LLAMA TAMBIÉN A LA RECONCILIACIÓN NACIONAL
El presidente de El Salvador pide perdón por el asesinato de monseñor Romero
El presidente de El Salvador, Mauricio Funes, pidió perdón este miércoles en nombre del Estado por el asesinato del arzobispo Óscar Arnulfo Romero, de cuya muerte, el 24 de marzo de 1980, se cumplen hoy 30 años, e invitó a la población salvadoreña a la reconciliación nacional.
«No recordamos su muerte, sino que honramos su vida», manifestó Funes en un acto celebrado en honor del religioso, según informa “El Diario de Hoy”. «Pido perdón en nombre del Estado salvadoreño por ese magnicidio, perpetrado hace 30 años, en primer lugar, a su familia, en segundo lugar, al pueblo salvadoreño, y en tercer lugar, a la Iglesia católica y a las organizaciones religiosas», añadió.
Funes reconoció que el asesinato fue cometido por el grupo conocido como Escuadrones de la Muerte en colaboración con agentes estatales y consideró que el Estado salvadoreño fue el responsable.
Asimismo, aseguró que el Gobierno ya ha dado validez jurídica a los informes de la Comisión Interamericana de la Verdad sobre los crímenes ocurridos en el marco de la guerra civil salvadoreña (19801992) y reiteró su compromiso de colaborar con la justicia nacional y la internacional, informa Europa Press.
Citando una frase pronunciada por el arzobispo en una de sus homilías, «que no haya resentimiento en su corazón», Funes invitó a la población salvadoreña a la reconciliación nacional y a mirar hacia adelante «con paz en nuestros corazones» con monseñor Romero como guía espiritual. A partir de hoy, cada 24 de marzo se celebrará en El Salvador el Día Nacional de Monseñor Óscar Arnulfo Romero.
Gaspar Romero, hermano del conocido como «san Romero de América», manifestó tras el discurso del presidente: «Acepto con humildad y gratitud la petición de perdón del presidente de la República. Éste es un acontecimiento que no esperábamos. Es muy agradable y muy satisfactorio que se reconozca, aunque sea después de 30 años».
El presidente de la Fundación Romero, monseñor Ricardo Urioste, por su parte, invitó a la población salvadoreña a recordar al arzobispo asesinado como «el más grande patriota que ha tenido El Salvador». Durante el acto, Funes desveló una obra del pintor Rafael Mendoza y de su asistente Rafael Escamilla que resume la vida de Óscar Arnulfo Romero a través de varias escenas. El cuadro, de seis metros de alto por dos de ancho, decora una pared del Aeropuerto Internacional Comalapa (a unos 50 kilómetros de San Salvador).
La OEA recuerda a monseñro Romero
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, recordó a Romero en un comunicado en el que lo describió como «un hombre que habló sobre las injusticias sin ambigüedades». «Aunque su muerte pretendió acallar su compromiso decidido con los más desposeídos y la dignidad de los salvadoreños, de hecho lo convirtió en un mártir y en una figura universal de los Derechos Humanos», agregó.
Insulza elogió «los esfuerzos» del Gobierno de Funes, que «ha reconocido públicamente la responsabilidad del Estado en el caso y ha declarado su compromiso de dar cumplimiento de buena fe y en la medida de sus posibilidades a las recomendaciones que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha realizado para que el asesinato de Monseñor Romero no quede impune».
Por último, expresó el deseo de la OEA de que pronto «se logre identificar, juzgar y sancionar a todos los autores materiales e intelectuales de este crimen».
El 24 de marzo de 1980, un individuo mató de un solo disparo a Óscar Arnulfo Romero Galdámez mientras el religioso oficiaba la eucaristía en la Capilla del Hospital La Divina Providencia, en San Salvador, en el momento en que preparaba la mesa para recibir el cuerpo de Cristo.
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