FACILITARÍA LA EVANGELIZACIÓN
Intensa defensa de la Iglesia en Asia para definir el dogma de María como Corredentora
El arzobispo Ramón Argüelles de la diócesis filipina de Lipa y el arzobispo Malayappan Chinnappa de la diócesis india de Madras-Mylapore consideran que el reconocimiento formal de la Virgen María como corredentora favorecería el diálogo interreligioso y una evangelización sana también de Asia, al tiempo que ayudaría al ecumenismo.
Ambos prelados intervinieron en la Jornada de Diálogo sobre el Quinto Dogma Mariano del Vatican Forum -de la revista Inside the Vatican y del Colegio Santo Tomás Moro-, celebrada en Roma (cerca de la Plaza de San Pedro del Vaticano) el pasado 25 de marzo.
Según informó el periódico de la diócesis de San Pablo y Mineápolis, The Catholic Spirit, monseñor Chinnappa afirmó que el reconocimiento de la función de María en el plan de Dios para redimir al mundo junto a Cristo «favorecería el diálogo interreligioso y la sana evangelización».
También ayudaría al ecumenismo, al aclarar que María tuvo una función subordinada, aunque especial, con Jesús y que «los católicos no adoran a María, sino que la veneran a la luz de su cooperación única con el Señor», dijo.
Por otra parte, aseguró que María desempeña un papel único en la evangelización de los no cristianos, en concreto en Asia. En este sentido, el arzobispo explicó que la figura femenina, a menudo en forma de divina madre, tiene gran importancia en varias tradiciones religiosas de este continente. Personas familiarizadas con estos llamados «cultos maternos» se abren fácilmente a la devoción a la Madre de Dios, añadió.
Como ejemplo, indicó que el santuario de la Virgen de la Salud en Vailankanni (India) atrae a millones de visitantes, incluidos hindúes y musulmanes. En Asia, para muchas personas que no son cristianas, Dios es un ser supremo y poderoso que les puede infundir una sensación de miedo, continuó.
Para contrarrestarlo, muchas religiones han establecido un «abogado al que nos podemos aproximar con menos miedo», añadió.
«”Co” significa “con” y un título así no sustituye al del verdadero redentor, que es Cristo», ni diluye el papel y su naturaleza del Hijo, destacó este obispo de la India. La idea es reconocer que, de una manera secundaria y dependiente, ningún otro ser humano ha colaborado en la obra de la redención como lo hizo María, dijo.
El arzobispo Chinnapa destacó que la colaboración de la Virgen en la obra redentora incluyó su libre consentimiento a dar a luz al Hijo de Dios y su participación singular en el sufrimiento de Cristo en el Calvario.
En opinión del prelado, la humildad de María, la obediencia, la fe, el sufrimiento y persistencia «tienen un valor muy grande» en el plan salvífico de Dios y deben ser reconocidos.
Finalmente, monseñor Chinnappa dijo que, destacando la vital función que María ha jugado en el plan de salvación de Dios, la Iglesia es capaz de mostrar cómo una persona puede ser «llamada por Dios para restablecer el reino de Dios».
Por su parte, el arzobispo Argüelles, presidente de la Sociedad Mariana-Mariológica de Filipinas, afirmó que la declaración solemne de esta función de María, ayudaría a evangelizar Asia, especialmente China.
Dijo que en las últimas décadas, un número creciente de chinos no cristianos han estado visitando el santuario filipino de Nuestra Señora de Caysasay.
Precisamente en ese lugar existen creencias indígenas que dan culto a una diosa que lleva a un redentor para todo el mundo.
Los asiáticos también entienden el concepto budista del bodhisattva [persona embarcada en el camino del Buda de una manera significativa], que está motivado por la compasión para alejarse de la iluminación final y el nirvana con el fin de «permanecer en la tierra para ayudar a los seres que sufren», explicó.
Y preguntó: «¿No es ésta la función de María, corredentora y medianera, que será fácil de entender para el alma asiática?».
El arzobispo Arguelles destacó que cuando el padre Matteo Ricci, SI, evangelizó China en el siglo XVI, descubrió que los chinos ven la imagen de Cristo crucificado como «demasiado horrible». Entonces, recordó, el padre Ricci se sirvió de María, Madre de Misericordia, como una imagen más aceptable para introducir a la gente en la Pasión y la cruz.
Además de los arzobispos Argüelles y Chinnapa, entre los ponentes previstos para la jornada de diálogo de la pasada fiesta de la Anunciación se encontraban el padre carmelita Enrique Llamas, presidente de la Sociedad Mariológica de España, y la teóloga anglicana Judith Gentle, miembro de la Sociedad Mariológica «Nuestra Señora de Walsingham», de Gran Bretaña.
A lo largo de la historia, la Iglesia ha proclamado cuatro dogmas sobre la Madre de Jesús, que permiten reconocerla como Madre de Dios, Virgen, Inmaculada y Asunta al cielo, explicó uno de los impulsores de la jornada, Robert Moynihan.
Desde hace casi un siglo -el cardenal belga Désiré-Joseph Mercier lo inició hacia 1920-, existe un creciente movimiento en la Iglesia a favor de la proclamación de un quinto dogma mariano.
En estos años, más de 800 cardenales y obispos han pedido a los distintos papas una definición infalible del papel especial de María en la salvación de la humanidad.
Además, los promotores de esta devoción han recogido más de siete millones de peticiones de fieles de todo el mundo.
En los últimos meses, cardenales y obispos de todos los continentes han pedido a Benedicto XVI que considere el dogma de la Maternidad espiritual de María bajo tres aspectos esenciales, como co-redentora, como mediadora de todas las gracias y como abogada.
Juan Pablo II usó el título co-redentora al menos en seis ocasiones durante su papado, y Benedicto XVI, sin usar el título, ha subrayado repetidamente la doctrina de la co-redención de María, o “co-sufrimiento” con Jesús.
Lo ha hecho de un modo particular en su discurso del Día Mundial del Enfermo y en su oración del año 2008 por las personas que sufren en China, dirigida a Nuestra Señora de Sheshan.
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