PRESIDE UNA MISA CON LOS LEGIONARIOS EN ROMA
El arzobispo De Paolis inicia su nueva misión con un vigoroso y alentador mensaje a la Legión
«El Papa manda a su Delegado para decirles que él los ama y que está cercano a ustedes», dice el recién nombrado Delegado Pontificio.
El arzobispo Velasio De Paolis, inició su nueva tarea como Delegado Pontificio para los legionarios, celebrando este sábado una misa en la capilla del Centro de Estudios de la Legión de Cristo en Roma, en la que invitó a sus miembros a superar las tinieblas, debilidades y dificultades y ponerse en manos de Dios en este «nuevo compromiso» de la congregación.
Palabras de esperanza
«Viendo este espectáculo de todos estos sacerdotes y estudiantes que llenan hoy esta capilla, me siento más tranquilo conmigo mismo y con el encargo que debo cumplir», dijo De Paolis después de destacar que el suyo «es un encargo que con la gracia del Señor se puede y se debe realizar».
«Viendo este espectáculo de todos estos sacerdotes y estudiantes que llenan hoy esta capilla, me siento más tranquilo conmigo mismo y con el encargo que debo cumplir», dijo De Paolis después de destacar que el suyo «es un encargo que con la gracia del Señor se puede y se debe realizar».
«Ustedes mismos, con su presencia, son un testimonio que invita a la esperanza y que nos infunde ánimo. El Papa manda a su Delegado para decirles que él los ama y que está cercano a ustedes. Él, al mismo tiempo, constata un gran número de miembros de esta congregación que tienen un gran celo y viven con gran fervor», informa Aci.
Hacer un examen de conciencia
El nuevo Delegado recordó que «El Señor ha suscitado esta vocación dentro de ustedes, les ha acompañado hasta hoy»; y subrayó que «tenemos necesidad de vez en cuando de hacer un alto para realizar un examen de conciencia», pero «no para reflexionar continuamente sobre un pasado, sino para constatar nuestro presente, darnos cuenta de nuestra situación, dando, primero que todo, gracias al Señor».
El nuevo Delegado recordó que «El Señor ha suscitado esta vocación dentro de ustedes, les ha acompañado hasta hoy»; y subrayó que «tenemos necesidad de vez en cuando de hacer un alto para realizar un examen de conciencia», pero «no para reflexionar continuamente sobre un pasado, sino para constatar nuestro presente, darnos cuenta de nuestra situación, dando, primero que todo, gracias al Señor».
«La primera palabra que debería nacer de la profundidad de nuestro corazón es la palabra de “gracias”. Gracias a Dios que nos ha llamado, los ha llamado a la vocación sacerdotal y religiosa en este instituto. Gracias a Dios que les ha acompañado. Gracias a Dios que puede llevar a cumplimiento su obra», señaló.
Reconstruir el camino espiritual
En este marco, explicó que la Iglesia «que ha cumplido una primera obra de discernimiento, hoy quiere cumplir la obra –a través del Delegado del Papa– de reconstrucción, de reestructuración, o mejor, de un nuevo compromiso en nuestro camino espiritual».
En este marco, explicó que la Iglesia «que ha cumplido una primera obra de discernimiento, hoy quiere cumplir la obra –a través del Delegado del Papa– de reconstrucción, de reestructuración, o mejor, de un nuevo compromiso en nuestro camino espiritual».
Serenarse ante los momentos críticos
«Se sabe que en los momentos críticos tantos pensamientos pasan por nuestra mente; algunas veces anidan incluso en nuestro corazón», añadió De Paolis; pero «en el momento de la confusión, sólo necesitamos serenarnos, necesitamos descubrir la presencia de Dios, de creer de un modo nuevo en su amor y de entonces retomar el camino de la fidelidad».
«Se sabe que en los momentos críticos tantos pensamientos pasan por nuestra mente; algunas veces anidan incluso en nuestro corazón», añadió De Paolis; pero «en el momento de la confusión, sólo necesitamos serenarnos, necesitamos descubrir la presencia de Dios, de creer de un modo nuevo en su amor y de entonces retomar el camino de la fidelidad».
Renovar las normas para llegar al capítulo extraordinario
«Estamos llamados a recorrer un camino, nos dice el Papa, un camino de renovación particularmente de las normas con las que regimos nuestra vida para llegar después renovados y con nuevo entendimiento, con nueva conciencia y con nuevas fuerzas, a la celebración de un capítulo extraordinario, en el cual reconfirmaremos nuestra fidelidad al Señor, donde reconfirmaremos nuestro compromiso de seguir a Cristo en la profesión de los consejos evangélicos; donde reconfirmaremos que el Señor es nuestro todo».
«Estamos llamados a recorrer un camino, nos dice el Papa, un camino de renovación particularmente de las normas con las que regimos nuestra vida para llegar después renovados y con nuevo entendimiento, con nueva conciencia y con nuevas fuerzas, a la celebración de un capítulo extraordinario, en el cual reconfirmaremos nuestra fidelidad al Señor, donde reconfirmaremos nuestro compromiso de seguir a Cristo en la profesión de los consejos evangélicos; donde reconfirmaremos que el Señor es nuestro todo».
Superar las tinieblas
Finalmente el Delegado Pontificio exhortó a los Legionarios a superar «las tinieblas que a veces pueden oprimirnos; superemos las dificultades también de nuestra fragilidad y debilidad humana, porque el misterio de Dios es mayor que toda debilidad humana»; y porque «al lado de Dios, bajo la protección de la Bienaventurada Virgen María, con Jesús que ha resucitado y nos ha llamado sus amigos y sus hermanos, podemos realizar grandes cosas, estar al servicio de su Reino, y hacer triunfar el Reino de Dios primero en nosotros mismos y luego por el testimonio de vida que queremos dar».
Finalmente el Delegado Pontificio exhortó a los Legionarios a superar «las tinieblas que a veces pueden oprimirnos; superemos las dificultades también de nuestra fragilidad y debilidad humana, porque el misterio de Dios es mayor que toda debilidad humana»; y porque «al lado de Dios, bajo la protección de la Bienaventurada Virgen María, con Jesús que ha resucitado y nos ha llamado sus amigos y sus hermanos, podemos realizar grandes cosas, estar al servicio de su Reino, y hacer triunfar el Reino de Dios primero en nosotros mismos y luego por el testimonio de vida que queremos dar».
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