«Rezar es el primer servicio que hay que ofrecer a la comunidad»
Benedicto XVI pide a los sacerdotes que sean modelos de oración
El Papa Benedicto XVI ha pedido a los presbíteros ser "modelos de oración, maestros de oración" y añadió que "tenemos que convencernos de que el momento de la oración es el más importante en la vida del sacerdote, aquel en el que actúa con más eficacia la gracia divina, dando fecundidad a su ministerio. Rezar es el primer servicio que hay que ofrecer a la comunidad".
(ACI) El Papa Benedicto XVI se encontró anteayer en la tarde en la Catedral de San Lorenzo de Brindisi con los sacerdotes, diáconos y seminaristas de esa región italiana. En su discurso pidió a los presbíteros ser "modelos de oración, maestros de oración". Dirigiéndose en particular a los sacerdotes, el Santo Padre afirmó que para que su fe fuera "fuerte y vigorosa" era necesario "alimentarla con una oración asidua". "Tenemos que convencernos de que el momento de la oración es el más importante en la vida del sacerdote, aquel en el que actúa con más eficacia la gracia divina, dando fecundidad a su ministerio. Rezar es el primer servicio que hay que ofrecer a la comunidad", indicó. Tras manifestar su alegría por la inauguración del nuevo seminario arzobispal -que llevará el nombre de Benedicto XVI-, el Papa subrayó que "la preparación atenta de los seminaristas y la formación permanente de los presbíteros y de los otros agentes pastorales constituyen preocupaciones prioritarias para el obispo, al que Dios ha confiado la misión de guiar, como sabio pastor, al Pueblo de Dios que vive en esta ciudad". Al final de su discurso, Benedicto XVI invitó a toda la diócesis a prepararse para el Año Paulino, que inicia el próximo 28 de junio. "Podrá ser la ocasión para un impulso misionero generoso, para un anuncio más profundo de la Palabra de Dios, acogida, meditada y traducida en apostolado fecundo, como fue precisamente para el Apóstol de las Gentes", indicó. Terminado el encuentro, el Papa se trasladó al aeropuerto de Brindisi-Casale, donde tras una hora de vuelo aterrizó en el aeropuerto de Ciampino y de allí se dirigió al Vaticano.
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