PIDEN UN NUEVO PÁRROCO
Apenas un centenar de personas protestaron contra los monjes de Rabanal del Camino
No llegó a la centena lel número de vecinos que se concentró ayer ante la iglesia de Rabanal del Camino. Piden la venida de un nuevo párroco y se muestran contrarios a la manera de actuar de los monjes que realizan estas funciones.
Tras un primer enfrentamiento grave el pasado mes de agosto, cuando los monjes debieron ser escoltados por miembros de la Guardia Civil, y su breve «exilio forzoso» de un mes en Alemania, los monjes de Rabanal se enfrentaron ayer a un nuevo episodio de portestas dirigidas desde una asociación vecinal que ha pedido un relevo al frente de la parroquia.
Según denuncin, no les gustan las misas en latín y dicen no saber dónde se encuentran algunos objetos sagrados de la iglesia, puntualizando, eso sí , que no acusan a nadie de robar.
Mientras a las afueras del templo los manifestantes, apenas unos 80, proferían sus proclamas e interferían desde el exterior en el desarrollo normal de la celebración de la eucaristía, el padre benedictino Juan Antonio Torres exhortó a los fieles a no preocuparse por los gritos «porque estos mismos gritos son los que escuchó Jesús desde la Cruz».
Además, el padre Torres, ante un templo lleno hasta la bandera de fieles, señaló durante la homillía: «A quienes persiguen a la iglesia y a sus pastores, Padre perdónales porque no saben lo que hacen. Quienes insultan a la iglesia y a sus pastores, insultan al propio Cristo en la Cruz. Es posible que ahora mismo nos estén injuriando. El poder del infierno ni prevaleció ni prevalecerá sobre la Iglesia. Pedimos respeto a nuestro derecho fundamental a la libertad religiosa. La Iglesia no le pertenece a este pueblo, ni a ese Ayuntamiento ni a aquel Estado. Ninguna mayoría le puede imponer cuestiones sobre su vida interna y sus bienes, lo contrario es un regreso a una tiranía impropia de la democracia. No se puede imponer. Y mucho menos personas que no viven su fe», según recoge el diario El Norte de Castilla.
Según denuncin, no les gustan las misas en latín y dicen no saber dónde se encuentran algunos objetos sagrados de la iglesia, puntualizando, eso sí , que no acusan a nadie de robar.
Mientras a las afueras del templo los manifestantes, apenas unos 80, proferían sus proclamas e interferían desde el exterior en el desarrollo normal de la celebración de la eucaristía, el padre benedictino Juan Antonio Torres exhortó a los fieles a no preocuparse por los gritos «porque estos mismos gritos son los que escuchó Jesús desde la Cruz».
Además, el padre Torres, ante un templo lleno hasta la bandera de fieles, señaló durante la homillía: «A quienes persiguen a la iglesia y a sus pastores, Padre perdónales porque no saben lo que hacen. Quienes insultan a la iglesia y a sus pastores, insultan al propio Cristo en la Cruz. Es posible que ahora mismo nos estén injuriando. El poder del infierno ni prevaleció ni prevalecerá sobre la Iglesia. Pedimos respeto a nuestro derecho fundamental a la libertad religiosa. La Iglesia no le pertenece a este pueblo, ni a ese Ayuntamiento ni a aquel Estado. Ninguna mayoría le puede imponer cuestiones sobre su vida interna y sus bienes, lo contrario es un regreso a una tiranía impropia de la democracia. No se puede imponer. Y mucho menos personas que no viven su fe», según recoge el diario El Norte de Castilla.
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