EL PRELADO VASCO CON LOS INMIGRANTES IBEROAMERICANOS
Munilla dedica su primera misa como obispo de San Sebastián a las víctimas del terremoto de Haití
El nuevo obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla ha aprovechado el contexto que le brindaba la celebración del día del emigrante y del refugiado en la parroquia de San Pío X de la capital donostiarra, abarrotada de ciudadanos hispanoamericanos y de otros países, algunos de ellos con vistosos trajes folclóricos típicos de sus lugares de origen, para enviar "un recuerdo muy especial" a las víctimas del seísmo.
En una colorida eucaristía, durante la que Munilla ha posado junto a las banderas de distintas naciones latinoamericanas, el prelado ha recordado también a los emigrantes haitianos que se encuentran fuera de su país y que desconocen la situación en la que pueden encontrarse sus seres queridos porque no pueden comunicarse con ellos.
"En un día como hoy -ha pedido Munilla-, vamos a acordarnos de que Dios llora entre nosotros, Dios llora en la tierra. Nos unimos al dolor que clama al Padre. El Padre escucha ese dolor, lo acoge y es capaz de hacer el milagro de que estemos recibiendo un gran testimonio estos días, el testimonio de esos humildes que en su dolor claman a Dios".
"Confiemos -ha continuado- en que esa súplica que dirigen a Dios y ese testimonio de fe que están dando ante todo el mundo aquellos damnificados también conmueva los corazones y nos llame a una respuesta solidaria".
El nuevo obispo de San Sebastián ha afirmado asimismo que, a su entender, el hecho de que su primera eucaristía oficial esté dirigida a los inmigrantes es "un signo" de Dios que le pide que esté "especialmente cercano" a ellos.
El prelado vasco ha aludido también a las Bodas de Caná para comparar la fe con el agua que, según el Evangelio, Cristo convirtió en vino en esta celebración nupcial, y asegurar que las personas que han llegado de otros países al nuestro son el "vino nuevo" que "la providencia de Dios" ha traído como "una bocanada de aire fresco" a "esta cultura secularizada de occidente".
"Bendita fe que un día quizás nosotros os transmitimos y ahora por la gracia de Dios vosotros nos tenéis que transmitir a nosotros", ha recalcado Munilla, antes de agradecer a los inmigrantes "el gran aporte" que están haciendo "a la Iglesia", por "compartir" su fe con las personas autóctonas.
El obispo ha recordado también a los inmigrantes que "la integración es muy importante", pero al mismo tiempo les ha pedido que no pierdan sus "raíces" y que mantengan su propia "personalidad".
Finalmente, ha reclamado a los "responsables" institucionales que concedan "todas las facilidades" para la reagrupación de las familias de los inmigrantes en nuestro país y que la próxima festividad de San Sebastián, que la capital guipuzcoana celebrará el 20 de enero tenga un espíritu, "especialmente solidario".
"En un día como hoy -ha pedido Munilla-, vamos a acordarnos de que Dios llora entre nosotros, Dios llora en la tierra. Nos unimos al dolor que clama al Padre. El Padre escucha ese dolor, lo acoge y es capaz de hacer el milagro de que estemos recibiendo un gran testimonio estos días, el testimonio de esos humildes que en su dolor claman a Dios".
"Confiemos -ha continuado- en que esa súplica que dirigen a Dios y ese testimonio de fe que están dando ante todo el mundo aquellos damnificados también conmueva los corazones y nos llame a una respuesta solidaria".
El nuevo obispo de San Sebastián ha afirmado asimismo que, a su entender, el hecho de que su primera eucaristía oficial esté dirigida a los inmigrantes es "un signo" de Dios que le pide que esté "especialmente cercano" a ellos.
El prelado vasco ha aludido también a las Bodas de Caná para comparar la fe con el agua que, según el Evangelio, Cristo convirtió en vino en esta celebración nupcial, y asegurar que las personas que han llegado de otros países al nuestro son el "vino nuevo" que "la providencia de Dios" ha traído como "una bocanada de aire fresco" a "esta cultura secularizada de occidente".
"Bendita fe que un día quizás nosotros os transmitimos y ahora por la gracia de Dios vosotros nos tenéis que transmitir a nosotros", ha recalcado Munilla, antes de agradecer a los inmigrantes "el gran aporte" que están haciendo "a la Iglesia", por "compartir" su fe con las personas autóctonas.
El obispo ha recordado también a los inmigrantes que "la integración es muy importante", pero al mismo tiempo les ha pedido que no pierdan sus "raíces" y que mantengan su propia "personalidad".
Finalmente, ha reclamado a los "responsables" institucionales que concedan "todas las facilidades" para la reagrupación de las familias de los inmigrantes en nuestro país y que la próxima festividad de San Sebastián, que la capital guipuzcoana celebrará el 20 de enero tenga un espíritu, "especialmente solidario".
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