Más de 1,6 millones de votantes del PSOE son contrarios al aborto

La reforma de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo podría tener un alto coste electoral para el PSOE. Más de 1,65 millones de votantes de esta formación (un 15,1 por ciento) se declara completamente contrario al aborto. Además, el 37,4 por ciento de las personas que votan a esta formación sólo están de acuerdo con que se practiquen abortos «en determinados casos», y sólo un 28,9 por ciento apoya por completo esta práctica. Son datos de la última encuesta de religiosidad del CIS.
El Partido Socialista, consciente de estas cifras –que conoció en febrero de 2008, pocas semanas antes de las últimas elecciones generales–, decidió no incluir la reforma de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo en su último programa electoral.

Sin debate interno
Sabedor de que estas reservas hacia la liberalización del aborto también están presentes en parte de su militancia, la reforma de la legislación emprendida por Bibiana Aído tampoco se abordó en el Congreso Federal, celebrado tres meses después de los comicios. De hecho, la misma encuesta del CIS revela que casi un 20 por ciento de los votantes socialistas están «a favor» de la postura mantenida por la Iglesia Católica en relación al aborto. El porcentaje supera con creces a los simpatizantes socialistas que apoyan a la Iglesia en cuestiones como el divorcio (sólo un 13 por ciento está de acuerdo con la postura de los obispos), el preservativo (10 por ciento) o, incluso, la eutanasia (16 por ciento).
De estos datos se desprende que la interrupción del embarazo es una de las cuestiones bioéticas en las que la postura de la Iglesia tiene más apoyos.

«El partido lo sabe. Hay comentarios, incluso de gente relevante dentro de la Ejecutiva, que dicen que el momento y, sobre todo, las formas, no han sido los adecuados». Así lo explica Joaquín Montero, concejal socialista de Paradas (Sevilla), y declarado antiabortista. Montero, que está organizando la asociación Socialistas por la Vida y que ha anunciado que renunciará a la militancia y a sus cargos el día que se apruebe la llamada «ley Aído», asegura que, para los miembros del partido, la reforma del aborto «ha sido una imposición al más puro estilo presidencialista». Por ello, «hay personas relevantes en el partido que están en una posición muy incómoda. Algunos han manifestado sus reservas públicamente». No los menciona, pero se refiere a las críticas a aspectos de la ley que han lanzado ministros como José Blanco, Ángel Gabilondo o el presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, José María Barreda.

Cómo esquivar las elecciones
El concejal sevillano Joaquín Montero que, junto con la ex senadora del PSOE Mercedes Aroz, es el único cargo socialista que se ha mostrado abiertamente contrario al aborto, es escéptico respecto al coste electoral que pueda suponer la nueva ley al partido en el Gobierno. «En el Partido Socialista jugamos con que no estamos a las puertas de las elecciones generales. Primero no se incluyó la reforma de la ley en el programa electoral; luego se evitó el Congreso Federal, y ahora se pretende seguir una estrategia para que al final de la legislatura el debate esté superado», explica Montero. De hecho, si se cumplen las previsiones que maneja el Gobierno, la norma, que se empezará a debatir en el Congreso a mediados de este mes, saldría del Parlamento a finales de este año. En ese momento quedarán dos más para la próxima cita con las urnas.