en Italia y desde su origen se orientó hacia la Nueva Evangelización. Hoy cuenta con presencia en 20 países y más de 4.000 miembros en todo el mundo, incluyendo 200 laicos consagrados y 30 sacerdotes. Tiene su propia escuela de formación de evangelizadores en Roma y emplea métodos de kerygma (anuncio explícito de Cristo), comunidades y confianza en la acción del Espíritu Santo.

- ¿Qué frutos espera usted de este Sínodo de Nueva Evangelización?
- Creo que dará un impulso profético a la evangelización, que abrirá puertas para evangelizar. Pablo VI, en la "Evangelium Nuntiandi", ya afirmaba que la Iglesia existe para evangelizar, y que lo debía hacer desde el testimonio, y que incluso las mejores obras, sin un anuncio explícto de Cristo, eran insuficientes.

- ¿En qué sentido podría darse un fracaso del Sínodo? ¿Qué riesgos hay?
- Sería una pena si nos quedamos sólo en lo intelectual, si el Sínodo al final sólo sirve para escribir un par de definiciones de libro para que la citen profesores en universidades. El fruto del Sínodo ha de ser una nueva energía. Necesitamos más energía, no más teología. Y no basta con seguir haciendo lo de siempre y ponerle el marco o etiqueta de "nueva evangelización". La mejor definición, luminosa, de Nueva Evangelización sigue siendo la que dio Juan Pablo II: "nuevo ardor, nueva expresión y nuevos métodos"

- ¿Qué le parece la selección de padres sinodales y de asesores?
- Me llama la atención la presencia de muchos obispos de África y de Asia, que tendrán que combinar la Nueva Evangelización con la "missio ad gentes", la misión a poblaciones que nunca oyeron el Evangelio. Me gusta ver que hay muchos responsables de nuevos movimientos y comunidades entre los auditores. Y seguro que los representantes de las Conferencias Episcopales, enviados por sus hermanos obispos, transmitirán bien lo que suceda.

- La Koinonía Juan Bautista nace en Italia pero tiene su sede en República Checa, el país más descristianizado de Europa. ¿Cuál es su visión de la fe en el Viejo Continente?
- En República Checa sorprendió la gran acogida de la gente a Benedicto XVI cuando visitó el país. Dios ha hecho a todos los hombres capaces de creer y confiar en Él, y nosotros, como Sócrates y su método "nayéutico", de "ayudar a nacer", hemos de ayudar a despertar la actitud de fe. Dios da la fe, pero nosotros podemos suscitar la actitud de fe. El Nuncio en República Checa pedía a los cristianos tener liderazgo fuerte y dar testimonio.

- ¿Qué piensa de esos "nuevos métodos" de los que hablaba Juan Pablo II?
- Es importante buscar las formas de suscitar la actitud de fe. Esas formas son los métodos. Los métodos deben ser prácticos, porque la fe te cambia la vida en la práctica. Y me pregunto: ¿nos han entrenado a los curas para ser capaces de buscar nuevas formas de evangelizar, formas prácticas, eficaces? ¡La realidad es que aprendemos sobre la marcha, sobre el terreno! Y eso es un problema.

- ¿Qué papel tienen los laicos en la evangelización?
- En República Checa, 20 años después del comunismo, hay tan pocos fieles que no sólo faltan los medios para sostener los edificios, sino que faltan recursos para sostener a los pastores, al clero. ¿Qué parroquias quedarán? Aquellas con fieles que puedan mantener a sus pastores. Así que sin evangelización no habrá ni estructura, y los mismos pastores han de entrenar a los fieles para que sean evangelizadores. De hecho, es más fácil formar evangelizadores laicos, incluso a personas de edad avanzada, que formar a los clérigos como evangelizadores. Se necesita un cambio de actitud. Muchos curas jóvenes, al salir del seminario, se encuentran solos ante el mundo y en pocos años se sienten "quemados", "burn out".

- Alguien le dirá que, en teoría, ese cura solo debería resistir porque tiene a Dios...
- Sí, me dicen "Sólo Dios basta". Y yo les respondo "extra Ecclesia nulla salus", fuera de la Iglesia no hay salvación. Necesitamos a la comunidad.

- Pero, ¿no es comunidad suficiente la parroquia?
- ¿Viven juntos los parroquianos? Si no viven juntos, no hay verdadera vida cristiana. ¿Qué hizo Jesús? Vivió durante tres años con sus 12 apóstoles. No escogió unos trabajadores, un equipo para una tarea. No. Ellos eran sus compañeros de camino, vivían con Él, le acompañaban cuando estaba triste, compartían sus alegrías...

- En su metodología, ustedes hablan mucho del kerygma, igual que hacen otras realidades eclesiales...
- Sí, pero ha de quedar claro que no debe ser algo teórico, sino práctico. Un cristiano ha de poder decir: "yo era así, me encontré con Cristo resucitado, me transformó, y ahora soy asá, soy distinto". Por eso eran convincentes los apóstoles: se habían encontrado con el Resucitado y se les notaba. ¡Estaban cambiados! No vale un kerigma racionalista, intelectualizado, sino que ha de ser experiencial. Es bueno invitar a alguien alejado de la fe a ir a misa pero... ¿esa misa cambiará a la persona? ¿Se encontrará con Jesús? Por lo general no suele bastar. [Una excepción que el padre Alvaro conoce es el de su compañero Vladimir Hryhoriev, cura bielorruso en Villardeciervos, Zamora, que se convirtió en una misa a la que le invitaron siendo adolescente]. Si Jesús te cambia, se te nota. Es como el enamoramiento. Sientes que algo te ha pasado y tienes que contarlo. A veces hay que ayudarte a darle forma a lo que sientes, ayudarte a expresarlo.

- Cuando se habla de "comunidad", ¿es algo que Dios plantea para todos? ¿O es sólo para unos pocos, algunas personas con esa necesidad especial?
- ¡Todos los hombres necesitamos amistad! Todos necesitamos una familia que nos acoja. Eso no molesta a nadie. Una comunidad, (una koinonía, en griego) no ha de ser elitista, para una minoría... No. Debe servir al pueblo, a la Iglesia. Y debe buscar especialmente a los alejados.