BUTTIGLIONE DICE QUE «ES UN FALLO ABORRECIBLE»
La Ministra italiana, al Tribunal Europeo: «No sacaremos los crucifijos de las aulas»
La primera reacción al fallo del Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha partido de Italia, en concreto de su Ministra de Educación, que ha rechazado en su totalidad el texto de los jueces, y ha acusado al Tribunal de «estar impregnado de ideología».
La Ministra de Educación, Mariastella Gelmini, rechazó el fallo del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que apoya el retiro de los crucifijos de las escuelas públicas, y señaló que «nadie, aún menos un Tribunal Europeo impregnado de ideología, logrará arrancarnos nuestra identidad».
El Tribunal con sede en Estrasburgo estimó que la presencia de crucifijos en las aulas puede ser «molesta» para los alumnos que practiquen otras religiones o sean ateos y señaló que «el Estado debía de abstenerse de imponer creencias en lugares de los que dependen las personas. En concreto, se debía observar una neutralidad confesional en el contexto de la educación pública».
El caso fue presentado al Tribunal por Soile Lautsi, cuyos hijos de 11 y 13 años asistieron en el curso 2001-2002 a la escuela pública «Vittorino da Feltre», de Abano Terme al noreste de Italia, donde cada aula exhibe un crucifijo.
Tras perder en todas las instancias nacionales, Lautsi acudió al Tribunal europeo que falló a su favor y ordenó a Italia a pagarle cinco mil euros de indemnización. Portavoces del Gobierno anticiparon que apelarán el fallo.
Sin embargo, la Ministra Gelmini repudió el fallo y explicó a la prensa que «la presencia de crucifijos en las aulas no significa una adhesión al catolicismo, sino que representa nuestra tradición».
«La historia de Italia está llena de símbolos y si ellos se eliminan se termina por eliminar parte de nosotros mismos», indicó.
Tras aclarar que «en este país nadie quiere imponer la religión católica», recordó que la Constitución italiana «reconoce justamente el valor de la religión católica para nuestra sociedad».
Por su parte, el Ministro de Agricultura, Luca Zaia, deploró el fallo y consideró que «la Corte ha decidido que los crucifijos ofenden la sensibilidad de los no cristianos. Quien ofende los sentimientos de los pueblos europeos nacidos del cristianismo es sin duda la Corte. ¡Que se avergüencen!».
Además, el ex Ministro de Cultura, Rocco Buttiglione, consideró que se trata de «un fallo aborrecible» y pidió rechazarlo con firmeza porque «Italia tiene su cultura, sus tradiciones y su historia. Los que vienen entre nosotros debe entender y aceptar esta cultura y esta historia».
El Tribunal con sede en Estrasburgo estimó que la presencia de crucifijos en las aulas puede ser «molesta» para los alumnos que practiquen otras religiones o sean ateos y señaló que «el Estado debía de abstenerse de imponer creencias en lugares de los que dependen las personas. En concreto, se debía observar una neutralidad confesional en el contexto de la educación pública».
El caso fue presentado al Tribunal por Soile Lautsi, cuyos hijos de 11 y 13 años asistieron en el curso 2001-2002 a la escuela pública «Vittorino da Feltre», de Abano Terme al noreste de Italia, donde cada aula exhibe un crucifijo.
Tras perder en todas las instancias nacionales, Lautsi acudió al Tribunal europeo que falló a su favor y ordenó a Italia a pagarle cinco mil euros de indemnización. Portavoces del Gobierno anticiparon que apelarán el fallo.
Sin embargo, la Ministra Gelmini repudió el fallo y explicó a la prensa que «la presencia de crucifijos en las aulas no significa una adhesión al catolicismo, sino que representa nuestra tradición».
«La historia de Italia está llena de símbolos y si ellos se eliminan se termina por eliminar parte de nosotros mismos», indicó.
Tras aclarar que «en este país nadie quiere imponer la religión católica», recordó que la Constitución italiana «reconoce justamente el valor de la religión católica para nuestra sociedad».
Por su parte, el Ministro de Agricultura, Luca Zaia, deploró el fallo y consideró que «la Corte ha decidido que los crucifijos ofenden la sensibilidad de los no cristianos. Quien ofende los sentimientos de los pueblos europeos nacidos del cristianismo es sin duda la Corte. ¡Que se avergüencen!».
Además, el ex Ministro de Cultura, Rocco Buttiglione, consideró que se trata de «un fallo aborrecible» y pidió rechazarlo con firmeza porque «Italia tiene su cultura, sus tradiciones y su historia. Los que vienen entre nosotros debe entender y aceptar esta cultura y esta historia».
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