LE COMPARA CON OBAMA
El cardenal Cañizares lanza un elogio a Zapatero antes de formular la crítica sustancial
Desde sus años como arzobispo de Toledo y primado de España, el prefecto de la Congregación para el Culto Divino se ha caracterizado siempre por pronunciarse con respeto sobre las autoridades civiles, pero sin pelos en la lengua cuando se trata de expresar la posición de la Iglesia ante la catarata de iniciativas y pronunciamientos laicistas del Gobierno.
La entrevista publicada por el periódico británico The Catholic Herald permite al cardenal Antonio Cañizares expresarse sobre asuntos de su dicasterio, pero también sobre la actualidad nacional e internacional.
A preguntas de Edward Pentin, el prefecto de la Congregación para el Culto Divino compara las figuras de José Luis Rodríguez Zapatero y Barack Obama. Del presidente del Ejecutivo dice que «es inteligente», pero señala un hándicap: «Él y su Gobierno parten de la misma teología dominante: el hombre sin Dios.» En eso se asemeja al inquilino de la Casa Blanca: «Obama es como Zapatero» en el sentido de que ambos comparten una idea de libertad consistente en «hacer y decidir lo que quieras sin importarte ni los demás, ni Dios, ni la ley».
Pentin destaca del prelado español su actitud «amable e inocente... parecida a la del Papa», y recuerda varios episodios de su enfrentamiento al Gobierno socialista en defensa de la familia y de la vida del no nacido. Para contrarrestar los efectos de la «cultura de la muerte», el cardenal Cañizares propone la «civilización del amor» proclamada por Juan Pablo II y Benedicto XVI, y que consiste en un trabajo de evangelización para que «a Dios se le reconozca realmente como Dios... Hay que cambiar la mentalidad, porque la mentalidad ambiente no es cristiana».
En cuanto a España, recuerda la idea clásica de la pérdida bajo el dominio musulmán, y cómo «las batallas de la Edad Media para recobrar la España perdida» reafirmaron nuestras raíces católicas: «Si esto no se enseña en las escuelas, se va contra la identidad real de nuestro país.»
Dentro del repaso a los asuntos propios de su departamento, el prefecto del Culto Divino destaca que el citado cambio de mentalidad pasa por una «renovación de la liturgia», un asunto en el que el Papa está «muy comprometido». «En la liturgia», explicó, «es donde podemos identificar a Dios, descubrir la salvación y el trabajo de la Gracia... Cuando esto es vivido, cuando esto se convierte en el centro de la propia vida, cambia el corazón, cambia la mentalidad y cambia también la sociedad».
Cañizares sugirió que 2013, quincuagésimo aniversario de la Constitución Sacrosanctum Concilium del Concilio Vaticano II, podría ser una buena fecha para una encíclica sobre el tema, aunque piensa que la Exhortación Apostólica Sacramentum Caritatis de 2007 sobre la Santísima Eucaristía en cierto modo ya lo fue.
A preguntas de Edward Pentin, el prefecto de la Congregación para el Culto Divino compara las figuras de José Luis Rodríguez Zapatero y Barack Obama. Del presidente del Ejecutivo dice que «es inteligente», pero señala un hándicap: «Él y su Gobierno parten de la misma teología dominante: el hombre sin Dios.» En eso se asemeja al inquilino de la Casa Blanca: «Obama es como Zapatero» en el sentido de que ambos comparten una idea de libertad consistente en «hacer y decidir lo que quieras sin importarte ni los demás, ni Dios, ni la ley».
Pentin destaca del prelado español su actitud «amable e inocente... parecida a la del Papa», y recuerda varios episodios de su enfrentamiento al Gobierno socialista en defensa de la familia y de la vida del no nacido. Para contrarrestar los efectos de la «cultura de la muerte», el cardenal Cañizares propone la «civilización del amor» proclamada por Juan Pablo II y Benedicto XVI, y que consiste en un trabajo de evangelización para que «a Dios se le reconozca realmente como Dios... Hay que cambiar la mentalidad, porque la mentalidad ambiente no es cristiana».
En cuanto a España, recuerda la idea clásica de la pérdida bajo el dominio musulmán, y cómo «las batallas de la Edad Media para recobrar la España perdida» reafirmaron nuestras raíces católicas: «Si esto no se enseña en las escuelas, se va contra la identidad real de nuestro país.»
Dentro del repaso a los asuntos propios de su departamento, el prefecto del Culto Divino destaca que el citado cambio de mentalidad pasa por una «renovación de la liturgia», un asunto en el que el Papa está «muy comprometido». «En la liturgia», explicó, «es donde podemos identificar a Dios, descubrir la salvación y el trabajo de la Gracia... Cuando esto es vivido, cuando esto se convierte en el centro de la propia vida, cambia el corazón, cambia la mentalidad y cambia también la sociedad».
Cañizares sugirió que 2013, quincuagésimo aniversario de la Constitución Sacrosanctum Concilium del Concilio Vaticano II, podría ser una buena fecha para una encíclica sobre el tema, aunque piensa que la Exhortación Apostólica Sacramentum Caritatis de 2007 sobre la Santísima Eucaristía en cierto modo ya lo fue.
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