ES LA NÚMERO 100 DEL VATICANO
Una fuente de San José para el Papa José
Benedicto XVI inaugura una fuente dedicada al padre adoptivo de Jesús en los jardines vaticanos. Aseguró que esta obra "constituye un reclamo simbólico a los valores de la sencillez y de la humildad en el cumplimiento diario de la voluntad de Dios, valores que han marcado la vida silenciosa pero preciosa del Custodio del Redentor".
El Papa Benedicto XVI destacó este lunes por la mañana las virtudes de San José, como un hombre que confió plenamente en el Plan de Dios: “La intervención divina en su vida no podía turbar su corazón”, señaló.
El Pontífice se refirió al padre adoptivo de Jesús al inaugurar la fuente San José, la cual fue donada en honor a su nombre de pila, por la Gobernación del Estado Vaticano”.
La fuente está formada por dos contenedores de agua, la primera de seis metros y la segunda de ocho. En el centro tiene una palma. Seis esculturas de bronce, del artista Franco Murer algunos momentos de la vida del Santo Custodio: el matrimonio de José y María, el primer sueño de José, el nacimiento de Jesús, la huída a Egipto, el hallazgo de Jesús en el templo, el trabajo cotidiano de la Familia de Nazareth.
“José, confiando en Dios, siendo consciente conciente coopera al plan de salvación”, dijo el Papa.
“Confiar en Dios no significa realizar lo que nosotros hemos planeado”, aclaró. “Confiar en Dios quiere decir vaciarse de sí mismo, renunciar a nosotros mismos porque sólo quien acepta dejarse tomar por Dios puede ser ‘justo’ como San José, puede conformar la propia voluntad a la de Dios y así realizarla”, señaló Benedicto XVI.
El Papa destacó cómo en el Evangelio no ha y escrita ninguna palabra pronunciada directamente por San José “quien desarrolló su actividad en silencio. Es el estilo que lo caracteriza en toda la existencia, tanto antes de encontrarse de frente al misterio de la acción de Dios, en su esposa, como cuando – consciente de este misterio – está cerca de María en la Natividad”.
Benedicto XVI aseguró que esta fuente “constituye un reclamo simbólico a los valores de la sencillez y de la humildad en el cumplimiento diario de la voluntad de Dios, valores que han marcado la vida silenciosa pero preciosa del Custodio del Redentor”.