«LA FE Y LA MORAL NO SE SIRVEN A LA CARTA»
Obispo Gea: «Sigo escribiendo sobre Bono por si es capaz de cambiar sus opiniones»
El obispo emérito de Mondoñedo, ahora misionero en Perú, José Gea, vuelve a dedicar uno de sus artículos a las declaraciones públicas del presidente del congreso, José Bono, en las que se presenta como un católico disidente de la jerarquía y el magisterio. Monseñor Gea insite, como el pastor que deja todo para rescatar a la oveja perdida.
El obispo emérito de Mondoñedo, monseñor José Gea Escolano, vuelve a dirigirse a través de su blog en ReL «Habla un obispo» al presidente del Congreso de los Diputados, José Bono, cuyas intervencionespúblicas en las que se presenta como católico que critica materias fundamentales del depósito de la fe de la Iglesia.
Si Bono insiste, monseñor Gea, desde su nueva dedicación en el Peru como misionero, no se rinde a seguir escribiéndo sobre él «por si es capaz de cambiar sus opiniones, ya que no dudo de que, al manifestarse domo católico querrá pensar como tal, y no reo que intente que el Papa y la jerarquía cambiemos de opinión y pensemos como él».
El diagnóstico es claro: «El fallo del Sr. Bono es que no acaba de comprender qué es la Iglesia» y cree que se puede cambiar sus normas fundamentales «como se cambia la constitución en cualquier estado».
En especial, señala el prelado misionero, «el Sr. Bono ha insistido en tres cuestiones inadmisibles para un cristiano», a saber: piensa seguir recibiendo la comunión a pesar de encontrarse en situación de pecado público; la cuestión del celibato de los sacerdotes; y la cuestión del sacerdocio de las mujeres.
Pecado público y comunión
Sobre la primera cuestión, monseñor Gea señala a Bono que se ha situado «frontalmente en contra de la enseñanza auténtica de la Iglesia»; le reprocha que «vive su moral, que no es la moral de la Iglesia, en algo tan fundamental como es el respeto a la vida humana» al votar a favor de la nueva ley del aborto; y le recuerda que «quien se autoproclama católico debe mantenerse dentro de la fe de la Iglesia».
Celibato sacerdotal
Dado que el socialista Bono ha cuestionado que los sacerdotes católicos no puedan contraer matrimonio y formar una familia como losortodoxos, el prelado explica con detalle que «la vocación es al sacerdocio yque para que la realización de la misma sea lo más perfecta posible se renuncia a todo, incluso, a formar una familia propia». Porque no se trata de obligar a los sacerdotes a ser célibes, «sino que vivan totalmente para el Reino sin otros compromisos que limiten esa dedicación». Y respecto a los sacrdotes ortodoxos, pregunta el prelado: «¿Por qué los sacerdotes orientales no han desarrollado como los occidentales la dimensión misionera dela Iglesia?».
Sacerdocio en las mujeres
Recuerda monseñor Gea que Bono aseguraba recientemente que la Iglesia jerárquica «está muy necesitada de democracia» y que «no puede excluir a la mitad de la humanidad, las mujeres, en puestos directivos». Pero asegura el obispo al político: «Cada uno puede opinar como quiera, pero quien dirige a la Iglesia es el Espíritu Santo por medio de la Jerarquía».
Y recuerda que Juan Pablo II en la «Ordinatio Sacerdotalis» declaraba «que la Iglesia no tiene en modo alguno la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, y que este dictámen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles de la Iglesia».
En conclusión, monseñor Gea le recuerda a Bono que «la fe y la moral no se sirven a la carta», le recomienda que «no juegue con la fe» y que «no haga una fe a su media» y, en última instancia, le implora: «Sea serio, Sr. Bono, sea serio».
Si Bono insiste, monseñor Gea, desde su nueva dedicación en el Peru como misionero, no se rinde a seguir escribiéndo sobre él «por si es capaz de cambiar sus opiniones, ya que no dudo de que, al manifestarse domo católico querrá pensar como tal, y no reo que intente que el Papa y la jerarquía cambiemos de opinión y pensemos como él».
El diagnóstico es claro: «El fallo del Sr. Bono es que no acaba de comprender qué es la Iglesia» y cree que se puede cambiar sus normas fundamentales «como se cambia la constitución en cualquier estado».
En especial, señala el prelado misionero, «el Sr. Bono ha insistido en tres cuestiones inadmisibles para un cristiano», a saber: piensa seguir recibiendo la comunión a pesar de encontrarse en situación de pecado público; la cuestión del celibato de los sacerdotes; y la cuestión del sacerdocio de las mujeres.
Pecado público y comunión
Sobre la primera cuestión, monseñor Gea señala a Bono que se ha situado «frontalmente en contra de la enseñanza auténtica de la Iglesia»; le reprocha que «vive su moral, que no es la moral de la Iglesia, en algo tan fundamental como es el respeto a la vida humana» al votar a favor de la nueva ley del aborto; y le recuerda que «quien se autoproclama católico debe mantenerse dentro de la fe de la Iglesia».
Celibato sacerdotal
Dado que el socialista Bono ha cuestionado que los sacerdotes católicos no puedan contraer matrimonio y formar una familia como losortodoxos, el prelado explica con detalle que «la vocación es al sacerdocio yque para que la realización de la misma sea lo más perfecta posible se renuncia a todo, incluso, a formar una familia propia». Porque no se trata de obligar a los sacerdotes a ser célibes, «sino que vivan totalmente para el Reino sin otros compromisos que limiten esa dedicación». Y respecto a los sacrdotes ortodoxos, pregunta el prelado: «¿Por qué los sacerdotes orientales no han desarrollado como los occidentales la dimensión misionera dela Iglesia?».
Sacerdocio en las mujeres
Recuerda monseñor Gea que Bono aseguraba recientemente que la Iglesia jerárquica «está muy necesitada de democracia» y que «no puede excluir a la mitad de la humanidad, las mujeres, en puestos directivos». Pero asegura el obispo al político: «Cada uno puede opinar como quiera, pero quien dirige a la Iglesia es el Espíritu Santo por medio de la Jerarquía».
Y recuerda que Juan Pablo II en la «Ordinatio Sacerdotalis» declaraba «que la Iglesia no tiene en modo alguno la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, y que este dictámen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles de la Iglesia».
En conclusión, monseñor Gea le recuerda a Bono que «la fe y la moral no se sirven a la carta», le recomienda que «no juegue con la fe» y que «no haga una fe a su media» y, en última instancia, le implora: «Sea serio, Sr. Bono, sea serio».
Comentarios