NUEVA DESCOORDINACIÓN
El Gobierno aparca la libertad religiosa y la que vuelve a quedar en entredicho es De la Vega
Ahora La Moncloa intenta que no parezca una victoria sobre Zapatero, pero la sucesión de los hechos tras la audiencia del jueves, y con la visita el Papa en ciernes, es clara. Y supone una desautorización más de la vicepresidenta, que lleva meses en horas bajas.
Según informa la Agencia Efe, la reforma de la ley de Libertad Religiosa ha dejado de constituir una prioridad para el Gobierno, a pesar de que María Teresa Fernández de la Vega había anunciado reiteradamente que el Ejecutivo remitiría el proyecto a las Cortes dentro del presente periodo de sesiones. La vicepresidenta primera queda así de nuevo desautorizada, tras haber quedado en entredicho también al proclamar que el sueldo de los funcionarios no sería recortado sólo semanas antes del recorte.
A tenor de las fuentes de La Moncloa que cita la agencia oficial, José Luis Rodríguez Zapatero habría decidido aparcar todos los proyectos no directamente relacionados con la salida de la crisis. Este anuncio se produce a las pocas horas de la audiencia concedida al presidente por Benedicto XVI, quien le planteó este tema. Desde Presidencia del Gobierno se niega, de todas formas, que haya una relación de causa-efecto entre la preocupación expresada por el Papa y la decisión ahora adoptada.
De no haber dado marcha atrás, los inicios de la tramitación de la ley habrían coincidido con la visita de Su Santidad a Barcelona y Santiago de Compostela los días 6 y 7 de noviembre, y se habría intentado evitar esa «descortesía diplomática».
A tenor de las fuentes de La Moncloa que cita la agencia oficial, José Luis Rodríguez Zapatero habría decidido aparcar todos los proyectos no directamente relacionados con la salida de la crisis. Este anuncio se produce a las pocas horas de la audiencia concedida al presidente por Benedicto XVI, quien le planteó este tema. Desde Presidencia del Gobierno se niega, de todas formas, que haya una relación de causa-efecto entre la preocupación expresada por el Papa y la decisión ahora adoptada.
De no haber dado marcha atrás, los inicios de la tramitación de la ley habrían coincidido con la visita de Su Santidad a Barcelona y Santiago de Compostela los días 6 y 7 de noviembre, y se habría intentado evitar esa «descortesía diplomática».
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