Explosión de júbilo entre los españoles presentes en Sidney
Benedicto XVI anuncia que Madrid será la sede de la JMJ 2011
Una explosión de gritos de "soy español" y "sí, sí sí, nos vamos a Madrid" saludó el anuncio realizado por Benedicto XVI de que la próxima JMJ tendrá lugar en la capital española. Los momentos previos al anuncio se vivieron con impaciencia entre los grupos de españoles, alguno de los cuales temía que, al final, la leyenda estampada en sus camisetas rojas: "Madrid 2011. Jornada Mundial de la Juventud" no se hiciese realidad. "La vamos a liar... en buen plan", exclamaba, alborozado Javier, que aclaraba: "Soy de Barcelona, pero da igual".
(Ep/ReL) Una explosión de gritos de "soy español" y "sí, sí sí, nos vamos a Madrid" saludó el anuncio realizado por Benedicto XVI de que la próxima JMJ tendrá lugar en la capital española. Los momentos previos al anuncio se vivieron con impaciencia entre los grupos de españoles, alguno de los cuales temía que, al final, la leyenda estampada en sus camisetas rojas: "Madrid 2011. Jornada Mundial de la Juventud" no se hiciese realidad. "La vamos a liar... en buen plan", exclamaba, alborozado Javier, que aclaraba: "Soy de Barcelona, pero da igual". Las numerosas banderas españolas presentes por todo el Hipódromo de Randwick ondearon en medio de una explosión de aplausos, no sólo de españoles, sino de sus vecinos. Un corpulento sacerdote irlandés comentaba a Europa Press: "Doy gracias al cielo de que sea en Madrid, y no tenga que hacer otras 23 horas de vuelo". Elena, de la parroquia del Santo Cristo de la misericordia de Boadilla, diócesis de Getafe, mostraba su alegría y una intención: "Es una gran alegría recibir a los católicos de todo el mundo para reforzar esa unión de la juventud en Cristo". Raquel, de la madrileña congregación Mater Salvatoris, preveía que el reto es difícil: "la organización que se ha visto aquí va a ser difícil de superar". Josemaría, abanderado de una parroquia de Pozuelo, recién licenciado en Magisterio, se mostraba asimismo ilusionado por poder recibir en nuestra ciudad a tanta gente de todo el mundo y compartir con ellos el sentimiento de que somos la misma Iglesia. Mel, un español que es médico deportivo y lleva 25 años trabajando en Australia, vistiendo una chaqueta del Atlético de Madrid, manifestaba: "Me parece fantástico que la próxima sede sea Madrid. Pero advierto que esto va a ser difícil de superar. Sidney tiene una ventaja geográfica sobre Madrid y es que una llegada como la del Papa en barco, con el perfil de la ciudad al fondo, va a ser imposible de mejorar. Espero que en Madrid se siga apretando en lo que aquí ha dicho el arzobispo Pell, llamando a que más vale una misión, un compromiso de vida, que mil opciones". Un grupo de sacerdotes norteamericanos se proclamaban "muy contentos" por el anuncio de Madrid. Era algo que se preveía. Gente de todo el mundo portaba banderas españolas uniéndose a la alegría. Jasmine, una joven de Melbourne, expresaba gozosa su deseo: "Pienso ir a Madrid". Otra joven, de la parroquia madrileña de Teresa Benedicta de la Cruz insistía en lo alto que ha dejado el listón Sidney: "Tenemos que estar a la altura. En el aspecto organizativo va a ser difícil mejorar, pero sí podemos cuadriplicar el número de asistentes, porque estamos en Europa. La alegría en la delegación española de obispos, no por conocida, era menos evidente. El cardenal Rouco, próximo anfitrión se ha desplazado a Sidney acompañado de dos de sus obispos auxiliares, varios vicarios y parte del equipo dirigente del Arzobispado. Numerosos sacerdotes madrileños se han dado cita, al frente de grupos más o menos numerosos, en tierras australianas.
Comentarios