Desapareció al intentar batir un record de vuelo con globos
Aparece el cuerpo del "cura volador"
La Policía de Río de Janeiro informó ayer que investiga si restos humanos hallados en alta mar pertenecen al sacerdote católico que desapareció hace más de dos meses, cuando trataba de batir un récord de vuelo con globos de fiesta. Un portavoz de la petrolera estatal de Brasil, Petrobras, informó previamente que los restos, encontrados por un remolcador a 100 km de la costa, eran del cura Adelir Antonio de Carli, desaparecido en abril sobre el Atlántico. Los restos tenían el mismo tipo de ropa, calzado y mochila que llevaba De Carli cuando partió desde la sureña ciudad de Paranaguá.
(Agencias/ReL) La Policía de Río de Janeiro informó ayer que investiga si restos humanos hallados en alta mar pertenecen al sacerdote católico que desapareció hace más de dos meses, cuando trataba de batir un récord de vuelo con globos de fiesta. Un portavoz de la petrolera estatal de Brasil, Petrobras, informó previamente que los restos, encontrados por un remolcador a 100 km de la costa, eran del cura Adelir Antonio de Carli, desaparecido en abril sobre el Atlántico. La Policía Civil señaló que el Instituto Médico Legal realiza análisis forenses. “No podemos confirmar aún si se trata del sacerdote”, dijo un portavoz policial. La fuente de Petrobras indicó que los restos tenían el mismo tipo de ropa, calzado y mochila que llevaba De Carli cuando partió desde la sureña ciudad de Paranaguá, en el estado Paraná, el domingo 20 de abril, después de oficiar misa. “Las ropas indican que es él”, apuntó. Mil globos de colores El “sacerdote volador” utilizó 1.000 coloridos globos de fiesta para elevarse y volar en dirección al oeste, tierra adentro, pero fue desviado por los vientos hacia el mar y el último contacto con su teléfono celular lo realizó al día siguiente de su partida. De Carli tenía 42 años y pretendía permanecer más de 19 horas en el aire y recaudar fondos para la Pastoral de Carreteras, de la ciudad de Paranaguá, donde residía, que asiste a camioneros. En enero pasado el padre había terminado otra prueba, volando cuatro horas y catorce minutos desde la brasileña ciudad de Ampere, en Paraná, hasta territorio argentino.
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