SE ENCUENTRA, EN CAMBIO, CON OTRO LÍDER ISLÁMICO
La máxima autoridad musulmana chipriota deja plantado al Papa
Benedicto XVI confiaba en verse con el Gran Muftí Yusuf Suicmez, la máxima autoridad islámica de la isla. Sin embargo Suicmez no se ha presentado al encuentro, sin ofrecer ninguna explicación de su ausencia y sin advertir siquiera a las autoridades vaticanas de que al mismo acudiría Mohamed Nazim Al-Haqami.
A pesar de que no estaba previsto en el programa Benedicto XVI ha mantenido hoy un breve encuentro con un anciano líder musulmán del norte de Chipre, el anciano sheik Mohamed Nazim Al-Haqami.
La reunión, que ha durado unos cuatro minutos, ha tendido lugar en la línea verde, la zona controlada por Naciones Unidas que hace de colchón entre las dos partes en las que esta isla permanece divida desde 1974: la greco-chipriota en el sur y la turco-chipriota en el norte. Y ha concluido con un abrazo, informa El Mundo.
Sin embargo no era con Mohamed Nazim Al-Haqami -un venerado líder sufí con miles y miles de seguidores, incluido el cantante Cat Stevens, cuyo padre era greco-chipriota- con quien el Pontífice esperaba reunirse hoy en «tierra de nadie», como se llama la franja que parte en dos la isla de Chipre.
El Papa confiaba en verse con el Gran Muftí Yusuf Suicmez, la máxima autoridad islámica de la isla. Sin embargo Suicmez no se ha presentado al encuentro, sin ofrecer ninguna explicación de su ausencia y sin advertir siquiera a las autoridades vaticanas de que al mismo acudiría Mohamed Nazim Al-Haqami.
El encuentro entre el anciano líder muftí y el Papa se ha desarrollado en un ambiente de cordialidad. El líder musulmán, de 89 años, esperaba al Papa sentado a las puertas de la nunciatura. Cuando Benedicto XVI se ha acercado a él, lo primero que ha hecho ha sido pedirle disculpas por estar sentado. «Es que soy muy viejo», le ha indicado. «Yo también soy viejo», le ha respondido el Papa, que tiene 83 años.
Mohamed Nazim Al-Haqami le ha regalado al Papa un bastón y una placa con la palabra «Paz». «Por favor, rece por mí», le ha pedido. «Rezaré por usted, pero por favor rece también usted por mí», ha respondido Benedicto XVI.