«EL PROBLEMA ES DE RAIZ ECLESIOLÓGICA»
La plataforma Germinans pide al nuncio en España «un Munilla para Cataluña»
En una carta abierta al arzobispo Renzo Fratini, nuncio de la Santa Sede en España, publicada por un miembro de Germinans Germinabit, se pide «un Munilla para Cataluña» que acabe con el «problema ecelsiológico» que sufren sus diócesis, contaminadas políticamente y arruinadas en buena media en lo doctrinal y lo espiritual.
«Mándenos al Munilla catalán, sin es posible con "savoior faire", valiente y coherente, que no tenga miedo, que no quiera hacer carrera, que haya demostrado su amor a la Iglesia». Esta es la petición que la plataforma Germinans Germinabit, bajo el pseudónimo de Samsonis-Iosephus Beatus (en referencia al recién beatificado mártir Josep Samsó), ha elevado a través de su página web al nuevo nuncio de la Santa Sede en España, el arzobispo Renzo Fratini.
Lo piden, sobre todo, porque «el problema de Cataluña, como el del País Vasco (las manifestaciones y proclamas contra Munilla y las intervenciones desgraciadas lo han demostrado) no es étnico, político o cultural: es de raíz eclesiológica. Es una falsa eclesiología, que quiere pasar como la del Vaticano II, la que lucha por la supervivencia, como también sucede en Bélgica o en tantos otros lugares».
La mención a Bélgica no es baladí, pues, apunta el llamado Samsonis-Iosephus Beatus, que el candidato bien puede ser un «Munilla», como ya se ha apuntado, o un Léonard «bien capacitado intelectualmente y con un sentido ético integérrimo, que ame profundamente nuestra diócesis, que levante un seminario floreciente, que nos haga gozar con la liturgia, que motive y entusiasme a todos, laicado y clero, sacándonos del desánimo: los catalanes necesitamos una regeneración eclesial que casi ninguno de nuestros obispos le propondrá».
Requisitos a lo Mary Poppins
Si el lector es aficionado al cine, recordará la escena de Mary Poppins en la que los niños cantan las bondades de la nueva institutriz que esperan. Del mismo modo, y confiando en ser escuchados por el nuncio, desde Germinans Germinabit se apunta que «la norma para la elección del futuro obispo de Solsona, del de Lérida o del arzobispo de Barcelona en su momento, no ha de ser su capacidad de ser aceptado o digerido por el progresismo clerical catalán, sino la fidelidad del candidato a la doctrina católica y a la Santa Sede, su piedad, su celo pastoral, su capacidad de gestión, su amor al clero, su proximidad a los fieles y su competencia humana e intelectual».
¿Que dónde se encuentran esos candidatos? Samsonis-Iosephus responde: «No dudo en que usted será capaz de preguntar a quien convenga y de elegir a quien, ante Dios, le parezca el más idóneo para regenerar el catolicismo en nuestra tierra».
Lo piden, sobre todo, porque «el problema de Cataluña, como el del País Vasco (las manifestaciones y proclamas contra Munilla y las intervenciones desgraciadas lo han demostrado) no es étnico, político o cultural: es de raíz eclesiológica. Es una falsa eclesiología, que quiere pasar como la del Vaticano II, la que lucha por la supervivencia, como también sucede en Bélgica o en tantos otros lugares».
La mención a Bélgica no es baladí, pues, apunta el llamado Samsonis-Iosephus Beatus, que el candidato bien puede ser un «Munilla», como ya se ha apuntado, o un Léonard «bien capacitado intelectualmente y con un sentido ético integérrimo, que ame profundamente nuestra diócesis, que levante un seminario floreciente, que nos haga gozar con la liturgia, que motive y entusiasme a todos, laicado y clero, sacándonos del desánimo: los catalanes necesitamos una regeneración eclesial que casi ninguno de nuestros obispos le propondrá».
Requisitos a lo Mary Poppins
Si el lector es aficionado al cine, recordará la escena de Mary Poppins en la que los niños cantan las bondades de la nueva institutriz que esperan. Del mismo modo, y confiando en ser escuchados por el nuncio, desde Germinans Germinabit se apunta que «la norma para la elección del futuro obispo de Solsona, del de Lérida o del arzobispo de Barcelona en su momento, no ha de ser su capacidad de ser aceptado o digerido por el progresismo clerical catalán, sino la fidelidad del candidato a la doctrina católica y a la Santa Sede, su piedad, su celo pastoral, su capacidad de gestión, su amor al clero, su proximidad a los fieles y su competencia humana e intelectual».
¿Que dónde se encuentran esos candidatos? Samsonis-Iosephus responde: «No dudo en que usted será capaz de preguntar a quien convenga y de elegir a quien, ante Dios, le parezca el más idóneo para regenerar el catolicismo en nuestra tierra».
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