Cada día se diagnostican 600 nuevos casos de lepra: la Iglesia, como Jesús, lucha contra su estigma
La lepra es una enfermedad de especial significación para los cristianos por su frecuente aparición en el Nuevo Testamento. Jesús curó a muchos leprosos, que reaccionaron de distinta manera a su sanación. También se esforzó por hacer visible la necesidad de acercarse a ellos.
Estos milagros llamaban especialemente la atención porque era una curación visible e inexplicable entonces, milagrosa, y lo sigue siendo hoy: la enfermedad deforma el cuerpo y se nota en la piel, y hoy puede prevenirse y frenarse, pero aún con dificultades.
Cada día hay en nuestra época 600 diagnosticados más de lepra, 50 de ellos niños, a pesar de los significativos avances que se han producido desde la introducción de un tratamiento eficaz y gratuito hace casi 25 años.
Se la considera una "enfermedad tropical desatendida". En el año 2017 había 210.000 casos en el mundo, según los datos de la Fundación Fontilles, que trabaja esta enfermedad desde España.
Crece en África, América... y sobre todo en India
Con motivo del Día Mundial contra la Lepra, se difunden más datos: en 2017 aparecieron los primeros casos de resistencia al tratamiento, aumentaron las recaídas –por un deterioro en la vigilancia de la evolución del tratamiento, especialmente en la India– y continuaron existiendo altas tasas de discapacidades asociadas y de detección en menores.
Han seguido aumentando los casos en África (5,3%), América (6,4%), el Pacífico Occidental (4,3%), el Mediterráneo Oriental (25%) y de “manera marginal” en Europa, donde pasó de 32 a 33 casos. En el 2018 se notificaron seis nuevos en España, dos menos que el año anterior, que se produjeron en Castilla y León, Catalunya, Comunitat Valenciana, Extremadura, Galicia y Madrid (uno en cada comunidad). Al finalizar el año, había 18 personas en tratamiento.
La detección precoz es muy importante
Producida por el Mycobacterium leprae, la lepra se transmite fundamentalmente por vía aérea (tos, estornudos, secreciones) y para contagiarse se necesita un contacto estrecho y prolongado con los enfermos no tratados. No todos los que entran en contacto con esta bacteria padecen la enfermedad, ya que si el sistema defensivo, la inmunidad, es normal, la desarrollan menos del 10% de las personas contagiadas. Y, sobre todo, hoy es una infección curable. La detección precoz es muy importante.
“Una vez detectada, se puede curar con tres fármacos que la OMS distribuye de forma gratuita, pero la gente no acude a los centros por miedo a que se les estigmatice”, afirma el director general de la oenegé Anesvad, Íñigo Lasa. “Será difícil que desaparezca en el 2020”, añade Lasa recordando el plan quinquenal desplegado por la OMS para su erradicación.
El compromiso de la Iglesia
La Iglesia Católica gestiona en el mundo algo más de 600 leproserías o centros de lucha contra esta enfermedad, que a menudo implica acoger a enfermos muy pobres o rechazados por sus familias o vecinos.
En África, aunque la lepra todavía está presente en algunos países como Madagascar, Nigeria, República Democrática del Congo, Sudán del Sur o Burkina Faso, la marginación y estigmatización se está reduciendo", asegura a Fides el sacerdote Donald Zagore, misionero de SMA en Togo.
El misionero continúa: "Hoy es una oportunidad para recordar el compromiso de la Iglesia en general, y de los misioneros en particular, en la lucha contra la erradicación de la lepra y contra la estigmatización y exclusión de hombres y mujeres con lepra en África".
"Durante mucho tiempo, los hombres y las mujeres que sufren de lepra en África han padecido un doble sufrimiento en su carne. Por un lado, el físico por estar contagiados de lepra, y por el otro, el moral y el psicológico porque están excluidos de la comunidad a causa de esta enfermedad", recuerda el misionero.
"La estigmatización de los enfermos, en el pasado rechazados por la sociedad, es una de las mayores victorias de la labor de evangelización de la Iglesia en África", continúa el sacerdote. "El compromiso entusiasta e incondicional de los misioneros, poniendo en riesgo sus vidas junto a hombres y mujeres con la lepra, ha hecho que muchos africanos sean conscientes de la necesidad de una renovación cultural que eduque las conciencias. El testimonio de los misioneros sigue siendo una verdadera fuente de evangelización para los pacientes de lepra. A través de los misioneros, la luz del Evangelio ha penetrado en la cultura africana para transformar los corazones", añade.
El padre Zagore señala: "Hoy en día, la lucha contra la exclusión y la estigmatización debe extenderse a otras áreas de nuestra cultura africana, como el tribalismo, que sigue siendo una enfermedad tan grave como la lepra".
Vencer al estigma: cambiar la mentalidad
Según la Sra. Alice Cruz, Relatora Especial de las Naciones Unidas, citada por VaticanNews, "debemos tener en cuenta que el estigma es un determinante social de la salud y la enfermedad. No solo el estigma puede llevar a retrasar la búsqueda de diagnóstico y el cumplimiento del tratamiento, sino que también afecta la disponibilidad de recursos materiales y socioeconómicos (como saneamiento, vivienda, trabajo, educación), así como las relaciones sociales que sustentan los medios de vida de personas afectadas por la lepra.”