El jesuita Masiá anima al Gobierno a «denunciar» los acuerdos con la Santa Sede por «anacrónicos»

El jesuita Juan Masiá Clavel, ha vuelto a publicar en España, pese a que hace un mes anunciaba que decidía no volver a hacerlo para evitar que el superior de la Compañía en Japón le obligara a hacerlo, tras ser informado de algunas quejas en el episcopado español por sus escritos.

 

De esta forma, viola la recomendación del padre Sumita de «reducir» sus actividades periodísticas a Japón, como Masiá reconoció a finales de julio. Y lo ha hecho en el diario La Verdad, publicado en Murcia, en un artículo titulado «Pluralismo religioso y convivencia», para alentar al Gobierno a «decidirse, sin miedo, -como le pide una buena parte de su electorado católico- a denunciar los acuerdos Iglesia y Estado, que hoy son anacrónicos».

 

Para Masiá, profesor de Ética de la universidad de Sofía en Tokio, el Gobierno está realizando «una gestión pública imparcial de la pluralidad de religiones o de convicciones» y expresa en el artículo su esperanza en que «el síndrome persecutorio de parte de la jerarquía eclesiástica no suscite alergias antigubernamentales que impidan poner al día la igualdad de trato a las diversas confesionalidades religiosas».

 

Por otra parte, Masiá hace gala de que «en la Universidad no se nos ocurriría poner un crucifijo en las aulas» ya que «sin en un alumnado de sesenta en una clase, hay seis o siete budistas, dos católicas, un judío y todo el resto sin ninguna pertenencia confesional, ¿qué sentido tendría?».

Juan Masiá ha sido objeto de diversas informaciones en los últimos años. Este mismo verano, cargó contra la Iglesia católica, apostando por la eutanasia de la mano del doctor Luis Montes, máximo implicado en el caso de las sedaciones del Hospital de Leganés, en un curso sobre la materia celebrado en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en Santander. En aquella ocasión, Masiá aseguró en relación al debate sobre la eutanasia que «lo mismo da el ruido de sables militaristas que de mitras episcopales» ya que «no permiten» un debate «sereno, científico y con respeto a la pluralidad».

 

En 2006, Masiá fue cesado como director de la cátedra de Bioética de la Universidad Pontificia de Comillas, en Madrid, por defender posturas heterodoxas sobre la moral sexual defendida por la Iglesia. Masiá achacó entonces a tres razones esta decisón: « Una política: buena parte de la Conferencia Episcopal adopta una postura beligerante e identificada con la ultraderecha a través de la Cope y no consiente que alguien critique esa postura. La segunda razón es ideológica: asumir el disenso, no de la Iglesia sino en la Iglesia, es admitir un pluralismo que ni Rouco ni Cañizares, arzobispo de Toledo, toleran». La tercera fue, a su juicio, «La mediática. Si no hubiese salido en los medios hablando de moral sexual, no habría pasado absolutamente nada. El precio que exigían para no destituirme era no salir jamás en los medios. Si me callo, sigo en mi cargo hasta los 70».