El Papa aprueba la beatificación de 26 mártires españoles en la persecución religiosa de 1936

El Papa Benedicto XVI aprobó este jueves un decreto que reconoce el martirio de 26 religiosos «durante la persecución religiosa en España de 1936» informó la Santa Sede.

 

Se trata de 16 religiosos pertenecientes a la Congregación de los Misioneros Hijos del Corazón Inmaculado de la Beata Virgen María que fueron «martirizados en odio a la fe», entre ellos, José María Ruiz Cano, Jesús Aníbal Gómez Gómez y Tomás Cordero Cordero.

 

También se refiere la nota de la oficina de prensa vaticana a 10 «martirizados en odio a la fe» de la Orden Carmelita, entre ellos, Carmelo María Moyano Linares, que fueron torturados y asesinados por miembros del bando republicano al estallar la Guerra Civil española (19361939).

 

El Papa también ha reconocido las «virtudes heroicas» de la Sierva de Dios María Teresa (en el siglo, María del Carmen Albarracín) de las Religiosas de María Inmaculada Misionera Claretianas, nacida en Murcia en 1927 y fallecida en Barcelona en 1946.

 

También se reconoce la heroicidad de virtudes de la religiosa argentina María Antonia de San José (en el siglo, María Antonia de Paz y Figueroa) (17301799) fundadora del Beaterio de los Ejercicios de Buenos Aires.

 

El Pontífice también aprobó los martirios del húngaro Janos Scheffler, (18871952), obispo de Satu Mare (Rumanía), y de tres sacerdotes diocesanos que fueron asesinados en Hamburgo «por odio a la fe» en 1943, en la Alemania de Hitler, así como el de la religiosa francesa Marguerite Rutan, que murió asesinada en 1794.

 

Por otro lado, dio el visto bueno a los milagros atribuidos a la intercesión de un beato y cuatro siervos de Dios, todos ellos italianos, lo que conllevará la próxima canonización del primero y la beatificación de los otros cuatro. Por último, reconoció las virtudes heroicas de seis fieles más, paso imprescindible para que su proceso de beatificación y canonización pueda seguir adelante.

Ésta no es la primera vez que Benedicto XVI aprueba el decreto de martirio de religiosos y sacerdotes asesinados durante la Guerra Civil española. La más multitudinaria fue la que se celebró en octubre de 2007 en la Plaza San Pedro, cuando un total de 498 mártires españoles fueron beatificados en la misma ceremonia.