GALLARDÓN Y ZAPATERO FUERON PORTADA
Zero, la revista de referencia de la comunidad gay, cierra por problemas económicos
Tras doce años en los quioscos y un intenso respaldo político, la publicación ha entrado en quiebra a pesar del apoyo económico del Gobierno al homosexualismo político. A pesar de esas ayudas indirectas es incapaz de mantener una revista mensual. El icono gay en lo que a revistas se refiere, la publicación Zero, cierra su redacción al no poder hacer frente a la deuda que atenazaba a la empresa.
El director de Zero, Miguel Ángel López ha dicho que el problema ha sido la crisis y los cambios en el consumo de la información guiados por Internet: “Es inviable seguir con determinados modelos económicos”, ha sentenciado. La revista ha sido durante 12 años estandarte homosexual en España.
Zero pertenece al lobby gay que controla el homosexualismo político. Se ha caracterizado por sus portadas que buscaron en todo momento el escándalo y la trasgresión como en el caso de la confesión de su homosexualidad del militar José María Sánchez Silva o la portada con el sacerdote José Mantero bajo el título de “gracias a Dios, soy homosexual”.
La política y el homosexualismo
Además, la politzación de los grupos homosexuales ha quedado evidente en la propia línea editorial que ha seguido Zero. En su portada han aparecido rostros de la política como Alberto Ruiz-Gallardón, Gaspar Llamazares y Rosa Díez, en la aspiración de encontrar apoyos políticos en la izquierda y en la derecha más adulcorada.
Esta ayuda gubernamental al lobby gay se ha visto reflejada en que Zapatero haya sido hasta tres veces portada de la publicación, y la ministra Bibiana Aído una vez. La necesidad del voto gay de los socialistas ha tenido mucho que ver con estas apariciones.
El lobby gay tiene un protagonismo y un apoyo político que otros grupos sociales no han disfrutado, a pesar de eso la publicación más emblemática y que por lo tanto debería mostrar más consistencia, se ha visto forzada a detener su actividad editorial. Cabe constatar que si no fuera por el apoyo que sectores políticos le brindan a esta comunidad, el homosexualismo político tendría una presencia pública marginal.
En la publicación los políticos han podido presentar propuestas como hicieron los socialistas con la equiparación de las uniones homosexuales al matrimonio y el derecho de los homosexuales a adoptar niños. Esto se ha se ha dado en llamar desde el homosexualismo político ‘legislar contra la homofobia’.
Zero pertenece al lobby gay que controla el homosexualismo político. Se ha caracterizado por sus portadas que buscaron en todo momento el escándalo y la trasgresión como en el caso de la confesión de su homosexualidad del militar José María Sánchez Silva o la portada con el sacerdote José Mantero bajo el título de “gracias a Dios, soy homosexual”.
La política y el homosexualismo
Además, la politzación de los grupos homosexuales ha quedado evidente en la propia línea editorial que ha seguido Zero. En su portada han aparecido rostros de la política como Alberto Ruiz-Gallardón, Gaspar Llamazares y Rosa Díez, en la aspiración de encontrar apoyos políticos en la izquierda y en la derecha más adulcorada.
Esta ayuda gubernamental al lobby gay se ha visto reflejada en que Zapatero haya sido hasta tres veces portada de la publicación, y la ministra Bibiana Aído una vez. La necesidad del voto gay de los socialistas ha tenido mucho que ver con estas apariciones.
El lobby gay tiene un protagonismo y un apoyo político que otros grupos sociales no han disfrutado, a pesar de eso la publicación más emblemática y que por lo tanto debería mostrar más consistencia, se ha visto forzada a detener su actividad editorial. Cabe constatar que si no fuera por el apoyo que sectores políticos le brindan a esta comunidad, el homosexualismo político tendría una presencia pública marginal.
En la publicación los políticos han podido presentar propuestas como hicieron los socialistas con la equiparación de las uniones homosexuales al matrimonio y el derecho de los homosexuales a adoptar niños. Esto se ha se ha dado en llamar desde el homosexualismo político ‘legislar contra la homofobia’.
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